Trump y Kim muestran su buena sintonía en su segunda cumbre

María Puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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SAUL LOEB | AFP

El presidente de EE.UU. calificó al líder norcoreano de «amigo» y «gran líder»

28 feb 2019 . Actualizado a las 08:00 h.

Optimismo, confianza y gestos de buena sintonía han marcado la primera jornada de la cumbre entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, que se celebra en Vietnam. Ambos se han esforzado en difundir esperanza y mostrar que existe feeling entre ellos. Al finalizar la reunión de hoy, veremos si la buena sintonía se concreta en alguna clase de acuerdo.

Con un apretón de manos ante la prensa empezaba ayer la primera jornada de la cumbre. Durante el breve posado los dos líderes se dedicaron cumplidos. Trump prometió hacer todo lo posible para conseguir un «gran resultado» y Kim elogió la «valiente decisión» del estadounidense de sentarse a negociar. Trump no dudó ni unos minutos en presentar su principal oferta negociadora, los incentivos económicos. Prometió a su «amigo Kim Jong Un» que Corea del Norte teiene un «potencial económico tremendo», que evidentemente se podrá ayudar a desarrollar si abandona su programa nuclear. «Creo que tendrá un tremendo futuro para su país y que será un gran líder», añadió.

Los dos dirigentes mantuvieron una reunión en solitario, con sus respectivos traductores, de media hora. Luego cenaron acompañados de su equipo asesor. El encuentro se celebró en el emblemático hotel de estilo colonial Sofitel Legend Metropole.

Excentricidades

Para instalar su cuartel general, Kim Jong-un ha elegido el hotel de la cadena española Melià, que suele alojar a numerosas delegaciones extranjeras. Está situado en el centro histórico, tiene más de 300 habitaciones y un helipuerto. La llegada de la amplia comitiva norcoreana ha ido acompañada de exigencias y alguna excentricidad. Han ocupado seis plantas y las presiones de Piongyang han obligado a desalojar a los periodistas estadounidenses que habían montado allí su centro de prensa. La seguridad es una obsesión para Kim, prueba de ello es que ha transportado desde Piongyang todos sus alimentos y a un cocinero, que se encarga de los menús.

La cumbre entusiasma a los vietnamitas que viven con orgullo como su país es el centro de un evento que atrae el interés internacional. Hay registrados unos 3.400 periodistas de 39 países.

Mientras Kim estuvo desaparecido durante la mañana del miércoles, Trump mantuvo un encuentro con el presidente de Vietnam y a la vez secretario general del Partido Comunista, Nguyen Phu Trong. Ambos presidieron la firma del acuerdo de compra de aviones y motores, por valor de 18.000 millones de dólares, por parte de la aerolínea vietnamita VietJet a Boeing y General Electric.

Teniendo en cuenta qué desde la cumbre de Singapur, celebrada en junio pasado, prácticamente no se ha producido ningún avance. Corea del Norte sigue manteniendo su arsenal nuclear intacto y Estados Unidos no ha levantado ninguna sanción. Cualquier acuerdo preciso que se pueda firmar será un éxito y justificará el optimismo con el que los dos mandatarios se han presentado ante la opinión pública.