El abad de Montserrat reconoce que el monje Andreu Soler fue un «depredador sexual»

Redacción EFE

ACTUALIDAD

La abadía admite otros dos casos de abusos por parte de otro religioso y reconoce que «se omitió cualquier tipo de actuación»

07 sep 2019 . Actualizado a las 09:52 h.

Hace 43 años que el monje Andreu Soler cometió el primer abuso sexual registrado. Era 1972 y por aquel entonces enfrentarse contra algún miembro de la Iglesia era complejo y arriesgado, pero acusarlo de pederastia era, sin duda, todo un acto de valentía.

Hoy, el Monasterio de Montserrat ha reconocido que el monje Andreu Soler, responsable durante 40 años de la agrupación de scouts y fallecido en 2008, fue un «depredador sexual» sin que el entonces abad, Sebastià Bardolet, hiciera nada pese a la «rumorología suficiente» sobre su conducta pederasta.

La comisión independiente creada por el abad de Montserrat para investigar los abusos ha revelado, además, dos casos hasta ahora desconocidos por parte del que fue responsable de la Escolanía de Montserrat, V.T.M, cometidos en 1968, aunque ha documentado que el abad de entonces, Cassià María Just, sí informó «con transparencia» a las familias y apartó de inmediato al monje, que dejó el monasterio y la orden religiosa en 1980.

La comisión reprocha que en los abusos a los scouts, que Soler cometió entre 1972 y 1999, «se omitió cualquier tipo de actuación», aunque no ha podido concluir si el entonces abad Bardolet «escondió lo que sucedió o actuó por desconocimiento de la situación, ya que existen versiones contradictorias».

Sin embargo, afirma que «había rumorología suficiente para justificar una acción encaminada a reunir a los padres, actuar contra el hermano Andreu o haberlo apartado preventivamente» de la agrupación escolta Nois de Servei que él mismo había fundado.

El actual abad, Josep María Soler, creó la comisión independiente el pasado mes de enero después de la denuncia presentada por Miguel Hurtado, un antiguo escolta víctima de Soler, a la que le siguieron once denuncias más.

Tras conocer el informe, Hurtado ha restado «credibilidad» al resultado de la comisión porque considera que sus miembros no son independientes y «existen serias dudas sobre la validez de sus conclusiones, tanto en al número total de víctimas, como de agresores, y a la responsabilidad institucional de la abadía».