Von der Leyen hace historia al ser la primera mujer en dirigir la Comisión Europea

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro CORRESPONSAL / BRUSELAS

ACTUALIDAD

Ursula Von der Leyen celebró aliviada el resultado de la votación del Parlamento Europeo
Ursula Von der Leyen celebró aliviada el resultado de la votación del Parlamento Europeo VINCENT KESSLER

El voto dividido de los socialdemócratas facilitó la victoria de la conservadora alemana

17 jul 2019 . Actualizado a las 12:08 h.

Por primera vez en los 61 años de historia de la UE, una mujer tomará las riendas de la Comisión Europea. La Eurocámara avaló este martes la candidatura de la alemana Ursula von der Leyen en una ajustadísima votación secreta en la que 383 eurodiputados votaron a su favor, solo nueve por encima de la mayoría necesaria, y 327 en contra. El timón del Ejecutivo comunitario, hoy en manos del luxemburgués Jean-Claude Juncker, pasará el 1 de noviembre a manos de su correligionaria, quien quiere establecer un equipo con paridad de hombres y mujeres. Su elección es un hito en la trayectoria política de la UE, donde todos los capítulos desde su fundación hasta el presente han estado protagonizados y monopolizados por hombres. “Vuestro voto de confianza en mí es confianza en una Europa más unida y fuerte, de este a oeste y de sur a norte. En una Europa lista para luchar por su futuro en lugar de luchar unos contra otros”, celebró tras conocer el resultado.

La victoria de Von der Leyen fue posible gracias al apoyo de su partido (PPE), el voto mayoritario del grupo liberal Reformar Europa y el voto divido de la familia socialdemócrata. Delegaciones como la alemana, la belga, la holandesa, la francesa o la griega se rebelaron contra la líder del grupo, Iratxe García, y votaron en contra por discrepancias en torno al reparto de cargos y el rol menor que ocuparán los socialistas en las instituciones en los próximos cinco años, fruto de las negociaciones del presidente español, Pedro Sánchez, en el Consejo. «Fuimos muy escépticos con la candidata (…) Pero tenemos que admitir que ha abrazado las demandas centrales de nuestro grupo», trató de justificar la española, quien consideró el voto favorable un «acto de responsabilidad» con el que evitar una crisis institucional con el Consejo. También dejó un mensaje a Von der Leyen para estar segura de que cumplirá sus promesas en torno al establecimiento de salarios mínimos, objetivos climáticos y una fiscalidad más justa: «Tiene que recordar que, sin nosotros, no puede haber una mayoría proeuropea», deslizó García. El pacto a tres bandas permitirá al actual vicepresidente y candidato socialdemócrata, Frans Timmermans, revalidar el cargo. Quienes se apearon en bloque fueron los ecologistas. A pesar de los detallados y ambiciosos compromisos en materia de lucha contra la crisis climática, Von der Leyen fue incapaz de convencer al grupo con sus “buenas intenciones”. Verdes-ALE aspiraba a tener alguna “cartera buena” en la futura Comisión Europea. Su voto negativo podría pasar factura. 

Voto ultra

«Me tranquiliza que no me vote, es el máximo premio que puedo recibir hoy», le había espetado Von der Leyen al ultraderechista del AfD alemán, Jörg Meuthen, horas antes de abrirse las urnas. Su desprecio público al voto de la extrema derecha y su actitud inflexible ante las demandas de los extremistas pusieron al grupo Identidad y Democracia (ID) en su contra. Ni el AfD, ni la xenófoba Liga Norte italiana ni la Reagrupación Nacional francesa de Marine Le Pen respaldaron a la conservadora, quien prefirió reforzar el cordón sanitario desplegado por las fuerzas progresistas y proeuropeas en la Eurocámara. A quienes sí acabó cortejando fue a los ultraconservadores polacos del PiS, en la diana por conducir a Polonia hacia una deriva antidemocrática sin precedentes. A pesar de que Von der Leyen mantendrá a su bestia negra, Timmermans, en el cargo, el partido la respaldó en las urnas. También contó con el voto favorable de los antisistema italianos del Movimiento Cinco Estrellas.  

 Objetivos climáticos y laborales ambiciosos

A pesar de ser catalogada de «oportunista» y «ambigua», Von der Leyen era la mejor opción posible. En eso se pusieron de acuerdo ayer las principales familias políticas que, con su elección, evitan una crisis institucional con el Consejo y una crisis política a tres meses y medio del brexit y a las puertas de unas negociaciones presupuestarias de las que dependen centenares de programas de empleo, ayudas agrícolas o inversiones verdes.

La tarea no fue fácil. Se llegó a especular con su caída y la convocatoria urgente de una cumbre de líderes. Los resultados demuestran que su candidatura estuvo en el filo de la navaja. El voto secreto facilitó más deserciones de las esperadas en todas las familias. «En política, una mayoría es una mayoría», exclamó la alemana, quien prepara las maletas para instalarse en Bruselas, ciudad donde nació: «Es como volver a casa».

Atajar las desigualdades

Y aun así, lo más complejo está por llegar: ¿Cómo cuajar un programa político tan mestizo y heterogéneo como el que presentó ayer a la Eurocámara? Algunos dan por hecho que la presión de las capitales le obligará a incumplir buena parte del menú en el que los platos principales son la lucha contra la emergencia climática y la mejora de las condiciones laborales en la UE para atajar la pobreza y las desigualdades.

La alemana quiere reducir las emisiones de CO2 en un 50% para el 2030, establecer un impuesto al CO2 en frontera y desplegar un programa de inversiones que movilicen hasta un billón de euros para apoyar la transición hacia una economía verde. En material social,, ha hecho suya la demanda de los socialdemócratas para establecer salarios mínimos en toda la UE, una propuesta a la que su partido se opuso en Alemania. También manifestó su intención de desarrollar un reaseguro de desempleo europeo, una fiscalidad más justa, poner en marcha un fondo para ayudar a las regiones menos desarrolladas y alumbrar una red de apoyo para luchar contra la pobreza que afecta a un cuarto de los menores europeos. En materia de derechos, dejó claro que no cederá a las pulsiones ultranacionalistas y antidemocráticas: «Quiero una Europa basada en el Estado de derecho, con una democracia vívida», deslizó horas después de lanzar un mensaje a ciertos gobiernos euroescépticos: «Quien pretenda debilitar a la UE, dividirla o destruir sus valores encontrará en mí a su peor enemiga».