La nueva ilusión de Tamara Falcó: dos citas sin beso y una misa

La Voz / Redacción

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MARCELO DEL POZO

La hija de Isabel Preysler le cuenta a la revista «¡Hola!» antes que a su madre que tiene una nueva relación casta y muy incipiente

27 feb 2019 . Actualizado a las 14:28 h.

Hace siete años que Tamara Falcó rompió con su último novio y desde entonces ha pasado un largo período de reflexión y misticismo religioso. Pero algo ha cambiado recientemente en el corazón de la hija de Isabel Preysler que la ha llevado a decir a los cuatro vientos: «Estoy de nuevo ilusionada». De hecho, se lo ha contado antes a ¡Hola! que a su propia madre. Según recoge la revista, se trata de una relación incipiente, muy incipiente, tanto que la propia Tamara teme haberse metido en un lio por revelar de forma tan precipitada a la prensa del corazón su secreto mejor guardado. «Es todo muy reciente. ¡Tanto que aún no se lo he contado ni a mi madre!», confiesa la celebridad, que confía en no espantar a su nuevo acompañante con estas declaraciones tan reveladoras y repentinas. Consciente de su fama, asegura que su aspirante a novio va a tener que acostumbrarse al hecho de que ella sea objetivo de la prensa del corazón y que protagonice noticias como la que la vinculaba recientemente con el candidato de Ciudadanos Albert Rivera. «Todavía no sé de dónde sacaron esa información, que es totalmente mentira», desmiente.

Tamara Falcó, célebre por su franqueza sin filtros a la hora de hablar en público, asegura que su última cita romántica tuvo lugar «el lunes 18 de febrero». Hasta el momento ella y su misteriosa pareja, a quien conoció por medio de una amiga, solo han tenido «dos citas sin beso y un día a Misa juntos». De modo que el primer roce se habrá producido en el momento en que el sacerdote los invitó a darse fraternalmente la paz. Ella espera que la relación progrese en la buena dirección. «Ahora estoy ilusionada», afirma.

De la identidad de su misteriosa pareja no revela su nombre y solo da algunas pistas sobre su ocupación, que para ella resulta sorprendente. «Es poco más mayor que yo. No es conocido a nivel social. Yo no lo conocía antes, pero sí a su familia, por parte de mi padre», confiesa. Sin querer revelar muchos datos sobre su identidad, asegura que «no se dedica a ganar dinero». «Tiene un trabajo, pero se dedica a algo que realmente le gusta y lo hace porque cree en el bien social».

Admite que tal vez a su madre podría preocuparle su nueva relación. «Creo que la felicidad no está en el dinero. Se podría dedicar a otra cosa, es algo que ha elegido. No es a lo que estoy acostumbrada y a mí me ha chocado para bien. Y lo admiro», afirma la diseñadora de moda, que tiene su propia firma de ropa, TFP by Tamara Falcó.

Tamara no tiene miedo a que la popularidad que la persigue a ella pueda espantar a quien aspire a convertirse en su pareja y cree que es mejor que se vaya acostumbrando desde el principio. «Ya sabes que confío mucho en Dios y él dirá. Y si sale corriendo, evidentemente, no era la persona correcta», afirma. No le pone trabas al amor por cuestiones religiosas. «El marido de Santa Mónica no era creyente y lo convirtió. Es más fácil si compartes una serie de creencias, pero si te enamoras... no es un problema», comparte.

La hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó, marqués de Griñón, corrobora en la entrevista las palabras de su madre, que hace unos días reveló que su única hija soltera había recibido dos propuestas de matrimonio, pero las había rechazado. «Las dos veces dije que no, pero fueron peticiones en las que no hubo anillo de por medio». «Cuando estás en un noviazgo, es para conocer a la persona y soy muy exigente [...] En mi familia ha habido muchas separaciones y sé lo que conlleva un matrimonio roto... y por eso me lo planteo más». La revista deduce, por la sonrisa tácita de la protagonista, que los aspirantes rechazados fueron el italiano Tomasso Musini y el financiero Marco Noyer, su primer gran amor.

Para Tamara resulta comprensible que su madre encuentre raro que ella, a sus 37 años, no haya pasado todavía por el altar. «Ella con mi edad había estado casada tres veces [...] Enseguida se ennovió, se quedó embarazada de tío Julio, se tuvo que casar y las mujeres tenían mucha menos libertad, por lo que me cuenta», valora.