La fiscala sobre el Chicle: «Quería disponer de ella a sus anchas»

José Manuel Pan
José Manuel Pan SANTIAGO / LA VOZ

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Paco Rodríguez

La fiscala del caso contra el Chicle por el intento de rapto a una joven de Boiro tiene claro que él pretendía secuestrarla y agredirla sexualmente. La defensa alega que solo quería robarle el móvil

30 abr 2019 . Actualizado a las 21:30 h.

«Quería disponer de ella a sus anchas en otro lugar». La fiscala del caso tiene claro que José Enrique Abuín Gey, el Chicle, tenía planificados los pasos que iba a dar con la chica de Boiro para cometer dos delitos muy graves: secuestrarla y agredirla sexualmente. Es el resumen de las conclusiones finales de la Fiscalía en el juicio contra el Chicle por el intento de rapto de una joven de Boiro en la noche del 25 de diciembre del 2017.

A día de hoy, la joven sigue necesitando tratamiento psicológico porque sufre estrés postraumático, como atestiguaron una médica forense que la examinó y otros dos profesionales sanitarios que la siguen atendiendo en la actualidad. La fiscala considera que el Chicle quería «privar de libertad a la chica, encerrarla y disponer de ella sexualmente».

Explicó que en la acusación contra Abuín Gey es determinante el audio grabado en el móvil por la víctima durante el ataque, ya que la voz de él fue identificada sin ninguna duda por un guardia civil que lo conoció hace años en un caso de drogas y que habló con él varias veces durante la investigación por la desaparición de Diana Quer. También señaló como claves el testimonio de la chica, que es «coherente, detallado y sin ánimo de venganza», y el hallazgo de pelos de la víctima en el borde superior del maletero y en el paso de la puerta del Alfa Romeo.

 

El padre de Diana Quer mira fijamente al Chicle, que se oculta con la capucha de la sudadera, antes de la última sesión del juicio
El padre de Diana Quer mira fijamente al Chicle, que se oculta con la capucha de la sudadera, antes de la última sesión del juicio PACO RODRÍGUEZ

Todo lo contrario piensa el abogado del Chicle, que reconoce que su cliente intentó cometer un robo, pero nada más. «Os feitos son que unha persoa foi abordada polo denunciado e que houbo un forcexeo», aseguró el letrado, que sostiene que Abuín Gey solo quería «roubarlle o móbil». La defensa dijo que hubo contradicciones en la investigación y en las declaraciones de la víctima y le sorprende que solo haya restos de pelo de la víctima en el borde del maletero y no dentro, cuando ella sí declaró que había llegado a estar dentro empujada por el atacante.

Y sobre el intento de agresión sexual, el abogado le preguntó a la fiscala cómo sabe que su defendido quería cometer ese delito cuando el Chicle solo exigía a la chica que le entregara el móvil, como se escucha en el audio grabado por ella. «¿Por que non podía ser intento de asasinato?», insistió el letrado, quien planteó además que la acusación pública intentaba relacionar este caso con el de Diana Quer. Con la acusación de intento de agresión sexual, dijo el abogado defensor, «o único que se busca é unha prisión permanente no outro caso».

Visto para sentencia

Es este el resumen de las conclusiones finales de las partes en la última sesión del juicio contra el Chicle por el rapto de la joven de Boiro, que ha quedado visto para sentencia tras una última sesión que estuvo marcada desde el principio por el caso Diana Quer. El padre de la joven madrileña, que se sentaba muy cerca del Chicle en la sala del juicio, protagonizó un incidente en el momento en que el juez le estaba dando la última palabra al acusado. Juan Carlos Quer se puso de pie y pidió permiso para hablar, pero el presidente del tribunal se lo negó y le ordenó que se sentara. «No quiero hablar con el público. En la sala se está sentado, como todo el mundo, y callado. Si no, lo echo de la sala», le dijo el presidente del tribunal. Una vez levantada la sesión, cuando el público ya abandonaba la sala, Juan Carlos Quer intentó dirigirse al juez para pedirle disculpas, pero este le impidió acercarse.

Momento en el que Juan Carlos Quer quiere dirigirse al juez pero este le impide ponerse en pie o hablar
Momento en el que Juan Carlos Quer quiere dirigirse al juez pero este le impide ponerse en pie o hablar PACO RODRÍGUEZ

El otro protagonista de la jornada fue el Chicle, que hizo uso de su derecho a la última palabra. Para eso tuvo que sentarse frente al tribunal y abandonar la postura que mantuvo durante las más de dos horas que duró el juicio. En todo ese tiempo, permaneció oculto con la capucha de la sudadera y apoyando la cabeza en su mano izquierda, inmune a lo que sucedía en la sala y a las miradas que en varias ocasiones le dirigió el padre de Diana Quer.

«La chica de Madrid»

En primer lugar, el acusado quiso desmentir una de las claves del caso, la apertura del maletero. Los investigadores explicaron que se abría pulsando un botón desde dentro del coche, pero el Chicle aseguró que ese botón estaba averiado y que el maletero solo se podía abrir con la llave. Aseguró también que en el maletero del Alfa Romeo es imposible meter a una persona dentro, de forma que si la chica hubiese llegado a entrar no podría haber salido. Y dijo que a él la Guardia Civil en ningún momento le dijo que estaba detenido por el caso de Boiro. «Me detuvieron por el asesinato de la chica de Madrid», aseguró.

Fue después de ese momento cuando mostró cierto arrepentimiento al decir que «si pudiera dar marcha atrás más de dos años, lo haría. Pero no puedo». Y añadió: «Ojalá algún día se sepa toda la verdad. Pero toda la verdad. Y si no, yo me encargaré de que se sepa, pero cuando esté fuera, no antes». En clara referencia al caso Diana Quer, aunque sin nombrar a la joven madrileña, dijo: «Siento mucho lo ocurrido, y aparte de eso, decirle a la familia de la chica de Madrid que no pongan en duda muchas cosas». No pudo continuar con su alegato, porque el presidente del tribunal le cortó por no ceñirse al caso de Boiro.

Petición de 15 años de cárcel

El Ministerio Fiscal solicita en su escrito de acusación que José Enrique Abuín Gey, el Chicle, sea condenado a 15 años de cárcel por detención ilegal o, alternativamente, por un delito consumado de coacciones, así como por intento de agresión sexual, robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, amenazas y lesiones.

En la sesión de ayer intervinieron varios peritos, entre ellos dos guardias civiles que participaron en la investigación y que trataron de relacionar el caso de Boiro con el de Diana Quer por las similitudes en el modo de actuar del Chicle. Sin embargo, el presidente del tribunal los interrumpió en varias ocasiones y no les permitió seguir por ese camino.