La motorista que esparció 1.200 euros en Vigo: «Lloré una hora»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

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Loly Fernández regenta un bar en la calle Rosalía de Castro
Loly Fernández regenta un bar en la calle Rosalía de Castro XOAN CARLOS GIL

La dueña del dinero invitará a desayunar a la turista que paró el tráfico para recoger los billetes en una calle

08 oct 2019 . Actualizado a las 12:46 h.

Lluvia de billetes volando por el centro de Vigo el sábado por la tarde. Una motorista con un bolso de bandolera abierto iba sembrando de dinero la calzada sin percatarse de que acababa de extraviar 1.200 euros. Era el dinero para pagar el alquiler de su cafetería.

Una turista de Marín, Judith Rey Iglesias, música de 40 años, que paseaba por la ciudad olívica con su hijo, oyó los pitidos de los conductores en la avenida de García Barbón. Entonces, vio un sobre planeando por el aire esparciendo billetes. «Pensé que era una broma de una cámara oculta», dice Judith. Pero luego detuvo el tráfico para recogerlos en medio de la calzada con ayuda de los bedeles de un hotel, y acudió a devolver todo lo que encontró a la Policía Local de Vigo.

«Salió un sobre volando, era surrealista, parecía de cámara oculta, pero eran billetes de verdad y los guardé. Vi que le habían caído del bolso a una chica motorista pero no sabía la matrícula», relató la turista, que toca en la Banda Municipal de Santiago. «Si vuelve a pasar, haré lo mismo. Soy trabajadora y sé lo que cuesta ganar el dinero», afirmó.

La buena acción le reportará ahora una invitación para un café en el bar que regenta la chica de la moto que perdió el dinero. Loly Espiñeira Fernández está muy agradecida pues la forastera recuperó 850 euros y otra viandante devolvió otros 160 en la comisaría. Pudo ser un desastre, pero finalmente, tras la peripecia, solo faltan 190 euros.

La motorista y hostelera Loly cuenta que el sábado a las 18.00 horas salió de su bar de la calle Rosalía de Castro con el dinero del alquiler, que metió en su bolso de bandolera. Recorrió en moto 800 metros hasta llegar a la Porta do Sol. «Vi que no tenía el dinero, llamé a mi local, lo buscaron y no estaba. Me pareció muy extraño, esperé y luego estuve llorando durante una hora, dando vueltas por la calle a ver si veía los billetes», cuenta.

Entonces, se le ocurrió telefonear a la Policía Local por si alguien había encontrado el dinero y en la centralita le preguntaron: «¿Eres la motorista?». Allí le contaron que una chica había recuperado «un montón de billetes». «Me dijeron que una chica con un niño había parado el tráfico, con los coches pitando, que se lio una muy gorda y que luego había dado el dinero a la policía. La llamé para agradecérselo, yo lloré y ella se emocionó», cuenta.

Quizás se tomen un café para conocerse en persona. «Estas cosas pasan por mala suerte pero Judith se portó bien conmigo, como mínimo quiero invitarla a un desayuno», dice la motorista.