Los Franco se aferran a la prescripción de los hechos en el juicio por las estatuas del Pórtico

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

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Juan José Aizcorbe, abogado de la familia Franco
Juan José Aizcorbe, abogado de la familia Franco Mariscal | Efe

El Concello de Santiago acudió a la vista oral en Madrid «con documentos» de la propiedad municipal de las esculturas

02 feb 2019 . Actualizado a las 12:06 h.

Los abogados de los Franco y el asesor legal del Concello de Santiago expusieron ante el titular del Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid los argumentos con los que unos y otros tratan de justificar la propiedad de las estatuas de Isaac y Abraham del pórtico de la Gloria, en manos de la familia del dictador. El letrado de los Franco argumentó que la adquisición de las esculturas se hizo a un particular, y trató de compensar la falta de papeles acreditativos asegurando que cualquier circunstancia en torno a esta cuestión ya está prescrita. 

El abogado del Ayuntamiento, Xaquín Monteagudo, declaró a la salida de la vista oral que tenía claro que la «argumentación fundamental va a ser sobre la prescripción, simplemente el paso del tiempo, y nosotros creemos que en un caso tan singular no hay prescripción posible». A cambio, la representación legal del Concello ha aportado una escritura notarial del 4 de junio de 1948, un documento público firmado por el alcalde y por el conde de Ximonde, que es el vendedor, «y tenemos una documentación anterior», con todo el expediente administrativo de adquisición, con valoraciones periciales, los informes del entonces responsable de Patrimonio del norte de España y de un escultor compostelano. «En fin, no se puede pedir más teniendo en cuenta que son documentos de los años 40», dijo Monteagudo.

A la vista también asistió el alcalde de Santiago, que a su término consideró demostrada la titularidad de estas dos piezas, «que tienen que estar en el Ayuntamiento para el disfrute de los ciudadanos de Santiago y de los cientos de miles de personas que nos visitan», afirmó Martiño Noriega. Para el regidor, el Concello hizo una defensa jurídica «impecable» con un trabajo documental «intenso» que, a su entender, desmonta cualquier estrategia de prescripción al tratarse de piezas del patrimonio cuya titularidad está refrendada por leyes que se remontan a la República y a la etapa de Primo de Rivera.

Mariscal

Según Noriega, los argumentos esgrimidos por la defensa buscan amparar «los privilegios» de una familia que se benefició del contexto de la dictadura para hacerse con unas piezas de extraordinario valor patrimonial. «Quien intente proyectar a un dictador como un particular y no demostrar nada es que no entiende el contexto de la dictadura, cuestionable desde cualquier parámetro de higiene democrática», insistió el alcalde. En todo caso, y a pesar de salir satisfecho del juzgado, Noriega sospecha que la trayectora judicial va a ser larga porque la familia Franco tratará de evitar que suponga un antecedente para muchos otros pleitos sobre sus propiedades.

El periplo municipal para la recuperación de las piezas comenzó en el 2017, pero pronto se encontró con el primer obstáculo porque todo el proceso se dirigía hacia Carmen Franco Polo, que falleció meses después. Los descendientes no se dieron por aludidos durante un tiempo alegando que no habían resuelto su herencia, y consiguieron dilatar hasta hoy la vista oral.