La irrupción de Abanca pone en jaque la unidad del consejo de Liberbank

m.B. SANTIAGO / LA VOZ

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Marcos Míguez

Se enfrenta a las reclamaciones de los accionistas si no permite contraponer ofertas

24 feb 2019 . Actualizado a las 10:19 h.

Desde hacía mucho tiempo, en el mercado se daba por hecho que Liberbank, la entidad asturiana resultado de la fusión de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, acabaría en manos de Unicaja. Su consejero delegado, Manuel Menéndez, había estado meses negociando esa operación, pero la irrupción de Abanca, que preludia el mayor terremoto en el sector financiero en años, ha puesto en jaque la unidad del consejo asturiano. La sucesión de acontecimientos de este viernes muestra que había una parte del mismo que desconocía la existencia de negociaciones con el máximo accionista de Abanca, Juan Carlos Escotet. Prueba de ello es que, tras difundirse la noticia, hubo una respuesta inmediata por parte de Liberbank, que negó haber recibido ninguna oferta concreta. Fue entonces cuando Abanca decidió mover ficha, y envió un primer comunicado a la CNMV en el que informaba de conversaciones, sin identificar a los interlocutores. Pero no fue hasta la tarde cuando la entidad gallega informó a Liberbank sobre las condiciones de su oferta, carta que luego trasladó a la CNMV.

La oferta

La oferta deja en serios apuros a Menéndez y a su consejo, porque algunos de los principales accionistas de Liberbank ahí sentados, habrían negociado un acuerdo paralelo con Abanca sin su beneplácito, a un precio no vinculante de 0,56 euros por acción, un 44% por encima de la cotización del jueves. La entidad presidida por Escotet plantea una opa mixta, con un desembolso de casi 1.300 millones para adquirir el 75 % del capital, y el resto en un canje de acciones, hasta sumar 1.700 millones. Una auténtica bomba que ha estallado en el seno del consejo de Liberbank, y que anticipa una semana entrante muy intensa en el sector financiero. El banco asturiano se disparó anteayer un 20 % en bolsa tras el anuncio de la opa.

Abanca no concretó el viernes con quién había empezado los contactos. En el consejo de Liberbank está el fondo Oceanwood, dueño del 16,7 % del capital, el magnate Ernesto Tinajero (7,4 % ) o la familia Masaveu (5,5 %), los accionistas con los que la entidad gallega habría iniciado las conversaciones. Algo que parecía desconocer, sin embargo, su principal accionista, la Fundación Bancaria Cajastur, que tiene un 16,1 %, ni las Fundaciones de Caja Extremadura y Cantabria, con un 4,8 % y un 3,3 %, respectivamente; o el fondo soberano de Noruega, con un 3,2 %, pero que no está presente en el consejo. Con el tiempo acechando, los consejeros de la entidad tienen ahora seis días para analizar las opciones.

La fusión de Liberbank e Unicaja se encontraba avanzada, pero Abanca ha dado un plazo para contestar a su oferta, que expira este viernes. De permitirlo, la entidad gallega accedería a la información de Liberbank durante tres semanas. El consejo liderado por Manuel Menéndez se enfrenta ahora a un dilema. En el caso de que desestimara la oferta de la entidad gallega, los accionistas de Liberbank podrían emprender reclamaciones contra el consejo por haber impedido una puja o contraposición de ofertas de compra que pudiese valorizar los títulos del banco.

Abanca ya intentó un primer acercamiento a Liberbank en el 2017, pero fue infructuoso. La entidad asturiana es hoy un banco con las cuentas saneadas, que se ha desprendido de sus activos tóxicos, y que llevó a cabo una ampliación de capital de 500 millones hace justo un año. De ahí que le hayan salido varios pretendientes. Entre ellos Abanca, atenta al mercado, e inmersa en una estrategia de crecimiento, como sus recientes adquisiciones de Deustche Bank Portugal y Caixa Geral.

La estrategia de Escotet para persuadir a los vendedores

El sector financiero sigue abocado a un proceso de concentración que permitirá a las entidades resultantes financiarse en los mercados a un mejor precio y afrontar con unas mayores garantías las inversiones que requiere un mundo digitalizado. De momento, quien parece quedar al margen es Kutxabank. Un segundo baile de operaciones que parece que no ha hecho más que comenzar.

En esa lógica se inscribe la oferta lanzada por Abanca y el firme interés mostrado por carta al consejo y a los accionistas de Liberbank para alumbrar «una de las entidades más sólidas y solventes» del sector financiero español, tal y como dice literalmente la misiva. La entidad resultante, con un volumen de negocio de 130.000 millones, y más de 1.300 oficinas entre España y Portugal, se auparía al sexto puesto del ránking financiero español, y se convertiría en el gran motor financiero del norte de la península.

Puesta en valor

Con el objetivo de convencer a los accionistas asturianos, el banco gallego les advierte que la operación representaría «una gran oportunidad» por lo que supondría para la revalorización de Liberbank y lo que conllevaría de contraprestación para los accionistas. Abanca insiste en su compromiso de, una vez consumada la operación, seguir con el fomento y la consolidación de la obra social en las regiones donde Liberbank se encuentra más arraigada y en las que desarrolla su actividad, sobre todo en colaboración con los accionistas históricos. No hay que olvidar que la Fundación Bancaria Cajastur tiene el 24,5 % del banco, es decir, la participación mayoritaria.

Precisamente ayer, la consejera de Hacienda y Sector Público del Gobierno asturiano, Dolores Carcedo, recordó que el Ejecutivo regional defenderá el mantenimiento de la vinculación de Liberbank con la región, de su implantación territorial y «por supuesto» del empleo ante su posible compra por parte de Abanca. Un mensaje análogo al transmitido cuando sonaba Unicaja como comprador.

El mayor arraigo de Liberbank se encuentra en los territorios de Asturias y de Cantabria, pero también de Extremadura. Desde que se liberó de la tutela de Bruselas, la entidad gallega emprendió un plan de expansión. En la presentación de los resultados de la entidad, a finales del pasado mes de enero, el presidente y máximo accionista de Abanca, Juan Carlos Escotet, ya advirtió que, aunque estaba centrada en Deustche Bank Portugal y Caixa Geral, no descartaba compras «más adelante». Algo que ha sucedido antes de lo esperado.