Iglesias se pliega y cede su exigencia de un bipartito por un «Gobierno de cooperación»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias exhibieron este martes sintonía
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias exhibieron este martes sintonía Eduardo Parra | Europa Press

Ferraz pide la abstención del PP y Cs, pero Sánchez ni se lo desliza a sus líderes

12 jun 2019 . Actualizado a las 07:33 h.

La primera reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha servido para constatar quién es el que tiene mejor juego para esta partida de cartas que los dos líderes mantienen desde la celebración de las pasadas generales. Apenas un pequeño gesto del presidente en funciones como el de ofrecer a Podemos la posibilidad de conformar algo tan etéreo como «un Gobierno de cooperación» ha sido suficiente para que el secretario general de la formación morada lo considerase como un gran paso para desbloquear la legislatura.

En Podemos, la reciente amenaza socialista de una nueva convocatoria electoral en otoño en caso de que no faciliten la investidura de Sánchez huele a farol, pero la realidad es que en la formación morada llevan tan mal juego y tienen tan pocas fichas que no pueden permitirse ni siquiera comprobarlo.

Las pretensiones de Iglesias se han rebajado de forma notable desde su irrupción en el Congreso, y en menos de cuatro años ha pasado de exigir la vicepresidencia, varios ministerios, el CNI y la televisión pública, la mitad más jugosa de la tarta, a conformarse con las migajas. Sigue insistiendo en que les dejen entrar en el Gobierno, pero cada vez con menos energías. «Nos han propuesto empezar a trabajar por un Gobierno. Gobierno conjunto, de cooperación, de coalición... Es lo de menos. Lo importante son los contenidos», comentó.

La votación de investidura continúa sin fecha, a la espera de que Sánchez la acuerde con la presidenta del Congreso, aunque todo invita a pensar que se celebrará en la segunda semana de julio. En el PSOE siguen reclamando una abstención del PP y Ciudadanos que les permita gobernar en solitario.

Ayer volvió a insistir la portavoz del grupo socialista en el Congreso, Adriana Lastra, quien afirmó que Sánchez les había trasladado a Casado y a Rivera esta posibilidad. Sin embargo, fuentes de ambas formaciones han confirmado a este periódico que en las reuniones de ayer ni siquiera llegó a deslizárselo. En Génova sostienen que se trata de una estrategia para presionar a Iglesias y Rivera.

Tanto Casado como Rivera ofrecieron a Sánchez lealtad en pactos de Estado, pero aseguraron que votarán en contra de su investidura. 

Maratón de Ábalos

En realidad, tanto Rivera como Casado sostienen en público y en privado que el único camino viable para que Sánchez logre ser investido pasa por el apoyo de Podemos. «Es lo lógico», comentó el líder del PP en su comparecencia de ayer al finalizar la reunión. «Ahora la pelota está en el tejado de la izquierda». Pero para Sánchez, Podemos es el aliado necesario, pero no suficiente, por lo que desde este mismo miércoles su fontanero de referencia, el ministro de Fomento en funciones y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, se fajará en un maratón de reuniones en el Congreso con el objeto de empezar a atraer a los grupos minoritarios con representación en la Cámara Baja. Así, mantendrá entrevistas con los líderes de Compromís, PNV y PRC, que parecen más que asequibles, y también con los representantes de Coalición Canaria y de Navarra Suma, de los que parece que acabará dependiendo el resultado final. Los insulares exigen que Podemos no entre en el Gobierno, ni siquiera en la sombra. Los navarros reclaman Pamplona. 

La moda de los políticos de retorcer el lenguaje 

Iglesias salió relativamente satisfecho de su encuentro de este martes con Pedro Sánchez en el que este le ofreció un Gobierno de cooperación. ¿Qué significa esta fórmula?

Pues lo cierto es que de momento nadie es capaz de aclararlo; ni siquiera las personas más cercanas al presidente en funciones, por lo que da la sensación de que el lenguaje político ha incorporado un nuevo concepto a su vocabulario. Uno de los trabajadores de la Cámara Baja sugería ayer en los pasillos que, debido a la reciente tendencia de los dirigentes a retorcer el lenguaje, en breve habrá que meter en plantilla un equipo de lingüistas para que trabajen codo con codo con ujieres, letrados y compañía.

El presidente del PP, Pablo Casado, tampoco pudo arrojar mucha luz tras su encuentro con Sánchez: «No, no me ha explicado lo que es. Vamos iniciando nuevos géneros.

«Para nosotros el nombre es lo de menos. Si para el PSOE utilizar significantes distintos le va bien, nos da igual», comentaba Iglesias. En las últimas horas se ha desprendido que Podemos podría rebajar sus pretensiones ministeriales y conformarse con secretarías de Estado. Por su parte, Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso, se apresuró a matizar que la cooperación no equivale a una coalición, reafirmando que la oferta socialista no ha variado: incluir en el Consejo de Ministros a «independientes» que acuerden ambas formaciones, pero nunca a representantes con carné de la formación morada.

Así te contamos la jornada de reuniones en directo: