Una princesa suplica al rey saudí ser liberada, tras más de un año en prisión sin cargos

Mikel Ayestaran JERUSALÉN / COLPISA

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La princesa Basmah bint Saud bin Abdulaziz al Saudi
La princesa Basmah bint Saud bin Abdulaziz al Saudi

La detención de Basmah bint Saud se enmarca en la purga de disidentes emprendida por el principe heredero Bin Salman

18 abr 2020 . Actualizado a las 11:54 h.

«Suplico a mi tío, el custodio de las dos mezquitas sagradas, el rey Salman bin Abdulaziz al Saud, y a mi primo, el príncipe heredero Mohamed bin Salman, que revisen mi caso y me liberen, ya que no he hecho nada malo. Mi estado de salud actual es muy crítico». Esta es la petición que ha lanzado la princesa Basmah bint Saud, vía Twitter, seis meses después de que el canal alemán Deutsche Welle (DW) destapara que las autoridades del reino le impidieron volar a Suiza para recibir tratamiento médico.

La princesa reveló a través de las redes sociales que fue «detenida junto a una de mis hijas sin recibir explicación alguna» y se encuentra en la prisión de alta seguridad de Al Hair, «sin ningún cargo criminal o de otro tipo contra su persona».

Sus tuits forman parte de una carta que ha dirigido a organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI) y personalidades como Barack Obama o Bernie Sanders con el objetivo de lograr apoyo externo para desbloquear su situación. No hubo reacción oficial alguna a esta petición de socorro por parte de una familia real que se encuentra inmersa en plena batalla contra el coronavirus.

Según el diario The New York Times, 150 miembros de la realeza podrían estar infectados y por ello se están imponiendo medidas severas en el reino, como los toques de queda en las ciudades santas de Meca y Medina. Según los últimos datos oficiales 87 personas han muerto y el número de infectados es de 7.142.

Basmah tiene un problema de corazón, según informó DW, y tiene varios frentes abiertos con su tío y sobre todo su primo Mohamed bin Salmán (MBS), el auténtico hombre fuerte del país. Esta princesa de 56 años es la hija menor del rey Saud, que gobernó entre 1953 y 1964 y tuvo 108 hijos, y es a su vez nieta del fundador del reino. Pero sus lazos parentales de nada le han servido en un país donde desde el 2017 se suceden las purgas en el seno de una casa real en la que MBS no acepta voces discordantes.

Pleito legal

Una investigación atribuyó la detención a una petición que la princesa habría formulado a los actuales dirigentes del reino para recuperar tierras y dinero, unos dos mil millones en cuentas suizas, que serían la herencia dejada a sus hijos por el antiguo rey. Este pleito legal, abierto tras su regreso al país en el 2015 tras pasar casi toda su vida entre el Líbano y Reino Unido, se sumaría los mensajes críticos lanzados en el pasado por Basmah, considerada una defensora de las reformas en un reino que, en su opinión, debería dejar de ser una monarquía absolutista para convertirse en una constitucional.

En una entrevista concedida en el 2018 a la cadena BBC pidió también el final de la guerra en Yemen, una guerra lanzada por su primo, MBS, en la que los saudíes acaban de anunciar un alto el fuego unilateral de dos semanas. Como ya ocurrió a comienzos de marzo con las detenciones de los príncipes Ahmed bin Abdulaziz, Mohamed bin Nayef y Nawaf bin Nayef, la familia no es una línea roja para MBS.