Un millonario árabe ayuda a un niño peruano que hacía los deberes bajo la luz de una farola

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN | LA VOZ

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La historia del pequeño, cuya familia no tenía dinero para la acometida eléctrica, se convirtió en viral después de que unas cámaras de seguridad lo sorprendieran estudiando en la calle

28 may 2019 . Actualizado a las 15:33 h.

Primero acostado boca abajo encima de la acera. Luego se levanta y se sienta en el borde para buscar una postura más cómoda. Pero siempre con la mirada fija en un libro, con un lápiz en la mano y con lo que parece una goma de borrar al lado. No se despista ni por un momento ni pierde la atención bajo la tenue luz de un foco. La escena protagonizada por Víctor Martín Angulo Córdoba, un niño peruano de 12 años que hacía los deberes aprovechando la luz del alumbrado público, se convirtió en viral en las redes sociales después de que la imagen fuera captada por las cámaras de seguridad del municipio de Trujillo, donde vive con su madre en una modesta y desvencijada vivienda. La familia no tiene para para pagar la energía eléctrica, por lo que el pequeño no le quedaba más remedio que salir a la calle y aprovechar la luz de una farola para poder estudiar.

Su historia, que corrió como la pólvora en las redes sociales a mediados de abril, levantó una ola de solidaridad que conmovió a miles de personas en todo el mundo. Las autoridades locales ofrecieron facilidades a la familia para acometer la instalación eléctrica y muchos otros se interesaron por el caso. Pero el gesto más conmovedor llegó de un hombre de negocios de Bahrein, dueño de una fábrica de chocolates en Londres. Nada más conocer la historia, Jacob Mubarak, un filántropo de 31 años, decidió viajar de su país a Perú para brindarle su ayuda al pequeño. El empresario se ofreció a rehabilitar la vivienda de su familia y a montar un pequeño negocio a su madre para que pudiera sacar adelante a su hijo.

Víctor Martín Angulo podría, por fin, estudiar con comodidad, pero quería que sus compañeros pudieran hacerlo en las mismas condiciones. Fue así como el niño le hizo una última petición a su benefactor: remodelar el colegio en que estudian los pequeños, cuyas instalaciones estaban a punto de colapsar. Y acaba de acceder a ello. «Lo primero que le gustaría hacer es que cada grado de la escuela, tanto de primaria como de secundaria, tenga instalaciones independientes», explicó el traductor de Mubarak en declaraciones recogidas por la televisión local América Noticias. Jacob Yusuf Ahmed Mubarak, de 31 años, también tuvo una infancia difícil. Ahora es un joven millonario, pero lo pasó mal.

Víctor Martín Angulo también está feliz. «Estoy contento de que los chicos me estén apoyando a construir mi casita, que es humilde y que nunca lo va a dejar de ser. Y agradecido porque también nos van ayudar a construir nuestro colegio», según relató a los medios locales. Ahora podrá estudiar en condiciones para cumplir su sueño. Quiere ser policía para «luchar contra los corruptos, los ladrones y las drogas». Y también luchará para que «a nadie le falta electricidad». Para el ya se hizo la luz.