El secesionismo se come la legislatura

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Chema Moya | Efe

Sánchez se ve abocado a convocar elecciones tras romper con los independentistas, a los que probablemente vuelva a necesitar

13 feb 2019 . Actualizado a las 22:44 h.

Desde el 1 de junio del 2018, día en el que se convirtió en el primer presidente del Gobierno de la democracia que accedía al cargo por medio de una moción de censura y sin que su partido hubiera ganado las elecciones, la estrategia política de Pedro Sánchez ha estado volcada en consolidar una mayoría parlamentaria estable que le permitiera agotar la legislatura, a pesar de su compromiso previo de llamar a las urnas «cuanto antes». Esa estrategia, que incluyó la apertura de una polémica negociación con los independentistas sin que estos renunciaran a uno solo de sus objetivos, ha saltado por los aires en la primera gran prueba parlamentaria a la que ha sido sometida. El hecho de que sus Presupuestos hayan sido rechazados sin debatirse en el Congreso pone de manifiesto que Sánchez confundió el apoyo mayoritario de la Cámara a una moción de censura contra Rajoy con un voto de confianza a él como presidente.

¿Por qué el secesionismo rechaza los Presupuestos?

Pedro Sánchez erró al minusvalorar la capacidad del independentismo para resistir las presiones y no midió bien los tiempos políticos y judiciales. Estaba convencido de que al asumir el coste de dialogar con la Generalitat frente a las críticas de la oposición, de mejorar el trato penitenciario a los independentistas procesados, de incrementar enormemente la inversión en Cataluña y de aceptar la figura de un relator en el diálogo con los separatistas, estos aparcarían su exigencia sobre el derecho de autodeterminación y permitirían al menos tramitar las cuentas públicas, lo que le habría dado un margen mucho mayor. Pero, más allá de la constatación de que el secesionismo es insaciable, el que la votación de los Presupuestos coincidiera con el inicio del juicio por el 1-O hacía imposible que se retrataran apoyando al Gobierno. Algo que Sánchez no comprendió hasta el viernes, cuando el PDECat consumó su desafío y presentó su propia enmienda a la totalidad. A partir de ahí, entendió que todo estaba perdido.

¿Puede seguir gobernando Sánchez sin Presupuestos?

En teoría, nada se lo impide. Pero eso sería prolongar una agonía que no tendría ningún beneficio político de cara a las elecciones. Lo lógico es que convoque elecciones cuanto antes, porque el rechazo del independentismo a unas cuentas que presumen de ser sociales le ofrece un relato coherente para llamar a las urnas. Esa circunstancia, unida al hecho de que PP y Ciudadanos acaben de retratarse en la manifestación de Madrid junto a la extrema derecha de Vox, le abre una ventana de oportunidad única para tratar de ocupar el espacio de centro.

¿Tiene Sánchez buenas perspectivas electorales?

Presentarse tras sufrir una dura derrota en la votación de los Presupuestos no es el mejor aval. Pese a todo, casi todas las encuestas lo dan como ganador de unos comicios generales, aunque no todas con el enorme margen que le otorga el CIS de Tezanos. El problema es que ese crecimiento se produce a costa de un fuerte declive de Podemos. De ahí que, incluso ganando las generales, sus únicas posibilidades de gobernar pasen por pactar de nuevo con los independentistas, que le pondrían encima de la mesa las mismas exigencias en el reconocimiento del derecho de autodeterminación, o aún mayores, ya que en este caso se trataría de apoyar una investidura, no solo una moción de censura.

¿Puede haber un gobierno solo del PP y Ciudadanos?

Parece muy difícil. Si Sánchez tiene casi imposible sumar sin los independentistas, Casado y Rivera estarían en la misma situación respecto a Vox. Y, aunque sumaran los números, será complicado repetir el pacto logrado en Andalucía, ya que en ese caso el acuerdo con la extrema derecha se justificó en la necesidad de acabar con un régimen socialista de 36 años. Pero gobernar España pactando con Vox pondría a populares y naranjas en una situación muy complicada en Europa, máxime cuando los de Abascal exigirían una reforma para acabar con las autonomías.

¿Hay alguna otra fórmula de Gobierno viable?

Sí, aunque parece poco probable. Depende de la capacidad de aguante del PP. Si se ve ampliamente sobrepasado por C’s, la suma del PSOE con los naranjas podría acercarse a la mayoría absoluta. Pero esa fórmula, que los socialistas no descartan en absoluto, supondría tal giro en las posiciones de Ciudadanos, que probablemente Albert Rivera pediría la cabeza de Sánchez para otorgar el Gobierno al PSOE.