Los líderes cambian de formas y de discurso

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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La experiencia de la anterior campaña y el resultado del 28A modifican la estrategia y el perfil personal de todos los candidatos

01 nov 2019 . Actualizado a las 10:46 h.

Nuevas elecciones, nuevas estrategias. Los líderes políticos afrontan desde este viernes una campaña muy distinta a la anterior, no solo porque durará solo una semana, sino también por los importantes cambios en sus programas, su discursos y hasta en sus formas. El bloqueo político que impidió la formación de Gobierno y el detallado estudio de las encuestas y los trasvases de voto que se produjeron en esas elecciones condicionan en gran medida esos cambios estratégicos.

PEDRO SáNCHEZ

Giro moderado para ganar el centro. El líder del PSOE afrontó la pasada campaña bajo el lema «Haz que pase». Esgrimió un discurso claramente de izquierdas con cambios profundos en materia fiscal que no había podido consumar en sus fallidos Presupuestos y una posición conciliadora con el independentismo catalán, que incluía un nuevo encaje de Cataluña en España. En lo que afecta a la comunicación, limitó al máximo su contacto con la prensa para reforzar la imagen presidencial. Ahora, bajo el lema «Ahora sí», se presenta como un líder moderado con la intención de ganar el voto centrista y ataca el radicalismo de Unidas Podemos. Del diálogo ha pasado a un choque frontal con el independentismo y ha abandonado incluso el discurso federalista, que quiso erradicar del programa. Y tampoco pone ya el acento en la subida de impuestos. Al contrario que en abril, multiplica su presencia en los medios casi con una entrevista diaria.

PABLO CASADO

Del discurso radical al tono de estadista. El líder del PP afrontó la pasada campaña con un discurso muy inclinado a la derecha y con la máxima dureza en torno a la situación en Cataluña para impedir que Vox robara votos al PP. Utilizó un tono muy duro y mitinero en sus descalificaciones a Sánchez y eludió los ataques a Ciudadanos e incluso a Vox, convencido de que entre las tres fuerzas podrían sumar más que la izquierda. El fracaso total de esa estrategia, que dejó al PP en 66 escaños, generó un giro radical. Casado adopta un tono de estadista, sin descalificaciones, más moderado, presentándose como única alternativa, llamando al voto útil de toda la derecha, bajando el tono en Cataluña, donde ya no pide el 155, y aprovechando la desaceleración para centrar más el debate en lo económico. Del «Valor seguro» de abril se ha pasado a «Por todo lo que nos une». Sin embargo, en los últimos días el PP ha visto el peligro de perder voto en favor de un Vox al alza y Casado, sin abandonar la moderación en el tono, ha endurecido su discurso sobre Cataluña.

Albert rivera

Adiós al «soprasso», vuelve la bisagra. La apuesta de Albert Rivera por rechazar de antemano cualquier pacto con Pedro Sánchez acabó perjudicando mucho a Ciudadanos pese al buen resultado en las generales de abril. Rivera apostó fuerte en esa campaña por el sorpasso al PP. Fracasó y ahora cambia de estrategia, vuelve al papel de partido bisagra capaz de desbloquear la situación pactando con el PSOE o con el PP a cambio de imponerles condiciones en lo económico, y vuelve a centrarse en su punto fuerte, que es Cataluña, exigiendo la aplicación del 155. Del «¡Vamos Ciudadanos!» se ha pasado al «España en marcha», emulado al francés Emmanuel Macron.

PABLO IGLESIAS

Del Pepito Grillo de Sánchez al ataque al PSOE. Pablo Iglesias afrontó la pasada campaña convencido de que formaría un Gobierno de coalición con el PSOE. Eludió el choque directo con Pedro Sánchez, se centró en sembrar el miedo a la ultraderecha pero adoptó un tono muy suave en las formas y se presentó como la garantía de que el Ejecutivo aplicaría una política claramente de izquierda. Tras el fracaso en la negociación, Iglesias se reivindica ahora como la única izquierda y sube el tono. Más que en la derecha, se centra en atacar a Sánchez, a quien no apoyó ni siquiera en la exhumación de Franco, y advierte de que el PSOE no quiere pactar con Unidas Podemos sino con PP y Cs. Del «La historia la escribes tú» se ha pasado a «Un Gobierno contigo».

sANTIAGO aBASCAL

El líder antisistema se quiere integrar. Santiago Abascal irrumpió en la pasada campaña como un líder casi antisistema que apelaba a los sentimientos, disparaba contra todo y trataba de captar al votante más a la derecha del PP, desmotivado tras la etapa desideologizada de Rajoy. Rehuyó el contacto con los medios y centró su campaña en mensajes a través de las redes. Ahora, reforzado por su papel en los pactos autonómicos y municipales de la derecha, quiere integrarse, se abre a los medios, no a todos, y trata de no dar miedo, centrándose más en Cataluña que en el ataque al feminismo. Del «Por España» se pasa al «España siempre», en contraposición al Ahora España del PSOE.

ÍÑIGO ERREJÓN

Desde la izquierda radical al pragmatismo. Errejón es el único nuevo. Pero su discurso es también distinto al del pasado. Se presenta como una izquierda ecologista y pragmática, antítesis del dogmatismo de Iglesias, capaz de robar votos a Podemos pero también al PSOE. Su lema, «Desbloquear, avanzar», que deja clara de antemano su intención de pactar con Sánchez tras el 10N, puede pasarle factura.