Moscú responde a las acusaciones de Berlín con la expulsión de dos diplomáticos

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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Vladimir Putin Dmitry Azarov

Putin insiste en que no hay ninguna crisis entre ambos países

13 dic 2019 . Actualizado a las 08:41 h.

Alemania y Rusia escenificaron este jueves un nuevo episodio de tensión, tras el asesinato de un ciudadano georgiano-checheno en verano en Berlín. Zelimján Jangoshvili, de 40 años, había luchado en el bando de los rebeldes separatistas en la guerra de Chechenia y después estuvo vinculado con las fuerzas de seguridad georgianas. La Fiscalía alemana cree que hay «sospechas firmes» de que su presunto verdugo, el ruso identificado como Vadim K. y relacionado con otros crímenes similares, le mató de tres disparos en la cabeza por encargo de las autoridades de la República de Chechenia o directamente del Kremlin.

Ante la falta de cooperación en el caso, que se suma a una larga lista de asesinatos políticos, como el del exagente Alexander Litvinenko en el Reino Unido, Berlín expulsó la semana pasada a dos diplomáticos rusos. Algo que no ha sentado bien al Kremlin, que contraatacaba este jueves declarando personas non gratas a dos funcionarios de la Embajada alemana en Moscú. «Tendrán siete días para abandonar el país», reza el comunicado del ministerio ruso de Exteriores, que ha negado cualquier vínculo con el caso.

Es más, el presidente ruso tildó a Jangoshvili de «terrorista» y lo acusó de estar tras los atentados del 2010 contra el metro de Moscú. Vladimir Putin insistió en que no hay ninguna crisis diplomática entre ambos países, que comparten intereses económicos. Pero a ojos de Berlín, las expulsiones por parte del Kremlin «lanzan un mensaje equivocado y no están justificadas».