España defiende ante el Consejo Europeo un fondo con transferencias directas no reembolsables

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Los líderes de la UE concluyen su cumbre sin grandes avances sobre cómo se articulará el mecanismo y encargan a la Comisión Europea que elabore una propuesta concreta

23 abr 2020 . Actualizado a las 21:52 h.

Los socios del Viejo Continente parecen empezar a acercar sus alejadas posturas. Pero todavía queda mucho camino por hacer. Tras la cumbre celebrada este jueves, el Consejo Europeo ha acordado la necesidad de crear un fondo de recuperación ligado al presupuesto plurianual de la Unión Europea. Eso sí, las principales diferencias siguen vigentes en lo que a la letra pequeña se refiere. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea concluyeron este jueves su cumbre por videoconferencia sin lograr grandes avances en los pormenores del fondo de recuperación. Y, finalmente, han decidido pasar la pelota a la Comisión Europea y encargarle que elabore una propuesta concreta sobre el mismo. 

Tal y como reconoció el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la rueda de prensa posterior al encuentro, este fondo de reconstrucción es «urgente y necesario» y, por tanto, debe contar con un tamaño «suficiente» como para ayudar a las regiones europeas y los sectores económicos más «golpeados». Eso sí, también admitió que «será difícil» llegar a lograr acuerdo en lo que se refiere a las principales características de esta estrategia. Las capitales siguen divididas respecto a esto. 

Aunque parece claro que Bruselas emitirá bonos para financiar el fondo, el sur y el norte de la UE difieren ahora en la forma en la que este dinero será transferido a los países: España, Italia o Portugal, por ejemplo, reclaman que sea a través de subvenciones no reembolsables, mientras que Alemania o Países Bajos abogan por préstamos que los socios tengan que devolver. Ante la variedad de opiniones que existen, la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, garantizó que la propuesta final contendrá un «equilibrio sólido» entre créditos y transferencias directas. «Hay ventajas e inconvenientes en ambos casos y se han intercambiado argumentos de forma muy constructiva», señaló.

El Gobierno de Sánchez consideró positiva la reunión de este jueves y aseguró haber observado un «cambio de tono en el debate»: «Hemos visto el inicio de una dinámica de negociación y hemos visto a España en el centro del juego», sentenció la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. 

Según explicó González Laya en una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo Europeo, España acudió al encuentro con sus socios del Viejo Continente con un documento basado en cuatro puntos.

En primer lugar, el paquete debe tener, tal y como explicó Laya, una triple red de seguridad pensada para proteger el empleo con un reaseguro del empleo de 1.000 millones de euros, una segunda red para los Gobiernos con una línea precautoria sin condicionalidad del MEDE que permita a los Ejecutivos europeos enfrentar los gastos sanitarios y, por último, una tercera pieza que se base en una línea de avales del Banco Europeo de Inversiones (BEI) que garantice a las pymes el acceso al crédito.

Y, el Gobierno defendió que la puesta en marcha de esta red de seguridad debe ser urgente, una exigencia que parece haber logrado respuesta por parte del Consejo Europeo, que puso fecha para la puesta en marcha de estos planes: el 1 de junio. «Esto para nosotros es importante, porque esta red de seguridad a corto plazo da una señal muy clara de la seriedad y la rapidez en Europa para adoptar medidas para enfrentarse a esta crisis».

El segundo punto del proyecto con el que el Gobierno de Sánchez acudió a la reunión con el resto de países de Europa se basa en la creación de un gran fondo de recuperación económico y social. «España puso sobre la mesa la creación de un fondo ambicioso que se ajuste a la profundidad y dureza de la crisis económica que dejará el COVID-19. Este fondo estaría financiado con deuda perpetua, destinado a atender las necesidades que surjan tras el coronavirus y que pueda distribuirse a los países y sectores que salgan más afectados», relató la ministra de Exteriores. 

Y es precisamente esta la línea que más grietas ha generado dentro del club de los Veintisiete. Tal y como reconoció Laya, sobre este punto es «justo decir que no hay un consenso completo». Eso sí, la ministra aseguró que hay algo de esperanza: «Hay algunas áreas en las que se ven avances con apoyo bastante amplio por parte de los miembros del Consejo Europeo». 

El principal punto de encuentro que se ha logrado este jueves es, precisamente, la creación de dicho fondo. Pero además, Laya aseguró que también se ha conseguido acercar posturas en lo que a la «robustez» del fondo se refiere: «España pedía entre 1 y 1,5 billones de euros para este mecanismo y esta es la zona en la que ha gravitado la discusión en el Consejo Europeo», explicó. 

Pero, reconoció, todavía queda mucho trabajo por hacer. Porque los socios siguen teniendo posturas bastante alejadas en cómo financiar dicho fondo. «Donde todavía no hay suficiente convergencia y sobre lo que hay que trabajar es sobre si este fondo va a entregar a los países transferencias o préstamos». Los socios del sur, entre los que se encuentra España o Italia, insisten en la necesidad de que este fondo realice transferencias. En ningún caso préstamos. Y lo hacen con razones. Defienden que el Viejo Continente debe evitar el sobreendeudamiento de algunos países para tratar así de que la salida de la crisis no sea asimétrica en el territorio europeo. Además, tal y como explicó Laya, «cuanto más asimétrica sea la salida, más va a sufrir el mercado interior de la Unión Europea».

España no acudirá al MEDE

González Laya aprovechó su comparecencia de este jueves para disipar uno de los fantasmas que lleva días persiguiendo al Gobierno: el temido Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Después de que el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, asegurara que España había coqueteado con la posibilidad de acudir al fondo de rescate europeo, la pregunta sobre si Sánchez se acogería a este mecanismo se repetía. Y hoy, Laya, sentenció: «España no tiene pensado acudir al MEDE».