«Lo sacamos, pero no estaba vivo: eso es lo peor», afirma el agente que rescató a Julen

Manuel Costoya
m. c. cereijo REDACCIÓN / LA VOZ

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Vecinos de Totalán protagonizan un minuto de silencio en memoria del pequeño Julen
Vecinos de Totalán protagonizan un minuto de silencio en memoria del pequeño Julen Álvaro Cabrera

Nicolás Rando reconoce que se derrumbó tras dejar al pequeño en manos de los forenses

29 ene 2019 . Actualizado a las 10:46 h.

Nicolás Rando recibió el 13 de enero una llamada que seguro que le ha cambiado la vida. Al otro del teléfono estaba un amigo suyo, bombero del consorcio de Málaga. Le contó que un niño de 2 años había caído en un pozo en la pequeña localidad de Totalán. Rando, que estaba de día libre, se puso su uniforme de trabajo, de guardia civil, y fue uno de los primeros en llegar a la zona. También fue el agente que, trece días después, sacó al pequeño Julen de aquel maldito pozo. Sintió cierto «alivio» por el trabajo terminado, aunque estaba «enfurecido» por el resultado: «No estaba vivo: eso es lo peor. Pero lo hemos dado todo».

«Hemos movido tierra como para parar siete aviones, hemos conseguido llegar a él y lo hemos sacado», manifestó el agente del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil en una entrevista en el diario Sur. Aunque sabía que «iba a tener que hacerlo» por su condición de experto en rescate de montaña, cuando el agente dejó al pequeño en la carpa, donde esperaban dos forenses, se tuvo que ir a un lugar apartado de la plataforma de trabajo y se derrumbó.

Rando rememora cómo se desarrolló el operativo. Recuerda los primeros días como los de los inventos, «con mejor o peor resultado», centrados en retirar ese tapón de arena húmeda detectado por las cámaras a 71 metros de profundidad en el pozo. Cuenta que la idea era succionarlo, pero entonces «surgió el problemón», pues se rompió la manguera y se quedó atascada con la cámara dentro, un atasco que tardó en resolverse más de 36 horas. Tras superar diversos contratiempos, llegó el momento del descenso por el pozo paralelo con la cápsula.

«Eran las dos o las tres de la tarde», cuenta Nico, «cuando metimos la cápsula y vimos como que entraba un poco justa. Empezamos a bajar y la cesta se enganchó». La solución que se hizo fue cortar las ruedas (que le colocaron en los lados, haciendo de amortiguador dentro del tubo) y ya sí pasaba perfectamente, detalla el citado diario malagueño. «Abajo no había turnos. Allí se estaba hasta que ya no se podía más», recuerda. La frase era: «Me voy que ya no puedo ni sujetar el martillo».

Nicolás Rando, agente del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil, que recuperó el cuerpo del pequeño Julen
Nicolás Rando, agente del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil, que recuperó el cuerpo del pequeño Julen

Rando confiesa que al bajar por el túnel sintió una sensación extraña. «Yo me he metido en agujeros más estrechos y claustrofóbicos, pero aquello... Miras hacia arriba y piensas: ‘Si pasa algo aquí...».

Tras unos 3,70 metros excavados, un compañero de Rando metió una cámara por el agujero que habían abierto y vio al niño. El mando del dispositivo reunió a guardias civiles, mineros y bomberos y les pidió que siguieran trabajando igual, con la misma discreción porque la familia tenía que ser la primera en saberlo.

El guardia civil rememora que en aquellos trece días no se hablaba de otra cosa en su casa que del trabajo en Totalán. Rando recuerda cómo en aquellas tensas jornadas su hijo de cuatro años siempre le hacía la misma pregunta: «Papá, ¿hoy vas a rescatar ya a Julen?» Lo hizo el decimotercer día de duro trabajo.