Buscando la culpabilidad en los detalles

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SHAWN THEW

Los demócratas han descuidado la oposición convencional a las políticas de Trump y lo han jugado casi todo a esa carta del «impeachment»

19 abr 2019 . Actualizado a las 09:22 h.

Ayer se difundía el esperado informe Mueller, la investigación sobre una posible colusión de la campaña de Donald Trump en el 2016 con Rusia para influir en el resultado electoral, y en todas las grandes cadenas norteamericanas había un panel de abogados esperando a abalanzarse sobre los cuatrocientos folios. Querían encontrar en ellos, en un tiempo récord, algo que corrigiese el mal sabor de boca que ha dejado entre los demócratas y los medios de comunicación la publicación de las conclusiones preliminares el mes pasado. En aquellas, Mueller reconocía que no había encontrado pruebas de colusión con Rusia. Plantaba, sin embargo, un regalo envenenado para Trump: sobre otra alegación distinta, la de haber intentado obstruir la investigación misma, el ponente decía que ni le acusaba ni le exoneraba, que ni sí ni no. Por eso había una gran expectación ante la publicación de los detalles de la investigación de Mueller, porque en esos detalles podría hallarse una base que permita retomar esa acusación.

Los demócratas creen que esto es vital para ellos. Han invertido tanto tiempo y recursos en atacar este flanco de Trump que su exoneración completa le proporcionaría una baza importante para su reelección en el 2020. Convencidos de que podían tumbarle en los despachos, los demócratas han descuidado la oposición convencional a las políticas de Trump, lo han jugado casi todo a esa carta del impeachment y, si eso falla ahora, las elecciones les sorprenderán con los deberes sin hacer. Su única esperanza es citar a Mueller ante el Congreso, lo que ya han hecho, y ver si le pueden hacer decir algo que permita procesar a al presidente.

 Es probable que Mueller, bastante hostil a Trump, se preste a ello. Él tiene su propia interpretación de lo que constituye «obstrucción a la justicia», una interpretación polémica que la mayoría de los juristas rechazan, pero que seguramente adoptarán con entusiasmo los demócratas. Si ellos quieren, podrán llevar a Trump al impeachment, porque para eso basta con una mayoría en la Cámara de Representantes, de la que los demócratas disponen. Pero para condenar a Trump sería necesaria la cooperación de algunos senadores republicanos, algo que no ocurrirá a menos que la acusación sea realmente sólida. Por eso es más fácil suponer que los demócratas ya no aspiran a la revocación del mandato de Trump, y que les basta simplemente con mantener viva la polémica en torno a este asunto. 

Mientras tanto sigue su camino otra investigación de la que se habla mucho menos, pero que también promete material para el debate. En este caso, la dirige el inspector general del Departamento de Justicia Michael Horowitz e indaga si Barack Obama ordenó al FBI espiar ilegalmente la campaña de Trump en el 2016 para incriminarle. Sus conclusiones proporcionarán, seguramente, material para un contraataque de Trump contra los demócratas. Así que todo apunta a que, en buena parte, las elecciones del 2020 no las van a librar los políticos sino sus abogados. Desgraciadamente.