Casado abre las listas a exdirigentes afines a Rajoy para apuntalar su giro centrista

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Pablo Casado, en un acto con los afiliados del PP en  Alhaurín el Grande (Málaga)
Pablo Casado, en un acto con los afiliados del PP en Alhaurín el Grande (Málaga) Álex Zea | Europa Press

La división marca las candidaturas de Podemos, mientras el PSOE no hará cambios

26 sep 2019 . Actualizado a las 08:37 h.

El tiempo apremia, pero casi todos los partidos mantienen la incertidumbre en torno a la composición de sus listas para las elecciones generales del 10 de noviembre. Las fuerzas políticas disponen hasta el 7 de octubre como fecha límite para presentar a la Junta Electoral Provincial las candidaturas de cada circunscripción. Los nombres definitivos serán publicados en el BOE el 15 de octubre. En el PP, el debate está abierto. Su líder, Pablo Casado, pretende reforzar su poder en el grupo. Pero está también dispuesto a escuchar las voces que, en aras de la unidad y el giro centrista, reclaman la presencia de exdirigentes próximos a Mariano Rajoy y de exministros que fueron excluidos el 28 de abril. Casado asegura que se tratará de incorporaciones «por adición», aprovechando que los sondeos otorgan al PP una subida de hasta 20 escaños, de cambios de orden o trasvases del Senado al Congreso. 

PP

Las dudas de Báñez y Rosa Díez. Entre los dirigentes que podría repescar Casado se encuentra la ex ministra de Trabajo Fátima Báñez, próxima a Rajoy, con el que el líder popular ha acercado posiciones en los últimos días. Uno de los valedores de Báñez es el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que ya reclamó que se modifiquen las listas para «incorporar a los mejores». Y Casado está dispuesto a ello, tal y como confirmó el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, que aseguró que la ex ministra Báñez tiene «las puertas abiertas en el PP porque es su partido». Otro caso podría ser el de Rafael Hernando, que dejaría el Senado para volver al Congreso. Además de la posible inclusión de afines a Rajoy, otra de las dudas es si la ex líder de UPyD, Rosa Díez, formará parte de la candidatura popular, tal y como ha propuesto la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. Casado recordó ayer que Díez ya ha participado en actos organizados por el PP y dijo esperar que «siga colaborando». Aunque admitió no haber hablado con ella, precisó que cuando se sepa si hay coalición o no con otros partidos se decidirá si hay que «ajustar o no las candidaturas». 

PSOE

Sin problemas para Sánchez. En donde no se esperan cambios significativos es en el PSOE, en donde Pedro Sánchez tiene libertad para elaborar las listas sin oposición. La secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, que en otros tiempos planteó batalla, ya ha admitido que no va a haber cambios respecto al 28 de abril y que el proceso de elaborar listas «ya pasó». 

Unidas Podemos

Iglesias quiere blindarse y Echenique provoca rechazo. En Unidas Podemos se esperan cambios en las listas en función de la batalla interna desatada ante el fracaso del pacto con el PSOE y, sobre todo, por la división que ha creado la irrupción de Íñigo Errejón con una candidatura propia. Iglesias, consciente de que el número de diputados del grupo puede descender tras el 10N, planea blindarse con figuras afines en todos los puestos con escaño asegurado. Pero en algunos territorios no lo tiene fácil. El líder de Podemos en Aragón, Nacho Escartín, ha pedido a Iglesias que no «imponga» a Pablo Echenique como cabeza de lista en Zaragoza como ya hizo el 28 de abril y advierte de que la figura del ex secretario de Organización en la candidatura dificulta los intentos de confluencia con otras fuerzas aragonesas. 

Ciudadanos

Cubrir las bajas. Tampoco se esperan grandes cambios en Ciudadanos, más allá de cubrir los huecos dejados por Toni Roldán y Francisco de la Torre, que renunciaron a sus actas de diputado y abandonaron la formación en desacuerdo por el cordón sanitario impuesto por Rivera a Pedro Sánchez. Los movimientos en las listas estarán también en función de una expectativa a la baja en el número de escaños.

Casi medio millón de personas han pedido ya que los partidos no les remitan propaganda electoral 

Un total de 481.000 personas se habían dado de baja hasta el 23 de septiembre en el Instituto Nacional de Estadística (INE) para no recibir propaganda electoral, según fuentes del citado instituto consultadas por Europa Press.

La decisión de recibir o no propaganda electoral está cobrando importancia debido a que las elecciones del 10 de noviembre serán las cuartas en cuatro años. De hecho, ya han surgido campañas en las redes sociales en las que se pide que no se envíe propaganda electoral debido a que la convocatoria de unas nuevas elecciones tendrá un coste de unos 140 millones de euros solo en lo que afecta a la organización, al margen de las subvenciones a los partidos y a los grupos parlamentarios, así como los sueldos de diputados y senadores en el período de interinidad. 

Más de 390.000 en una semana

El Instituto Nacional de Estadística (INE) había registrado hasta el 15 de septiembre un total de 112.000 solicitudes de personas que no querían recibir propaganda electoral. Por tanto, el dato ofrecido este miércoles por el instituto supone que en tan solo una semana 369.000 personas más han pedido ser excluidas de las copias del censo electoral que se entregan a los representantes de las candidaturas para el envío de folletos de propaganda. Estas peticiones tendrán efecto permanente, es decir, también para las elecciones que se produzcan después del 10N, salvo que el elector se manifieste en sentido contrario y solicite en el INE volver a ser incluido en ese censo.