Julen murió el mismo día que cayó al pozo

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN / LA VOZ

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La autopsia revela que el pequeño, que presentaba politraumatismos y un fuerte golpe en la cabeza, falleció tras una caída rápida y limpia por un agujero de 71 metros de profundidad

27 ene 2019 . Actualizado a las 10:10 h.

Tras trece días de agónico rescate quedaban pocas esperanzas, por no decir ninguna. Y el trágico final que se esperaba se produjo en la madrugada del sábado, cuando se encontró el cadáver del pequeño Julen. El cuerpo del niño de dos años presentaba un fuerte traumatismo craneoencefálico, según los primeros resultados de la autopsia. También politraumatismos propios de una caída «rápida y limpia» por un agujero de 71 metros de profundidad, según el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

El cuerpo del pequeño tenía los brazos hacia arriba cuando fue encontrado y estaba oculto entre piedras y sedimentos, que habrían causado el golpe en la cabeza detectado en la autopsia.

Los mineros encontraron el cuerpo del niño cubierto de tierra. Una de las tesis más probables es que, en la propia caída, se fuera desprendiendo procedente de las paredes del pozo, «muy imperfectas, muy arenosas», según explicó De Celis en la comparecencia en la que ofreció datos sobre las últimas horas de un rescate que paralizó el país. Reconoció que se trata de la principal tesis, pero «hay que contrastarla». El delegado del Gobierno explicó que el cuerpo de Julen fue localizado a la 1.25 de la madrugada por dos miembros de la Brigada de Salvamento Minero, acompañados de un guardia civil del Grupo de Montaña que supervisaba las labores en ese momento, e indicó que a partir de ahí todo quedó en manos de una comisión judicial, que ordenó el levantamiento del cadáver sobre las cuatro de la madrugada. Lo hizo el juez de incidencias que, por turno, estaba de guardia, aunque todas las diligencias e investigaciones para conocer las causas y establecer posibles responsabilidades de la muerte del pequeño las asume el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga.

Otra pregunta para la que todavía no hay respuesta es la del momento exacto de la muerte del pequeño Julen, un dato que se deberá conocer después de que concluyan los análisis de los tejidos tomados al niño y las pruebas radiológicas, que pueden ser concluyentes para reconstruir con total precisión lo que ha ocurrido. La principal hipótesis, y la más esperada, es la que apunta que el pequeño Julen murió inmediatamente después de caer por el profundo pozo, o a lo sumo horas después, algo que le habría evitado un sufrimiento innecesario, sobre todo a medida en que iban pasando los días y su rescate se complicaba cada vez más por cuestiones técnicas.

Investigación judicial

Tras concluir el principal objetivo del operativo, el rescate del pequeño Julen, «ahora se inicia la investigación» de todas las circunstancias de este «trágico suceso», como recordó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en su comparecencia informativa. Sobre la existencia de algún tipo de negligencia en la caída del pequeño al pozo, Marlaska se limitó a señalar que será la autoridad judicial competente la que lo determinará, ya que aún no hay elementos «suficientemente contrastados para llegar a una conclusión».

Llegar hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo de Julen se había convertido en una especie de cuestión de Estado, en la que no se escatimaron medios, a pesar de las críticas iniciales de falta de efectivos y descoordinación realizadas por el padre del pequeño. Fue una gran labor de «ingeniería humanitaria», como resumió Grande-Marlaska el operativo desplegado en los trece días en que Totalán se convirtió en un nombre pronunciado miles de veces.

En esta pequeña población malagueña se escucharon lloros y llantos en la madrugada del sábado. Era el presagio de que ya se había encontrado el cuerpo de Julen. Los padres esperaban en su casa la fatal noticia, que confirmó la Subdelegación del Gobierno de Málaga pasadas las dos de la madrugada. «¡No, otra vez no!», gritó la madre del pequeño, recordando la pérdida de Oliver, otro de sus hijos, que falleció en el 2017 de un ataque al corazón.

Apoyo vecinal

Cientos de vecinos arroparon a los padres del pequeño Julen mientras esperaban la llegada del cadáver al tanatorio de la barriada malagueña de El Palo. Varios psicólogos del grupo de Emergencia Psicosocial del Ayuntamiento de Málaga permanecen con los padres, dándoles asistencia en el final de una pesadilla que se inició el 13 de enero en un pozo abandonado de 25 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad cavado para buscar agua. El pequeño Julen jugaba en un terreno perteneciente a un familiar mientras sus padres almorzaban cerca del pozo, que se cavó sin autorización. Y todo apunta a que Julen cayó en circunstancias que se deben todavía clarificar. El agujero mortal que acabó con Julen se cerró ayer definitivamente. «Yo le pediría a todo aquel que haya realizado algún pozo ilegal en nuestro país que lo selle», reclamó el delegado del Gobierno de Andalucía.