Batet fija el debate de investidura de Pedro Sánchez para los días 22 y 23 de julio

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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Juan Carlos Hidalgo

La presidenta del Congreso confirma las fechas tras hablar telefónicamente con el presidente del Ejecutivo

02 jul 2019 . Actualizado a las 19:21 h.

El debate de investidura tiene fecha. Finalmente será la cuarta semana de julio cuando el candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, intente recabar la confianza de la Cámara Baja en busca de prolongar su estancia en Moncloa otros cuatro años. Así lo confirmó este mediodía la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tras una conversación telefónica con el dirigente socialista, que continúa en Bruselas tratando de cerrar el reparto de cargos dentro de la UE con el resto de líderes europeos.

El pleno arrancará el lunes día 22 de julio a las 12 horas, cuando el secretario general socialista expondrá su programa de Gobierno. Tras el parón para la comida, a las 16.00 se reanudará la sesión con las intervenciones de los líderes del resto de grupos parlamentarios.

La primera votación no se celebrará hasta el día siguiente, el martes 23. Aquí Sánchez necesita la mayoría absoluta del hemiciclo para salir investidos; es decir, 176 apoyos.

Muy previsiblemente, no los logrará, por lo que tendrá que recurrir a una segunda votación a las 48 horas (el jueves 25) en la que le sería suficiente con obtener una mayoría simple, o lo que es lo mismo, más síes que noes. Esta también se antoja complicada y a estas alturas todo apunta a que tampoco lo conseguirá ni con la ayuda del Apóstol. El éxito de Sánchez pasa por buscar el apoyo de Podemos, que exige su entrada en el Consejo de Ministros; del PNV, que reclamará sus habituales peajes en materia de infraestructuras y más competencias para el País Vasco; de Compromís, que pide una revisión del modelo de financiación autonómico; y del PRC (el único que ya tiene atado gracias a un importante desembolso para la llegada del AVE a Santander). Con esto no le resultará suficiente, por lo que a mayores necesitaría la abstención de los independentistas catalanes (JxCat o ERC) o de Bildu.

De volver a fracasar, con la primera votación (la del martes 23) queda activado el reloj de dos meses que recoge la Constitución para la elección de un jefe del Ejecutivo. Durante este plazo el rey Felipe VI volvería a retomar la ronda de consultas las veces que fuesen necesarias y, si lo considerase oportuno, podría volver a proponer a un nuevo candidato (parece imposible que sea alguien distinto a Sánchez) a la presidencia. Si nadie obtiene la confianza de la Cámara en estos dos meses, automáticamente se disolverían las Cortes y se convocarían unas nuevas elecciones generales a los 47 días. En principio, para el domingo 10 de noviembre.