Turnos de 40 minutos y de espaldas: los mineros listos para rescatar a Julen

La Voz REDACCIÓN

ACTUALIDAD

Un herrero ultimaba la cápsula utilizada por el equipo de rescate para descender por el túnel e intentar llegar hasta el pequeño Julen
Un herrero ultimaba la cápsula utilizada por el equipo de rescate para descender por el túnel e intentar llegar hasta el pequeño Julen

El equipo de rescate asturiano prevé iniciar este mediodía los trabajos para excavar una galería. No ha precisado el tiempo que tardarán dadas las dificultades del terreno

23 ene 2019 . Actualizado a las 12:28 h.

Los equipos de rescate que desde el pasado 13 de enero buscan al niño Julen en Totalán (Málaga) afrontan este martes la recta final en los trabajos después de alcanzar en la noche de ayer los 60 metros del túnel vertical paralelo al pozo donde cayó el pequeño. Esta mañana los técnicos proceden a rematar las obras complementarias en el túnel, entre ellas el revestimiento de la galería, para la seguridad de los mineros que ahora deben excavar una galería en horizontal hacia el pozo y alcanzar el lugar donde se cree que se encuentra el niño de dos años.

Los mineros excavarán manualmente esta galería horizontal de unos cuatro metros para conectar con el pozo donde está Julen, en lo que pueden emplear unas 24 horas. Para ello llevarán, entre otro material, un martillo de aire comprimido, hachas y madera para entibar (apuntalar) el túnel que deben horadar. Santiago Suárez, exjefe de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, ha explicado que el equipo de ocho efectivos que se encargará de realizar los últimos metros del túnel horizontal tendrá que trabajar de rodillas o tumbados en turnos de entre 40 minutos a una hora hasta localizar al pequeño.

La previsión es que hacia el mediodía la Brigada de Salvamento Minero empiece la tarea de perforación y previsiblemente solo bajarán dos mineros porque no cabrán más personas en el túnel inclinado, según ha informado EFE. La dureza del terreno determinará la duración de los trabajos para lo que los mineros han evaluado todas las posibilidades, entre ellas el uso de algún explosivo, si fuera necesario, para remover el terreno mediante microvoladuras. Una vez acabado el pozo vertical paralelo al que cayó el niño el pasado domingo, los mineros bajarán en una jaula o ascensor, desde donde «trabajarán a distancia del suelo con el fin de dejarlo como caldera para que se lleve el escombro que van produciendo», ha señalado Suárez. Cuando la galería alcance uno o dos metros, desplazarán la jaula hacia arriba. En ese momento empezarán a abrir el acceso horizontal y lo harán picando con martillo neumático de aire comprimido y con «una pala echando el material hacia atrás», ha explicado Suárez. A medida que los mineros avancen, sostendrán el techo y los laterales mediante el sistema de posteo típico de la minería de carbón. «Se va colocando una pieza en el techo de la galería y luego apuntalando con madera», ha explicado. 

El exjefe de los mineros de Hunosa no ha precisado el tiempo que tardarán en realizar este acceso dadas las dificultades del terreno debido a la complicación del trabajo y a la dureza del terreno. Los mineros irán equipados con mascarillas y detectores de oxígeno y se comunicarán con el resto de técnicos encargados del operativo vía telefónica. Suárez ha dicho que si no aciertan con la altura a la que se supone que está el niño, tendrán que picar hacia arriba y a partir de ahí agrandar el pozo. «Los espacios confinados para esta gente no van a suponer ningún tipo de problema», ha concluido Suárez

Cientos de personas están trabajando sin descanso desde el pasado día 13 cuando la familia avisó de la caída del pequeño por un pozo de más de cien metros de profundidad. Las mayores dificultades las ha planteado el terreno. La perforación de la galería vertical se inició el 19 de enero y se han empleado 55 horas para llegar a los 60 metros de profundidad, lo que supone haber empleado una velocidad de 1,1 metros por hora, por la dureza del material que se iban encontrando las máquinas.

Los padres del niño, que perdieron un hijo pequeño en 2017 cuando Julen era un bebé, siguen los trabajos en una vivienda del municipio apoyados por un equipo de psicólogos que ayudan en la tensa espera.