¿Qué fumamos cuando vapeamos?

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

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Los cigarrillos electrónicos incluyen propilenglicol, glicerina, sustancias químicas e incluso metales pesados

16 sep 2019 . Actualizado a las 19:15 h.

Surgieron como una herramienta para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco y se han convertido en el caballo de batalla de oncólogos y neumólogos. Estados Unidos ha levantado la voz de alarma tras el aumento de las enfermedades pulmonares en pacientes que utilizan cigarrillos electrónicos y según The Washington Post se investiga ya una tercera muerte en relación al vapeo. Pero ¿qué lleva un cigarrillo electrónico? Su composición no es exacta. Es decir, dependiendo del fabricante puede incorporar unas u otras sustancias. En general, y según un informe de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), contiene en su mayoría propilenglicol y glicerina vegetal. Muchos, además, introducen nicotina en diferentes concentraciones, mientras que los saborizantes son otro de los componentes habituales, así como aditivos para disminuir la acción irritativa sobre la orofaringe.

 Estos son los componentes básicos del líquido, pero los vapores que emite el cigarrillo electrónico van cargados de sustancias químicas que pueden suponer un riesgo para la salud: formaldehído, acetaldehído y acroleínas, y también se han encontrado metales pesados como níquel, cromo y plomo. Tras conocer los casos notificados en Estados Unidos, la Separ ha vuelto a insistir en su posición en contra de estos dispositivos. «No son inocuos, van provistos también de nicotina y otros compuestos que se inhalan al vapear y que pueden dañar la salud. Son sustancias tóxicas que pueden causar cáncer, bronquitis crónica e infecciones respiratorias», explica Jaime Signes-Costa, neumólogo y coordinador del área de tabaquismo de la Separ. «La aparición de 200 casos de esta enfermedad desconocida nos llama la atención -las autoridades de Estados Unidas han subido ya esta cifra a 450-, y aunque no podemos atribuir todavía su causa con certeza, parece confirmar la peligrosidad de estos aparatos», señalan desde la Separ.

En las consultas de oncología tienen muy claro el riesgo del vapeo, «va a ser la nueva epidemia, porque los más jóvenes están accediendo a ello», explica Rosario García Campelo, oncóloga del Chuac y vocal del grupo español de cáncer de pulmón. De momento los fumadores de cigarrillo electrónico no han llegado a las consultas de oncología «porque un proceso oncológico requiere un tiempo de desarrollo», pero los médicos insisten en los efectos nocivos de estos dispositivos y piden equiparar la regulación del cigarrillo electrónico en España con la del tabaco tradicional.

 Acetato de vitamina E

La diversa composición de estos productos es algo a tener en cuenta. Según The Washington Post, los investigadores de la Agencia Americana del Medicamento (FDA) han detectado acetato de vitamina E en los cigarrillos electrónicos que contenían cannabis y que usaron algunos de los pacientes enfermos. No obstante, la FDA sigue analizando todas las sustancias producidas en el vapeo, entre ellas la nicotina y el principal componente del cannabis, para encontrar el nexo común en todas las enfermedades.

 Los neumólogos de la Separ apuntan que no solo no sirven para abandonar el hábito, sino que estos dispositivos no son seguros porque contienen muchas de las sustancias del tabaco convencional, aunque sea en menor cantidad. Estados Unidos ya ha dado la voz de alarma al otro lado del charco de un problema que califica de «preocupante».