Las muertes y los positivos continúan al alza en medio del caos de los datos

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

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ALBERTO LOPEZ

Sanidad cambia el protocolo y promete aclarar las cifras en «dos, tres o cuatro días»

18 abr 2020 . Actualizado a las 11:42 h.

Atendiendo al pie de la letra las cifras que miden la evolución de la epidemia del coronavirus en España publicadas el viernes por el Ministerio de Sanidad, podría concluirse que en Cataluña han resucitado 103 personas en apenas 24 horas. Sin embargo —y más al tratarse de un asunto tan serio como la vida de miles de ciudadanos—, lo único seguro es que existe un desconcierto mayúsculo con los datos, que ha llevado al Gobierno a publicar un nuevo protocolo y que, como dice el director del CAES, Fernando Simón, habrá que esperar «dos, tres o cuatro días» para que «las fuentes de información sean homogéneas» y se puedan corregir las series históricas.

El principal motivo es que la Generalitat de Cataluña remitía al ministerio la información de dos fuentes diferentes y la disparidad entre ambas es más que significativa. De ahí que el jueves se publicasen 3.855 fallecimientos y ayer 3.752, mientras que la cifra de curados baja de 17.297 a 12.787. Por tanto, los cómputos globales quedan sensiblemente alterados.

Al margen de este desbarajuste —que no es el único porque siguen sin hacerse públicos los datos agregados de las residencias—, los principales indicadores de la epidemia más o menos fiables en estos momentos, como las hospitalizaciones (crecen un 1,7 %), los ingresos en ucis (un 1,5 % más) o los fallecidos (aumentan un 3 %) muestran una tendencia prácticamente idéntica que las jornadas anteriores.

Quizás el aspecto menos alentador sea que las muertes diarias se resisten a bajar de la barrera del medio millar e incluso registraron un nuevo repunte en las últimas 24 horas, con 585 víctimas frente a las 551 de la jornada anterior. Aunque ya es sabido, por que los expertos lo repiten a diario, que tanto las necesidades hospitalarias como la mortalidad llevan en torno a dos semanas de retraso respecto a los contagios.

Tampoco los nuevos positivos detectados, con todas estas reservas derivadas del caos de los datos, arrojan noticias demasiado buenas. Siguen por encima de los 5.000. Concretamente fueron 5.252, 69 más que el jueves. Un incremento eso sí marginal y que, con toda probabilidad, no obedece a que estén creciendo los contagios, sino a que se ha multiplicado la capacidad de las comunidades para realizar pruebas diagnósticas con PCR y test rápidos.

En este sentido, ocho comunidades: Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Valencia, Extremadura, Murcia y La Rioja, además de Ceuta, ya le han enviado a Sanidad los casos confirmados, diferenciando los que se han detectado con PCR de los que se obtuvieron por test rápidos de anticuerpos. La razón es que la primera prueba refleja la presencia activa, mientras que en la segunda los positivos pueden referirse también a personas que ya pasaron la enfermedad, incluso uno o dos meses atrás.

Discrepancias a nivel mundial

También ayer, al fin, según dijo el ministro Salvador Illa, acabaron de recibir los datos de los fallecidos en residencias de mayores que le habían pedido a las comunidades hace dos semanas. Aseguró que los técnicos los están analizando y que los darán a conocer «a la mayor brevedad posible», aunque ni siquiera concretó la fecha.

«Espero que en los próximos días podamos ser más sólidos con esto», apuntó Fernando Simón, quien incidió en que dijeron «desde el primer momento» que iban «a dar a conocer casos confirmados», porque «basar los datos oficiales en personas con síntomas de COVID-19 daría una información muy distorsionada de la realidad», que no se corresponde con la que ofrecen otros países.

Estas divergencias, lejos de ser exclusivas de España se van sucediendo a lo largo de todo el mundo a medida que avanza la evolución de la epidemia. En Nueva York el gobernador del Estado cifra las muertes en 12.822 y el alcalde de la ciudad, en 16.736; mientras que China revisó ayer sus datos referentes a Wuhan para añadir 1.290 fallecidos, un 50 % más. Paradójicamente, solo incrementa en 325 los contagios totales contabilizados.

