Una teoría para el mayor misterio de la historia del clima

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Un artículo en Science propone una solución para la anomalía que ocurrió hace 700.000 años y que modificó el sistema climático para siempre

13 mar 2019 . Actualizado a las 13:46 h.

El relato del clima en la Tierra es la historia de un sistema complejo y dinámico, que permite la vida en el planeta, pero que ha experimentando enormes trastornos. Las etapas frías y cálidas han ido sucediéndose desde hace eones. La comunidad científica descubrió el pasado siglo que detrás de los ciclos climáticos se encuentra la órbita terrestre. Su excentricidad, -que dibuje una elipse o un círculo- y que determina la cantidad de radiación solar que llega a la superficie, cambia con una cadencia de cuarenta mil años. Sin embargo, hace unos 700.000, durante el Pleistoceno Medio, ese ciclo se alteró. De pronto, pasó a ser de cien mil años, tal y cómo sigue siendo en la actualidad. Es decir, transcurrido ese período, el mundo entra en una glaciación.

Qué ocurrió en ese momento sigue siendo una de las mayores incógnitas para los investigadores del clima. Ahora un artículo publicado en la revista Science describe un suceso oceánico que se registró en el hemisferio sur, cerca de la Antártida y que modificó la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. El cambio en la cantidad de este gas de efecto invernadero podría haber sido el detonante. «Los autores del trabajo proponen que hubo una reducción en el aporte de agua profunda, de tal manera que al haber menos intercambio entre el fondo y la superficie, aumentó la estratificación, que actúa como una barrera. Esto impidió después que llegase agua rica en CO2 a la parte superficial y, como consecuencia, el planeta dejó de calentarse. Los investigadores señalan además que después este suceso, los niveles ya no volvieron a recuperarse. Y ese menor dióxido de carbono condujo a un nuevo sistema de equilibrio, que hoy es de cien mil años», explica Kais Jacob, investigador de Geociencias marinas de la Universidad de Vigo.

Esta revisión sobre el clima del pasado resulta muy útil para que los científicos puedan entender tanto el presente como el futuro. «Conocer cómo funciona el sistema en conjunto es muy importante porque los modelos que nos sirven para hacer proyecciones futuras no dejan de ser descripciones de procesos que ocurren en la Tierra y que pueden presentar este tipo de incógnitas. Necesitamos saber de qué forma actúan para poder crear modelos fiables», confiesa Jacob. 

Además, la investigación pone de manifiesto que el clima no se comporta de forma lineal y que pequeños cambios en el sistema, como es en este caso que en una zona del planeta se reduzca el intercambio de agua entre el fondo y la superficie, pueden tener grandes consecuencias. «Hay retroalimentaciones que pueden salirse fuera de control y que empiecen a hacer un efecto como de bola de nieve. A veces pensamos que la cosas que suceden son poca cosa, pero se van sumando y puede llegar un momento en el que una gota más haga que el vaso desborde», advierte el investigador.