El sol trae el abarrote a playas y terrazas

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La afluencia en el primer fin de semana de la fase 1 derivó en desalojos en arenales y bares

17 may 2020 . Actualizado a las 12:24 h.

Muchos gallegos exprimieron este sábado casi con tanta fuerza como la que mostró el sol en una jornada en la que la policía tuvo que desalojar algunos arenales y terrazas por la conducta irresponsable de una parte de la población. Dos de estos casos se registraron en sendas playas de Cangas. Allí, decenas de personas se concentraron en los arenales de Nerga y Areamilla. El problema es que las playas están cerradas para cualquier actividad que no sea pasear o hacer deporte.

«Se les informa de que no pueden estar en las playas, la mayoría lo entiende, y si alguno no quiere entenderlo, se sanciona», explican los agentes. «El problema es que con negocios abiertos, gente haciendo deporte o paseando, todo ello permitido por el Gobierno, es imposible controlar que se cumplan las normas, depende de la responsabilidad de cada uno», añaden.

La Policía Local de Carnota también tuvo que desalojar varias playas del municipio, donde había unas cuarenta personas tomando el sol y bañándose, a pesar de que las fuerzas del orden las habían vallado.

Acceso cortado en Doniños

Los principales problemas se registraron en las playas más frecuentadas y los paseos costeros. «Detectamos un número inusual de gente en Doniños», comentaron desde la Policía Local de Ferrol, que se vio obligada a cortar el acceso a esta playa al detectar que numerosas personas incumplían las normas. En Valdoviño también identificaron a vecinos de otros municipios paseando en arenales como los de A Frouxeira o A Mourilla, además de por el entorno del faro de Meirás. «Parece mentira que la gente siga sin saber que no puede venir de otro municipio para pasear, en el faro no hay ninguna terraza», lamentaba el alcalde valdoviñés, Alberto González. Ares desplegó una vigilancia especial con las nuevas aplicaciones de las que dispone la Policía Local para controlar los desplazamientos, y solo por la mañana se identificaron a ocho personas de otros municipios en la playa de Chanteiro. La afluencia al municipio fue muy alta por la tarde.

En Oleiros (A Coruña), la gente tampoco se resistió al sol, especialmente en Santa Cruz. También los paseos se llenaron de gente, y las terrazas estuvieron llenas. Bergondo —cuya alcaldesa alertó de las malas actitudes el viernes—, Miño y Mera no tuvieron grandes aglomeraciones.

La capital del turismo costero gallego, Sanxenxo, registró una moderada afluencia en arenales como Silgar, donde no llegó a haber aglomeraciones. Pese a que no está permitido el baño, sí hubo numerosos vecinos que pasearon en bañador. Hay que subrayar que Sanxenxo no tiene franjas horarias, por lo que se dispone de más tiempo para el paseo. No obstante, hubo controles de la Guardia Civil para vigilar los desplazamientos. En cuanto a las terrazas, no se detectó una excesiva afluencia y son pocas las que hay abiertas en la villa, al contrario que en Pontevedra, donde sí se registraron abarrotes. En O Grove, la policía local identificó e iniciará procedimiento sancionador contra al menos quince personas que habían acudido hasta la península meca para pasear procedentes de lugares como Vigo, Cangas, Bueu, Vilagarcía, A Illa o Poio

Fiestas en terrazas

Precisamente algunas terrazas fueron escenario de conductas incívicas. La Policía Local de Vilanova y la Guardia Civil desalojaron, pasadas las diez de la noche del viernes, a alrededor de setenta personas que disfrutaban de una velada primaveral, con música, en la terraza del bar La Consentida, situado a pie de playa, en As Sinas.

Vecinos de la zona alertaron sobre la celebración de lo que parecía una fiesta en toda regla, con DJ incluido, y los agentes comprobaron que no se estaban respetando ni el aforo permitido ni las normas de distancia social. El propietario del local, David Rivas, cifró en cincuenta las personas que estaban esa noche en su local y aseguró que cumplía con el límite del aforo. La  tarde del sábado, su terraza volvía a funcionar.

La Policía Local de Vilagarcía indicó que la noche del viernes recibió varias llamadas de vecinos quejándose por el ruido de varias terrazas de la zona de O Castro. Por lo demás, la jornada en Arousa fue plácida. La isla de A Toxa, uno de los referentes turísticos de las Rías Baixas, estaba este sábado por la mañana inusitadamente vacía. Mientras, en la playa de A Lanzada, los surfistas ponían la nota de color: apenas un puñado de paseantes eligieron el enorme arenal para ir a caminar. Donde sí se registró cierto movimiento fue en A Illa de Arousa.

El cumplimiento de las normas fue predominante en las playas del área de Vigo. La Policía Local de la ciudad olívica destacó que los ciudadanos cumplieron la obligación de no bañarse ni tumbarse al sol. Solo en algunos contados casos tuvieron que realizar apercibimientos. En los arenales de Nigrán, la jornada transcurrió sin incidencias, según destacó el alcalde, Juan González. Las playas de Baiona también se usaron solo para pasear.

Turismo bajo mínimos

Pero más allá de las playas, el sol animó también a más de uno a hacer turismo de proximidad. Manuel Ángel Rodríguez y su compañera de viaje, Mari, decidieron salir de A Coruña «para pasar el día fuera». Llegaron el viernes a Santiago y siguieron rumbo a la península del Barbanza, «y con mucho cuidado para no cambiar de provincia». Al mediodía, el viaje les llevó hasta Porto do Son, «Casi no hay nadie. Estamos buscando para comer, pero creo que está complicado», señalaban este sábado al mediodía. En la noche del viernes, en Santiago, optaron «por ir a un 24 horas porque no había dónde cenar», y a las once de la noche, las terrazas «empezaron a recoger». En su hotel fueron los únicos huéspedes, algo que les sorprendió, ya que pensaron que más gente se animaría a moverse después de «tantos días encerrados».

Información elaborada por A. Martínez, A. Lorenzo, C. Elías, S. Bermúdez, S. Barral, R. Estévez y M. Mosteiro.