¿Ordenó Rusia a Donald Trump que despidiese al jefe del FBI Comey?

adriana rey J. c. r. NUEVA YORK / CORRESPONSAL TORONTO / EFE

ACTUALIDAD

Putin y Trump, en Buenos Aires, durante el G20
Putin y Trump, en Buenos Aires, durante el G20 MARCOS BRINDICCI | REUTERS

El magnate lo niega y acusa al hombre que desveló la injerencia rusa en las presidenciales del 2016 de corrupto

13 ene 2019 . Actualizado a las 09:26 h.

Mientras el fiscal del Rusiagate Robert Mueller ultima su investigación sobre el alcance de la injerencia del Kremlin en la Casa Blanca y en la campaña de Donald Trump en el 2016, uno de los capítulos más tensos vividos en la política estadounidense volvió ayer a ser motivo de análisis. Se trata de los días posteriores al fulminante despido del exdirector del FBI James Comey, cuando Washington era un hervidero de rumores tras el comportamiento del magnate neoyorquino. Su actitud preocupó tanto en los círculos de poder que hasta el FBI sospechó que el presidente de Estados Unidos podía ser un espía al servicio de intereses ajenos a los de su país. Y es que, tal y como reveló, The New York Times, la policía federal comenzó una investigación para determinar si el neoyorquino trabajaba en secreto para Rusia. Es decir, si era un espía contratado por el Kremlin.

«Se preocuparon tanto que comenzaron a investigar si había estado trabajando en nombre de Rusia contra los intereses estadounidenses», manifestó uno de los exfuncionarios que desarrolló las pesquisas. Las averiguaciones no solo contemplaron la posibilidad de que Trump pudiese estar trabajando para Moscú conscientemente, sino que también valoraron que el republicano hubiese caído, sin saberlo, bajo la influencia del Ejecutivo comandado por Vladimir Putin.

Estas pesquisas del FBI también intentaron arrojar luz sobre si el cese de Comey, además de ser inducido desde Moscú, habría podido constituir una obstrucción a la justicia. Esta posibilidad sigue sin descartarse en la actualidad. De hecho es una de las vías de investigación del fiscal Mueller en el marco del Rusiagate sobre los lazos entre la campaña republicana y el Kremlin y algunos juristas consideran evidente ese posible delito.

El rotativo neoyorquino reveló además que las primeras alarmas del FBI saltaron después de que Trump pidiese a Rusia que piratease los correos electrónicos de su entonces rival demócrata Hillary Clinton, durante una rueda de prensa en campaña electoral. A dicha petición le siguieron innumerables halagos de Trump a Putin y hasta negativas del magnate a criticar al exdirector de la KGB. «¡Una indecencia total!», exclamó el presidente al respecto de la exclusiva. «Lo echamos porque era un policía corrupto. Todos, republicanos y demócratas, celebraron su despido», tuiteó a modo de defensa. 

Otro récord

En paralelo a esta revelación, el cierre del Gobierno que mantiene bloqueada parcialmente la Administración estadounidense cumplió ayer 22 días. De esta manera, se convirtió en el shutdown más largo de la historia del país, superando al que tuvo lugar entre finales de 1995 y principios de 1996 bajo la Administración Clinton.

Pese a la situación de urgencia que viven más de 800.000 trabajadores públicos que no están percibiendo sus salarios, el Congreso no registrará ninguna actividad hasta mañana. Es más, en medio de la crisis, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, se fue de fin de semana a su casa de Kentucky generando malestar y críticas en la bancada demócrata, que hasta el último momento intentó registrar varias medidas en la Cámara de Representantes para poner fin al bloqueo. Las posturas siguen estancadas. Trump quiere 5.700 millones de dólares para construir el muro fronterizo con México y los progresistas se niegan a destinar un solo dólar del presupuesto a este fin.