Más preguntas que respuestas en la liberación del hijo del Chapo

alberto pradilla MÉXICO D.F. / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

SEDENA | EFE

Durante el intento de detención murieron 14 personas

04 nov 2019 . Actualizado a las 08:36 h.

Han transcurrido dos semanas desde el fallido operativo para arrestar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín el Chapo Guzmán, en una vivienda en Culiacán, en el estado de Sinaloa, y aún hay más interrogantes que certezas. Todo pese a que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, dedicó sus últimas conferencias de prensa matutinas a intentar explicar por qué el hijo de uno de los grandes narcotraficantes de México fue arrestado y, posteriormente, liberado, después de que el cartel se hiciese con el control de la ciudad.

López Obrador aseguró que él desconocía el operativo, pero que apoyó la liberación del hijo del Chapo para evitar un baño de sangre. Durante el intento de arresto murieron 14 personas entre oficiales, civiles y sicarios.

La orden del arresto

Las grandes preguntas a las que López Obrador no ha respondido son: ¿quién dio la orden de arrestar a Ovidio?, ¿cómo se gestionó su liberación?, ¿mantiene el actual Gobierno la estrategia de «descabezar» carteles, como intentaron sus antecesores Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto?

El presidente aseguró el jueves que tras el operativo estaba Juan José Verde Montes, un coronel de Caballería que se encuentra al frente del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico (GAIN). Esto provocó el malestar en el Ejército, donde critican que un oficial haya sido expuesto en público. En off the record, personas cercanas a los servicios de seguridad afirman que la orden llegó desde Estados Unidos. La detención se debía producir por una petición de extradición cursada desde Washington, ya que en México el hijo de Guzmán no tiene causas pendientes.

En la última semana, el Gobierno ofreció imágenes sobre la detención de Ovidio y el despliegue de los narcos en Culiacán. Hay un vídeo que no se ha emitido: el del momento en el que el hijo del Chapo recupera la libertad. Por el contrario, el presidente dedicó buena parte de sus intervenciones a atacar a la prensa, a la que calificó de «amarillista». «Muerden la mano de quien les quitó el bozal», llegó a decir.

Muchos analistas temen que la decisión de dejar marchar a Ovidio Guzmán, uno de los presuntos líderes del cartel de Sinaloa, envalentone al crimen organizado. Otros, sin embargo, celebran que el Gobierno se aleje del «manodurismo» que ha provocado más de 200.000 muertos desde que comenzó la «guerra contra el narcotráfico» en el 2006.