La economía española frenó en primavera

Ana Balseiro
ANA BALSEIRO REDACCIÓN

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El PIB registró su menor crecimiento en cinco años, de solo el 0,5 % entre abril y junio, dos décimas menos que en el primer trimestre, por la caída de la inversión y el menor consumo

31 jul 2019 . Actualizado a las 21:00 h.

El crecimiento de la economía española está frenando. Así lo confirmaron este miércoles los datos de contabilidad nacional avanzados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestran que en el segundo trimestre del año el PIB del país solo creció un 0,5 %, es decir, dos décimas menos que entre enero y marzo, y un 2,3 % en términos interanuales (una décima menos). España se aleja así, cada vez más, de las tasas superiores al 3 % registradas en los años de mayor brío, mientras que para encontrar un avance del 0,5 % hay que retroceder al tercer trimestre del 2018, que a su vez supuso el alza más contenida desde el 2014, en el arranque de la recuperación, cinco años atrás.

¿A qué se debe esta pérdida de fuelle? La ralentización responde principalmente a la caída de la inversión empresarial, en la que comienza a pesar la incertidumbre, especialmente la exterior.

La incertidumbre pasa factura

El Banco de España señalaba recientemente entre los riesgos para la economía global ?y su contagio a España? «la posible proliferación de medidas proteccionistas, una salida desordenada y sin acuerdo del Reino Unido de la UE, una desaceleración más intensa de lo esperado en China o en el área del euro, o un ajuste severo en los mercados financieros». A todo lo anterior se suma, ya en clave interna, la desconfianza que para la inversión supone la falta de Gobierno, cuya constitución reclaman cada vez con más insistencia voces empresariales y financieras. Y es que no por casualidad el último frenazo acusado del PIB, en el 2016, coincidió con el año de interinidad del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

En cualquier caso, pese a que la economía nacional aún exhibe más músculo que la europea (Eurostat anunció este miércoles que la eurozona creció en el trimestre solo dos décimas), el diferencial mengua y los síntomas de desaceleración de la demanda interna ?inversión y consumo? son preocupantes, pues su aportación al crecimiento del PIB (1,6 puntos) es la más baja desde el 2014.

En lo que respecta a la inversión, se contrajo un 0,2 %, lastrada por la abultada caída (del 2,5 %) de la inversión empresarial, que en tasa interanual modera su contracción hasta el 1,5 %, aunque supone el primer retroceso del gasto de las empresas desde el 2013, cuando el país aún no había salido de la crisis.

Por su parte, el consumo de los hogares, aunque sigue en positivo, tirando del crecimiento, también pierde fuerza y solo avanzó tres décimas en el segundo trimetre y un 1,7 % interanual, su peor dato desde el 2014.

En contraposición al anémico escenario doméstico, la demanda externa tuvo un mejor comportamiento, ya que las exportaciones avanzaron un 1,8 % en el trimestre, después de un año de debilidad (entre enero a marzo permanecieron planas). El menor crecimiento de las importaciones, del 1 %, impulsa el efecto positivo del sector exterior.

Empleo y salarios se enfrían

Los datos publicados ayer por el INE confirman la tendencia avanzada en la última Encuesta de Población Activa (EPA), que el mercado laboral también se enfría. Y es que, medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, el empleo solo creció esta primavera un 0,4 %, tres décimas menos que en el primer trimestre. En términos interanuales, el avance fue del 2,5 % (un retroceso de tres décimas) que equivale a la creación de 459.000 empleos.

Sin embargo, en este escenario de menor crecimiento económico y ralentización de empleo, los salarios continuan subiendo. Eso sí, lo hacen menos. La masa salarial total se incrementó un 4,8 % interanual (dos décimas menos que en el período anterior), sumando cinco trimestres con crecimientos por encima del 4 %. Evolución contraria han seguido los beneficios empresariales, que se han elevado un 1,5 % interanual, siete décimas más que en el primer trimestre.

Pese al bache de esta primavera, la economía nacional más que dobla el crecimiento de la europea, y en las últimas semanas los organismos internacionales han mejorado las previsiones para España. El último, el FMI, situó su crecimiento para este año en el 2,3 % (dos décimas más) y en el 1,9 % para el 2020.