No todos los seguros son tan seguros

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

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Mabel Rodríguez

La contratación de una póliza de viaje que cubra desde gastos sanitarios hasta la repatriación es cada vez más habitual, pero no vale cualquiera. Las coberturas han de ir acordes al destino

03 jun 2019 . Actualizado a las 16:04 h.

Pekín. Un agradable almuerzo en un restaurante moderno de comida típica de Hong Kong. El día no pasaría de ser una jornada de ocio en vacaciones de no ser porque la sobremesa acabó en la sala de urgencias de un hospital internacional de la capital china. Una alergia al marisco oculto en la masa blanca que envolvía una especie de canastos de carne tuvo la culpa. Y de poco valió la advertencia hecha al camarero antes de comenzar el ágape.

La escena ocurrió hace unos diez años. Acabó relativamente bien. Una inyección de corticoide y unas pastillas para ingerir durante cuatro días. De postre, en el hospital llegó una factura de 500 dólares americanos. La paciente tenía seguro de viajes, pero la cobertura no cubría el adelanto del dinero de los gastos sanitarios. Cuando regresó a España, después de presentar los documentos precisos, le devolvieron el dinero. Tardaron solo tres días, pero antes tuvo que abrir ella la cartera. La anécdota ilustra la importancia no solo de contratar un buen seguro de viaje, sino también la de leer con detenimiento la letra pequeña y las condiciones de la póliza. Y no importa que la idea sea escapar un fin de semana a París o hacer un gran viaje de tres semanas a Sudáfrica. Llevar la espalda bien cubierta no está nunca de más. Por eso, ahora que empieza el verano y los deseos de vacaciones se multiplican, estos son algunos consejos para que los seguros no nos acaben dando una sorpresa como le ocurrió a aquella joven en Pekín.

?¿Cuándo contratar un seguro de viaje?

La preparación de un viaje no solo tiene que basarse en la contratación del medio de desplazamiento (vuelo, tren o autobús) más los alojamientos. Hay un tercer elemento que no puede faltar. Es el seguro. «En países como Reino Unido, un 80 % de la gente que viaja contrata seguro. En España no llegamos a ese nivel, pero vamos por buen camino», apunta Carlos Uceda, director de cuentas de Intermundial.

Y Paz Rovira, responsable de márketing de IATI Seguros, hace un apunte previo a entrar de lleno a hablar de coberturas: «En este asunto hay quien confunde el seguro de asistencia en viaje con el seguro de anulación. El primero empieza con el viaje y termina al final de este. Este ha de cubrir, entre otras cosas, gastos sanitarios, repatriación..., mientras que el segundo se contrata en el momento en el que se reserva el viaje y su cobertura dura hasta el momento de la salida. Fundamentalmente es para que devuelvan el dinero en caso de no poder viajar por una causa justificada (hay que leer qué circunstancias cubre)». Teniendo en cuenta esto, para Uceda el mejor momento para contratar el seguro es hacerlo cuando se contrata el resto del viaje, aunque en el caso de la asistencia en viaje puede hacerse hasta justo el día anterior de la partida. En cambio, en el caso de la póliza de anulación es obligatorio contratarla al mismo tiempo que el viaje. 

?¿Qué tiene que cubrir un buen seguro para no llevarse sorpresas?

Más allá de la devolución del dinero invertido en el caso de no poder viajar, la principal cobertura es la que se refiere a la asistencia médica desde el inicio del trayecto hasta que se está de vuelta en casa. «Además de esto -indica Rovira- debería cubrir cualquier circunstancia imprevista que pueda ocurrir durante el viaje con coberturas complementarias en función del tipo de viaje y del lugar al que se vaya». Junto a la atención médica, otras coberturas a tener en cuenta son la atención odontológica (a veces la cantidad va aparte del resto de gastos sanitarios), la repatriación, el viaje de un familiar en caso de enfermedad, la asistencia jurídica o la responsabilidad civil. «Un ejemplo de lo que puede pasar y que la gente no piensa hasta que no pasa es estar alojado en un hotel caro. De repente, se rompe por accidente un jarrón caro y obligan a pagarlo. Eso lo cubriría una responsabilidad civil», dice Rovira. Además, recuerda que es conveniente incluir cosas que aunque no suelen redcibir la importancia adecuada, la tienen: Retrasos de vuelos, llegada de equipaje o pérdidas de maletas. En este sentido, aclara que en los retrasos en la entrega del equipaje, lo que se le da al pasajero no es una indemnización, es una cobertura de reembolso para adquirir prendas de primera necesidad o cosas de aseo mientras no llegan las maletas. Desde el buscador Rastreator también apuntan que para aquellas personas que viajan a menudo, una opción interesante es contratar un seguro multiviaje, que cubre todos los viajes que se realicen en un año y que tengan una duración inferior a 90 días.

