El supercontagiador británico: transmitió el virus a once personas en tres países

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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Equipo del hospital británico donde se atienden los casos por coronavirus
Equipo del hospital británico donde se atienden los casos por coronavirus Aaron ChownPA Wire

Steve Walsh, que se infectó en una conferencia en Singapur, fue el que contagió al inglés que luego viajó a Mallorca

12 feb 2020 . Actualizado a las 08:48 h.

Steve Walsh, un inglés de 52 años, permanece aislado en un hospital de Londres. Está sano, pero inquieto. «Mis pensamientos están con otras personas que han contraído el coronavirus», asegura. Él, aunque está completamente recuperado, es el supercontagiador. Ha transmitido el coronavirus de Wuhan, bautizado ahora por la OMS como Covid-19, a once personas en tres países. Entre ellas a un compatriota que se desplazó a Mallorca y que es el segundo caso confirmado de la enfermedad en España. Lo habitual es que una persona pueda infectar a una media de otras dos, tres como mucho.

Aunque aún compungido, Walsh niega que hubiera propagado el virus por una imprudencia. «Tan pronto como supe que había estado expuesto a un caso confirmado de coronavirus -cuenta desde el hospital- contacté con mi médico de cabecera y con el sistema de sanidad británico. Me aconsejaron que fuera a una habitación aislada del hospital, a pesar de no mostrar síntomas, y posteriormente me aislé en casa, según las instrucciones. Cuando se confirmó el diagnóstico, me enviaron a una unidad de aislamiento del hospital, donde permanezco y, como precaución, a mi familia también se le pidió que se aislara».

Pero, ¿cómo empezó todo? Steve Walsh es un alto ejecutivo de la compañía Servomax, que lo envió a una conferencia que se celebró en el hotel Gran Hyatt de Singapur entre el 20 y el 22 de enero. De los 109 delegados participantes, 94 eran extranjeros. Y uno de ellos procedía de la ciudad china de Wuhan, el epicentro del coronavirus. Sin embargo, nada hacía sospechar por aquel entonces de una supuesta infección. Y menos si no presentaba ningún síntoma.

Fue así como Steve Walsh decidió viajar primero a Francia, donde permaneció cinco días, entre 24 y el 28 de enero, en la estación de esquí Les Contamines-Monjoie, cerca del Mont Blanc, en los Alpes. Allí fue donde coincidió en un chalé con cinco franceses que fueron diagnosticados con el virus y con otros compatriotas británicos, a los que también se les detectó la enfermedad. Uno de ellos fue el que posteriormente viajó a Mallorca para convertirse en el segundo caso confirmado en España.

El británico abandonó Francia para coger un avión en Ginebra (Suiza), de la compañía EasyJet, en el que también viajaban otras cien personas. Ya en Londres, seguía sin presentar síntomas y sin ninguna molestia que le hiciera levantar sospechas. Es más, el 1 de febrero estuvo en el pub Grenadier, en el centro de Londres. Todo el personal del pub también permanece ahora aislado y se están buscando a los clientes.

No fue hasta un día después cuando desde Singapur lo pusieron en alerta. Otra de las personas que había asistido a la reunión de negocios en la que él también había participado había sido diagnosticado con el coronavirus. Fue entonces cuando decidió alertar a las autoridades británicas.