Sus vecinos le ayudaron a echar a los okupas y ahora una anciana de 94 años les preparará una barbacoa

Iago García
IAGO GARCÍA REDACCIÓN | LA VOZ

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Vitori, vecina de Portugalete, recuperó su casa el pasado 17 de octubre después de que se colaran dentro una decena de okupas que, además, se la dañaron. Gracias a la movilización ciudadana vive de nuevo en ella

07 nov 2019 . Actualizado a las 08:52 h.

Se contaban por decenas, por cientos, a los vecinos del barrio de El Progreso -y a otros muchos habitantes de la localidad vasca de Portugalete- que se plantaron delante de la casa de Vitori el pasado 17 de octubre. La anciana había pasado más de ocho décadas entre las paredes de una casa que, en un momento, parecía haber dejado de ser suya. Unos okupas, aprovechando que había salido a visitar a su hermana «dieron la patada» y se metieron dentro. «Ni siquiera la policía puede hacer nada», declaraba desesperada entonces antes las cámara de los informativos de todo el país. Pasó días sentada en un banco ante la casa que le habían arrebatado, recibiendo el aliento de muchos vecinos del barrio. Aunque ya se habían vivido otras okupaciones en la zona, esta marcaría un antes y un después.

La masiva afluencia ciudadana para ayudarla provocó que al final fueran los propios okupas los que llamaran a la policía para ser evacuados de la vivienda. Vitori, de 94 años, no tuvo que esperar por los largos trámites judiciales habituales en estos casos. Y ahora, tal y como adelanta El Correo, quiere devolver el favor a la gente con una parrillada que, si tiene que dar para todos los que se movilizaron entonces, adquirirá dimensiones bíblicas. Cabe recordar, en todo caso, que hablamos vascos (tirando de tópico). «Queremos que sea algo sencillo», señala un portavoz vecinal a la hora de referirse al acto: «es nuestro deseo dar las gracias a todas las personas que ayudaron a esta mujer». La única incógnita es si la anciana podrá asistir, ya que aún se encuentra en shock por el mal trago, que casi le obliga a despedirse de la que fue la casa de su vida.