España confía en que Europa dé el visto bueno a su plan de deuda perpetua

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Sánchez considera que la propuesta española para financiar un plan europeo de reconstrucción es «asumible incluso por los socios más reticentes»

22 abr 2020 . Actualizado a las 20:58 h.

Una de las batallas más duras se está librando estos días en los despachos de Bruselas. La grieta que mantiene separados a los países del norte y del sur del Viejo Continente no parece disiparse. Socios como España o Italia siguen defendiendo unos mecanismos para aliviar la crisis que traerá el coronavirus que Alemania o Holanda no acaban de ver con buenos ojos. Las posturas, eso sí, parecen estar algo menos alejadas que al principio de la crisis. Eso es al menos lo que aseguró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien este miércoles se mostró convencido de que la propuesta española para financiar un plan europeo de reconstrucción es pragmática, efectiva y «asumible por los socios más reticentes», teniendo en cuenta, sobre todo, que no requeriría modificaciones legislativas ni trámites parlamentarios nacionales.

Además, Sánchez espera que del Consejo Europeo de este jueves salga un consenso sobre el próximo presupuesto europeo que esté en línea con la posición de España: «Lo que antes era justo y conveniente ahora es sencillamente indispensable para que la UE merezca ese nombre y no un agrupamiento circunstancial de intereses mercantiles».

Y es que, a su juicio, las medidas que se acuerden en el ámbito nacional para reconstruir la economía española dependerán de que haya un gran plan de reconstrucción europeo. 

En este sentido, Sánchez desgranó en el Congreso de los Diputados la propuesta que ha enviado el Gobierno para el Consejo Europeo de este jueves. En el documento se reclama que los instrumentos acordados por el Eurogrupo -las líneas precautorias del BEI, el plan para el desempleo SURE y las garantías del BEI- estén listos para ser aplicados el 1 de junio como muy tarde.

En segundo lugar, la propuesta patria pasa por crear un fondo de hasta 1,5 millones de euros, financiado con deuda perpetua y vinculado al presupuesto de la Unión Europea. Para Sánchez, esa propuesta tiene «cuatro ventajas indiscutibles», empezando por que dará a los Estados «transferencias a fondo perdido en vez de préstamos que solo servirían para agravar el endeudamiento masivo».

Las transferencias se destinarían a financiar programas de recuperación y reconstrucción para «relanzar rápidamente» las economías invirtiendo en áreas clave como la transición ecológica y digital, la autonomía industrial y tecnológica y el transporte y el turismo. Además, su propuesta es que estos fondos se distribuyan entre países atendiendo al impacto social y económico. El documento que el Gobierno ha enviado a sus socios menciona indicadores como porcentaje de la población afectada, caída del PIB o aumento del paro.

La cuarta «ventaja» es que al financiar el instrumento con deuda perpetua solo se pagarían los intereses, un pago que estaría garantizado en la medida de lo posible por impuestos europeos que den a la UE recursos propios, como un impuesto al CO2 en fronteras o un impuesto a las transacciones financieras.

Sánchez continúa con su ofensiva y vuelve a insistir en su mensaje de que Europa se la juega en esta crisis: «La UE tiene que demostrar voluntad de actuar con verdadero alcance, no podemos contentarnos con apagar el incendio sino que hay que reconstruir la casa y acoger en ella a todos», ha dicho.

El presidente asistirá al Consejo Europeo virtual de este jueves con la intención de buscar un acuerdo sobre el presupuesto europeo para el 2021-2027. En su opinión, en estos «momentos críticos», está claro que la UE necesita un presupuesto que mantenga las dotaciones de la Política Agrícola Común (PAC) y refuerce las asignaciones a sectores clave: transición ecológica, investigación y ciencia, migraciones y fortalecimiento de los sistemas sanitarios.

España había rechazado por «decepcionantes» las propuestas presupuestarias presentadas hasta ahora por la Comisión Europea y por el presidente del Consejo, por su volumen total «insuficiente» y por sus recortes en PAC y políticas cohesión.