Cómo cuidar tu cerebro para prevenir futuras enfermedades neurológicas

Uxía Rodríguez Diez
UXÍA RODRÍGUEZ REDACCIÓN / LA VOZ

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María Pedreda

«Podemos ejercitar y fortalecer nuestro cerebro cada día con actividades sencillas y ciertos hábitos», explican los neurólogos

03 oct 2019 . Actualizado a las 12:05 h.

Unos 7 millones de personas en España padecen algún tipo de enfermedad cerebral. Hasta un 16 % de la población sufre o sufrirá un trastorno neurológico. Hablamos de migrañas, ictus, enfermedades neurodegenerativas (como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson) y epilepsia.

«Hay que preocuparse por el cerebro, pero existe un desconocimiento total. La enfermedad neurológica se puede prevenir e, incluso, evitar, pero para eso necesitamos mantener nuestro cerebro sano», asegura el doctor Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad Española de Neurología .

Hay que llevar una vida sana física e intelectualmente. «Los factores de riesgo que, clásicamente, son definidos como cardiovasculares, nosotros los definimos también como cerebrovasculares. El tabaco, la hipertensión, la diabetes, la obesidad, algunos tipos de dieta, situaciones de estrés... están asociadas a algunas patologías neurológicas. Sabemos que el control estricto de estos factores de riesgo con hábitos saludables disminuye la aparición de ese tipo de enfermedades. Además de esto, nuestro cerebro también necesita alimento. Un alimento que nosotros definimos como la reserva cognitiva y que no es otra cosa que la capacidad que tenemos para almacenar conocimiento, almacenar memoria...», explica el neurólogo.

¿Recomendaciones para mantener un cerebro sano? Hay que caminar, pasear, salir a la luz del día. La prescripción es tres o cuatro días por semana, unos cuarenta minutos.

Es imprescindible llevar una vida intelectual activa. Hay que leer todos los días, por lo menos, media hora. Es bueno escribir y resolver juegos como crucigramas o sudokus.

Está demostrado que socializar es clave para evitar o retrasar el deterioro cognitivo. Viajar ayuda a mantener estimulado el cerebro.

«Hay ejemplos muy sencillos. Es muy útil, por ejemplo, cuando tenemos una rutina diaria, como un recorrido típico para llevar a los niños al cole, ir a trabajar o a la compra, intentar variarlo, no seguir siempre la misma ruta. Eso estimula y activa nuestra atención. Otro ejemplo,cuando estamos en casa, tranquilamente, es un buen ejercicio cerrar los ojos e imaginar mentalmente el mapa de nuestro barrio, colocar las tiendas, dibujar las calles...», sugiere el neurólogo, que recuerda que tampoco se puede descuidar la higiene del sueño: hay que dormir entre 7 y 9 horas.

Lo cierto es que nos hemos vuelto muy cómodos, cerebralmente hablando. Cuando hay que dividir la cuenta en un restaurante, rápidamente alguien saca el móvil para usar la calculadora. Ya no memorizamos números de teléfonos, los apuntamos de manera automática en la agenda. Tampoco nos molestamos en intentar recordar un dato porque es más sencillo buscarlo en internet. «Los avances tecnológicos hacen que nos esforcemos menos intelectualmente. Evitamos poner en marcha nuestras funciones cognitivas y eso hace que las reservas no aumenten o, incluso, disminuyan. A todo esto tenemos que añadir la falta de tiempo, otro de los grandes enemigos de nuestra salud cerebral», explica.

La alimentación también es importante. Hay que huir de azúcares refinados, grasas saturadas y sal para centrarnos en el consumo de verduras, frutas y pescados. Sin olvidarnos de un gran aliado, los frutos secos.