La inteligencia artificial llega al televisor

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

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Robert Hoernig

La combinación de varios altavoces repartidos por toda la pantalla y un algoritmo específico permite un sonido inmersivo y ajustado a la acción. Se dispara la venta de aparatos de 65 pulgadas o más

13 mar 2020 . Actualizado a las 21:15 h.

El primer fabricante mundial de televisores, la compañía surcoreana Samsung -ocupa el puesto desde el 2006 y actualmente tiene una cuota de mercado superior al 20 %, por delante de LG (12 %) y Sony (7 %)-, presentó el mes pasado en La Valeta (Malta) la nueva gama de modelos que comercializará este año en Europa. La cita permitió a la prensa especializada conocer las últimas tecnologías en un sector que va mucho más allá de las pulgadas de pantalla o la eterna polémica sobre qué tipo de paneles LED (diodos emisores de luz) dan mejor resultado.

«Estamos en una nueva era de pantallas inteligentes, donde podemos asegurar que este año veremos una mayor demanda para la personalización de los televisores», explicó Nacho Monge, director de Márketing de AV de Samsung Iberia. Y dentro de este enfoque, lo que distinguirá los televisores de la década de los 20 respecto a la precedente serán las funciones mejoradas basadas en la inteligencia artificial (IA).

Un aspecto que hasta ahora había quedado relegado a un lugar secundario es el del sonido. Se daba por supuesto que los televisores de pantalla plana no podían disfrutar de una calidad de audio elevada debido a la imposibilidad de montar en sus delgadas carcasas unos altavoces con las dimensiones apropiadas para tal fin. Esto se intentó paliar con barras de sonido (con y sin subwoofer) y equipos de home cinema -una tendencia a la baja en la era del hogar inalámbrico-, pero la mejora no parecía suficiente.

La IA interviene en funciones como el Objecting Tracking Sound+ (OTS+), que crea un efecto de sonido en tres dimensiones al combinar múltiples altavoces en la parte superior, los laterales y la base del televisor con un algoritmo exclusivo de Samsung. Esto permite lograr una sincronización perfecta entre el audio y la acción mostrada en la pantalla, de forma que el sonido se reproduce solo en el lugar exacto donde ocurre la acción, ofreciendo así una experiencia de visualización más ajustada a la imagen.

Para explicarlo mejor: si estamos viendo una película o una serie y en la parte izquierda de la pantalla el protagonista efectúa una ráfaga de disparos, o explota un coche, el sonido provendrá de los altavoces situados en esa zona del televisor.

Otra tecnología relacionada con el audio es Active Voice Amplifier, que elimina la segunda distracción más importante para los europeos cuando ven la televisión: el ruido de fondo. El sistema reconoce estas interrupciones de forma automática y ajusta la claridad del volumen.

Para ofrecer un sonido envolvente más rico y completo, Samsung implementará en sus televisores QLED una prestación denominada Q-Symphony, que mantiene los altavoces superiores y laterales activos al conectar una barra de sonido.

Todas estas novedades buscan potenciar el audio inmersivo, que en el siglo XXI es una revolución equiparable a lo que en los 60 supuso el mítico muro de sonido desarrollado por Phil Spector. La integración de las tecnologías basadas en inteligencia artificial con soluciones de audio envolvente como Dolby Atmos y DTS:X promete avanzar hacia una experiencia de entretenimiento más absorbente, como si el espectador participara en la acción de la pantalla.

microled: pantallas-pared

Respecto a los formatos de imagen, Nacho Monge destacó que el mercado va a ir cada vez más a las grandes pulgadas, y de hecho la venta de los televisores de 65 pulgadas o más creció un 50 % el año pasado. Una evolución que lleva a la tecnología modular MicroLED, sin límites en cuanto a tamaño, relación de aspecto, marcos y resolución, y que permite crear pantallas-pared de hasta 292 pulgadas.

La otra tendencia imparable es la ultra alta definición. El 80 % del mercado ya son aparatos UHD, y este año Samsung prevé vender cinco veces más televisores 8K que en el 2019. No está al alcance de todos los bolsillos, ya que un televisor 8K de 75 pulgadas cuesta actualmente más de 5.000 euros, pero sin embargo España se sitúa entre los países europeos que más apuestan por este formato. «Por población nos correspondería estar en el quinto o sexto puesto, pero somos los terceros, tras Alemania y el Reino Unido, con más ventas de televisores 8K», señaló el ejecutivo de Samsung.

Precisamente otra de las tecnologías mostradas en el Samsung Forum fue la integración de la inteligencia artificial con puntos cuánticos: combina el procesador 8K con Tizen -la plataforma de software basada en Linux- para convertir cualquier contenido a 8K; independientemente de la fuente o la resolución de origen, la imagen se puede visualizar en 33 millones de píxeles.

Más convencional es Adaptive Picture, que analiza las condiciones de luz, así como el contenido que se muestra en la pantalla, y se adapta para asegurar una calidad de imagen óptima, independientemente de si se ve en un cuarto oscuro o con mucha luz. Soluciones similares las emplean también otros fabricantes.

El Multi-View, que permite clonar nuestro dispositivo móvil en una ventana del televisor -podemos jugar a un videojuego o ver un partido y en una imagen auxiliar ver tutoriales o comentarios de Twitter-; Universal guide, un agregador de contenidos para encontrar las cosas más fácilmente (para finales de año Samsung esperan poder ofrecer producciones de 30 plataformas) y que aprende de nuestras preferencias; o la integración de varios asistentes digitales de voz - Amazon Alexa, Google Assistant y Bixby- son otras de las tecnologías que a partir de este año empezaremos a ver en los nuevos televisores.

A nivel de diseño, en Malta se exhibieron el nuevo The Sero, único televisor que cambia entre la orientación horizontal y vertical, igual que un smartphone; The Serif -colaboración con los hermanos Bouroullec-, que estará disponible en modelos de 43, 49 y 55 pulgadas; y The Frame, que simula un cuadro colgado en la pared.