 ?¡Ojo con El límite de la atención médica y con no tener que adelantar el dinero en destino!

Este es uno de los asuntos donde hay que poner más atención a la hora de contratar un seguro de viaje. La póliza tiene que ir acorde al lugar al que se viaja. No es lo mismo volar a Tailandia, donde la atención médica es relativamente barata, que hacerlo a Japón o Estados Unidos. «Debemos de ser conscientes de que en Estados Unidos una noche de hospitalización ronda los 13.000 euros», apunta Carlos Uceda. A partir de ahí, basta con echar cuentas. De ahí la importancia de que el límite de gasto cubierto vaya en función del coste de la sanidad en el país de destino. Conviene, además, no quedarse cortos. Rovira recuerda el caso de una asistencia que tuvieron que dar en Estados Unidos. «Fue una cosa complicada y la factura del hospital fue de 248.000 euros». Por eso, resulta fundamental que las condiciones de la póliza no impliquen un adelanto del dinero de la factura, ni tenga franquicia. Hay que comprobar que el seguro corra con todos los gastos desde el momento en el que se hace la llamada para dar el aviso.

Otra cosa que hay que revisar bien es que ese límite de dinero cubierto sea por accidente, no por el total de partes que se den durante el viaje. «Hay pólizas en las que van descontando el importe de un parte de la cobertura total. El tope de cobertura de nuestros seguros es por parte dado, no por el conjunto de los que se den durante un viaje», explica Rovira.

?La tarjeta sanitaria europea cubre, pero no todo

Buena parte de los turistas que viajan por Europa usan la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE)  para poder ir al médico en caso de que tengan algún problema imprevisto. Desde la web Rastreator advierten de que «en ocasiones pensamos que no nos hace falta contratar un seguro aparte de la tarjeta. En caso de emergencia, permite al titular acceder a la sanidad pública en el país de destino, además de atención durante el embarazo o en el parto. Sin embargo, no cubre la asistencia en clínicas privadas, la pérdida o sustracción de pertenencias, la repatriación, las demoras o cancelaciones de viajes, el ámbito legal ni el fallecimiento». Por eso los expertos recomiendan que en esos casos también se vaya con una cobertura sanitaria del 100 %. Además, estos especialistas insisten en que no hay que confiarse con la cobertura que da la tarjeta Visa o la que puede traer «de serie» un viaje organizado. Recuerdan que en esos casos hay que leer la letra pequeña.

?Deportes de riesgo y buceo

¿El trecking es un deporte de riesgo? Para algunas pólizas lo es. De ahí que cuando se tenga pensado practicar algún deporte en el viaje sea recomendable llevar esta cobertura. No solo eso. Muchas pólizas no incluyen el buceo en la cobertura de deporte de riesgo y las que lo hacen hasta una profundidad determinada. «Lo normal es que los seguros generalistas que la incluyen cubran hasta los 20 metros de profundidad», apunta Rovira. Es más, algunas pólizas obligan a hacer un bautismo previo para que quien lo practique esté cubierto. Para no tener problemas, puede hacerse un ampliación de seguro o contratar una póliza que incluya la actividad. En el caso de realizar actividades como trecking, también hay que revisar más de una vez la letra pequeña. Cada vez son más las personas que se apuntan a unas vacaciones de aventura. Basta ver las colas de estos días para subir al Everest. Un seguro de trecking, normal cubre normalmente hasta alturas de 3.000 metros, pero quien viaje hasta el campo base del Everest, en Nepal, sube hasta los 5.300 metros. Ojo, también los que vayan a detinos como los Yungas, en Bolivia, o algunas zonas de Perú.

?La repatriación

Esta es, tras la sanitaria, una de las coberturas fundamentales. Rovira recuerda el caso de una mujer que sufrió un accidente en una vértebra en el norte de Tailandia. No fue fácil trasladarla a España. Hubo que llevarla hasta Bangkok en un transporte especial y para no tener problemas en el vuelo de vuelta, tuvieron que quitar varias plazas para que pudiera viajar. La factura no fue barata. De ahí la importancia de que los costes de repatriación sean del 100 %.