La incertidumbre sobre el futuro de Francisco González en el BBVA se prolonga

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

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Las escuchas eclipsan los primeros resultados de Carlos Torres

01 feb 2019 . Actualizado a las 07:54 h.

Carlos Torres presenta este viernes los primeros resultados anuales del banco como presidente del BBVA, inmerso en una grave crisis corporativa: la desatada por el escándalo de las supuestas escuchas telefónicas realizadas por el excomisario Villarejo, presuntamente por encargo directo del entonces presidente del banco, Francisco González, FG, para abortar el asalto de Sacyr a la entidad en el año 2005.

Los 15 miembros del consejo de administración del banco, que se reunieron en la tarde de este jueves en medio de un absoluto secretismo para aprobar las cuentas del 2018, también debían abordar el problema reputacional que el estallido del caso Villarejo está suponiendo para la entidad. En los últimos días -especialmente esta semana- se han multiplicado las voces que, de forma cada vez más expeditiva y desde todos los frentes (Gobierno, BCE, Banco de España, CNMV, fondos presentes en el capital del banco o resto del sector financiero), reclaman a Torres que tome medidas respecto a González para contener el daño al BBVA. Su destitución, en una palabra, de los cargos que ocupa desde el 31 de diciembre: presidente de honor y de la fundación.

Hasta el momento, lo que Torres ha hecho ha sido encargar una investigación interna y otra externa (a PwC y Uría) para determinar lo ocurrido en relación a los pagos que el banco le hizo a Villarejo, habida cuenta de que no se limitarían a más de una década atrás, cuando González vio peligrar su presidencia, sino que se prolongaron hasta el 2017, según se ha publicado.

En una carta enviada a la plantilla, el recién estrenado presidente aseguró que su prioridad era «esclarecer» lo ocurrido y actuar «con la contundencia necesaria». Precisamente que la investigación no ha concluido aún puede ser el argumento para dilatar la decisión sobre el futuro de González, decisión complicada para quien fue designado por él para sucederle. Y la misma situación se hace extensiva al resto de los integrantes del consejo, cuyas deliberaciones se mantuvieron en absoluto secreto a lo largo de este jueves.

En esta tesitura, que el mercado no haya penalizado el valor de la acción es un balón de oxígeno. Los títulos no se han resentido ni siquiera con los anuncios de acciones legales por parte de algunos de los presuntamente espiados, como el exministro Miguel Sebastián.

Torres y su nuevo consejero delegado, el turco Onur Genç, se enfrentan este viernes a sus resultados más complejos, eclipsados los números por un escándalo que les exige poner fin a la era FG.