Dos semanas de parón por el virus provocan un desplome histórico del PIB

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Santi M. Amil

El cerrojazo noquea a la economía, que se hundió un 5,2 % por el colapso del consumo

30 abr 2020 . Actualizado a las 22:57 h.

No por esperado, el bofetón ha sido menos impactante. La economía española se hundió un insólito 5,2 % en el primer trimestre del año, un contracción histórica. Y eso que en el período solo se computan las dos primeras semanas de parón de la actividad al que ha obligado la crisis sanitaria. Los datos publicados este jueves por el INE son los peores del último medio siglo (la serie histórica del PIB arranca en 1970) y hacen palidecer a los de la última crisis, ya que esta caída trimestral dobla el mayor pinchazo registrado hasta el momento, del 2,6 % en el 2009.

El impacto del coronavirus, del que no han escapado tampoco el resto de las economías europeas, ha sido incluso peor al pronosticado por organismos nacionales e internacionales, y lo más duro aún está por venir. El Banco de España, por ejemplo, calculó el retroceso del primer trimestre en el 4,7 % y situó el del conjunto del año en una horquilla de entre el 6,6 y el 8,7 % -aunque si la crisis sanitaria se prolongase podría superar el 13 %-. Mientras que el FMI espera una contracción del 8 % para este 2020, ayer mismo el Banco Sabadell pronosticaba que la caída del segundo trimestre podría rebasar incluso el 20 % (el único precedente sería la guerra), antes de comenzar a recuperarse.

Pero hasta que el INE certifique o no tales augurios, lo que ya ha puesto negro sobre blanco es que en el arranque de este año la economía entró en la uci, truncando el crecimiento sostenido del 0,4 % en los tres últimos trimestre del 2019.

El cerrojazo del grueso de la actividad económica por el estado de alarma es lo que explica la gravedad de la sangría registrada en estos tres primeros meses. Así, el confinamiento de la población se tradujo en el mayor descenso jamás registrado en el consumo de los hogares (-7,5 %, cinco veces más que en el peor momento de la última crisis), reducido a alimentación y bienes de primera necesidad. A él se suma la caída de la inversión empresarial (-3,5 %) y en vivienda (-9,6 %), junto con los desplomes de las exportaciones y las importaciones (-8,4 %).

Solo el sector público tira

Solo el gasto de las Administraciones públicas contrarrestó el hundimiento general del consumo. Para taponar la herida provocada por el virus, reforzando los servicios necesarios, como la sanidad, el gasto del sector público creció un 1,8 %, el mayor porcentaje en doce años. No fue suficiente, sin embargo, para frenar el debilitamiento de la demanda nacional, que en los últimos trimestres fue el principal pilar que sostenía el avance del PIB.

Desde el punto de vista de la oferta, prácticamente ningún sector escapa del desastre: las actividades artísticas y recreativas, el comercio, el transporte o la hostelería, con el motor del turismo gripado, encajaron caídas de doble dígito, seguidas por la construcción y, ya a distancia, por otras actividades profesionales, la industria manufacturera o el sector primario.

Si en términos intertrimestrales el crecimiento se ha desplomado hasta niveles nunca vistos, los datos también son malos en clave interanual, ya que entre enero y marzo el PIB se contrajo un 4,1 % frente al 1,8 % que crecía en el mismo período del 2019. Para encontrar un retroceso más severo hay que remontarse al segundo trimestre del 2009, cuando menguó un 4,4 % interanual.

De nuevo, la clave del hundimiento está en la demanda nacional, cuya contribución al crecimiento de la economía fue de -4,3 puntos (5,6 inferior a la del cuarto trimestre del 2019). Por contra, la demanda externa aportó dos décimas al avance del PIB (tres décimas menos que en el trimestre previo).

Revés al empleo

El colapso provocado por la crisis sanitaria en la economía también ha tenido su reflejo en el empleo, aunque de un modo menos intenso por el efecto amortiguador que hasta el momento están teniendo los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Según los datos del INE, en comparativa anual se han destruido 120.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, mientras que la productividad por puesto de trabajo equivalente bajó un 3,6 %, El coste laboral unitario, por contra, creció un 5,8 % comparado con un año atrás.

Desde el Gobierno valoraron los datos como «los esperados», mientras que la patronal reclamó redoblar los esfuerzos para mantener el tejido productivo.