De ahí que lo más comparable, y tampoco de manera absolutamente fiable, sean las tasas de mortalidad, que entre los países europeos más afectados, a excepción de Alemania, están por encima del 10 %. En España es del 10,4, en Países Bajos del 11, en Italia, Reino Unido y Bélgica del 13 y en Francia del 16 %.

El Gobierno pide una información «detallada» que no va a incluir a miles de víctimas

Sanidad publicó ayer una nueva orden ministerial que modifica la del pasado 15 de marzo y tiene por objetivo uniformizar los datos sobre la evolución de la epidemia que remiten las comunidades autónomas, en vista de que hasta la fecha esto ha sido imposible. Según el ministro, Salvador Illa, no supone ningún cambio de protocolo. Únicamente se pide «una información más detallada»: casos con síntomas y asintomáticos, acumulado de hospitalizados y de ucis, profesionales sanitarios infectados... además de diversos parámetros sobre los recursos con los que cuentan los sistemas de salud.

Uno de los principales cambios es que las autonomías tienen que comunicar cada día entre las 20.00 y las 21.00 horas el «total acumulado de casos fallecidos con infección por SARS-CoV-2 independientemente del lugar del fallecimiento». Esto debería evitar que queden fuera de los registros las muertes que se producen fuera de los hospitales y que en las primeras semanas las comunidades no comunicaban. Ahora bien, lo que se exige —como siempre porque así lo marca la OMS y el centro europeo de referencia— son casos confirmados por PCR o test rápidos. Por tanto, siguen quedando fuera, ya no las personas que fallecen en residencias o en domicilios sin estas pruebas, sino incluso aquellos pacientes que los médicos sí determinaron por métodos diagnósticos como las radiografías que tenían coronavirus. Si no se les hicieron estos test no se les puede considerar casos confirmados y no figuran en el balance que se remite a los organismos internacionales.

Primera jornada sin fallecidos en las residencias gallegas desde que estalló la epidemia del COVID-19

Por primera vez desde que se entró en la fase más dura de la epidemia del COVID-19 en Galicia, ayer la Dirección Xeral de Saúde Pública no reportó fallecimientos nuevos en las residencias de mayores de la comunidad, que acumulan 95 víctimas, además de los 88 internos que perdieron la vida ya ingresados en hospitales.

Sí que hubo que lamentar en las últimas horas otras 14 muertes en hospitales: un hombre de 78 años y una mujer de 98 en Povisa de Vigo; tres varones de 86, 83 y 68 y dos mujeres de 87 y 81 en el CHUS de Santiago; dos varones de 75 atendidos en el Chuac de A Coruña, un varón de 87 en el CHUO de Ourense, un hombre de 68 en el Hospital da Mariña de Lugo, otro varón, de 84 en el Lucus Augusti de Vigo, un hombre de 85 años que estaba en el hospital de Valdeorras y otro de 64 en Montecelo (Pontevedra).

En cuanto a los casos totales detectados, la comunidad rebasó ayer la barrera de los 8.000, con 140 infectados nuevos, que son 25 menos que en el día anterior.

Los curados también siguen creciendo, aunque de manera más lenta. Fueron 73 en 24 horas, frente a los 85 reportados el jueves, para un total de 1.456.

En cualquier caso, las cifras más positivas, como incidió ayer en su comparecencia el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, son las que tienen que ver con la capacidad de respuesta del sistema sanitario. Los 642 hospitalizados suponen un descenso de 4,88 % y los 117 ingresados en uci implican una bajada del 5,31. La letalidad total (3,99 %) también sigue muy por debajo del 10,36 % de España y la diferencia es aún más grande entre los hospitalizados: 12,6 % frente al 26,18. Por otra parte, 414 profesionales sanitarios, prácticamente la mitad de los infectados, han recibido ya el alta.