Bruselas trata de apuntalar el sector engordando un 8 % el fondo de pesca

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

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SIMÓN BALVÍS

Sinkevicius plantea inyectar 500 millones extras en las tres primeras anualidades

08 jun 2020 . Actualizado a las 13:59 h.

Es una nimiedad en comparación con los 15.000 millones que la New Generation UE va a sembrar en la agricultura y el desarrollo rural -Trílogos mediante-, pero la estrategia con la que Bruselas quiere curar definitivamente del covid-19 a la economía europea lleva adosado un segundo salvavidas para el sector pesquero: 500 millones de euros más para la siguiente programación del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca (FEMP), un 8 % más de lo que estaba previsto para el período 2021-2027.

 El comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, ha señalado la atención sobre este nuevo flotador, llamado a socorrer a quien no consiga asirse al primero. Y es que, según explicó, esos 500 millones extras servirían para apuntalar a esa parte del sector que no consiga reponerse del todo del primer rescate, ese que Bruselas lanzó de inmediato a modo de torniquete para evitar hemorragias socioeconómicas irremediables.

La Comisión aumentó las ayudas de Estado y modificó las reglas del FEMP Porque, consciente de la gravedad de la situación que se estaba gestando, el Ejecutivo comunitario reaccionó primero dando su bendición a unas ayudas de Estado mayores en la pesca. Y tan mayores. El cuádruple: de 30.000 a 120.000. De nuevo están por debajo de las que se permiten en otros sectores, pero nada desdeñables.

Después de esa medida de choque para dar liquidez a las empresa del sector, llegó el grueso del operativo de rescate: unos cambios normativos que, según el recuento de Sinkevicius, podrían movilizar unos 2.200 millones de euros del FEMP para atender las urgencias de la pesca. Esas modificaciones de los reglamentos permitieron a los Estados usar esos fondos comunitarios para paliar las pérdidas por el amarre de la flota y por la falta de compradores de pescado derivada del cierre de canales y mercados exteriores e interiores a causa de la pandemia.

«Ahora que la actividad económica se va poco a poco recuperando, la Comisión pasa a una segunda fase de acción que es acelerar la recuperación», explicó el lituano. Sinkevicius relató que esa cantidad a mayores, que dejaría el presupuesto en 6.670 millones de euros para esos siete años, «alimentará los programas de los Estados miembros para 2021-2024, aportando apoyo financiero en los primeros años cruciales de recuperación».

Los Estados, al mando

Serán, según dijo, los socios de la UE los que deberán canalizar esta inversión para alcanzar los objetivos del plan de recuperación europeo. Claro que la Comisión y el mismo Sinkevicius trabajarán codo con codo con los Estados durante la preparación de «la futura generación de programas del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca».

Con este plan de recuperación, el Ejecutivo comunitario «quiere reparar los daños a corto plazo de la crisis a través de la inversión en un futuro para Europa sostenible, inclusivo y justo». Y en este sentido, las acciones apoyadas por el FEMP deberían fortalecer la resiliencia del sector y contribuir al Pacto Verde». También a la economía circular, a la estrategia de la Granja a la Mesa... y a la de Biodiversidad. La estrategia de Biodiversidad... eso, es otra historia.

Por supuesto, el fondo de pesca no puede perder de vista su razón de ser: alcanzar los logros económicos, sociales y ambientales que dicta la política común de pesca (PCP).

Piden reglas más simples para poder acceder a financiación

Ni que decir tiene que el sector pesquero español ha acogido con satisfacción la propuesta de aumentar en 500 millones de euros el Fondo Europeo Marítimo de Pesca (FEMP) por más que mire con envidia sana a los otros héroes del sector primario, los agricultores y ganaderos. «Bienvenidos sean», resume Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca). Ahora bien, confía en que «realmente sea útil y se puedan utilizar, porque si es como el actual de poco va a servir», expuso. Y es que las condiciones impuestas y los requisitos exigidos para acceder a esos fondos dejaron al diseñado para impulsar el sector del 2014 al 2020 con el triste récord de ser el de más baja ejecución que se recuerda. O lo era al menos hasta que vino una pandemia mundial y obligó a modificarlo.

Tampoco comulgan con que deban imbuirse del espíritu de la estrategia Biodiversidad, con la que no comulgan, por decirlo suavemente. El secretario general de Cepesca, en una ponencia realizaba en el marco del Mes del Medio Ambiente y Océanos organizado por Abanca, cargó contra un documento que propone vedar el 10 % de las áreas marinas a la pesca en el 2030 e imponer límites en otro 20 % «sin base científica alguna». Las zonas protegidas, a juicio del sector, «deben existir allí donde se compruebe que es necesario porque hay hábitats vulnerables, pero eso no significa que haya que prohibir la pesca, si no realizar una gestión eficaz para mejorar las áreas protegidas». Además, no menciona otras actividades con la que comparten espacios y que compiten por los recursos, como la minería o la energía eólica.