El Supremo avala la norma que blinda a la policía de EE.UU. de denuncias por abusos

La Voz REDACCIÓN

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Manifestación en Atlanta contra el último caso de brutalidad policial en Estados Unidos
Manifestación en Atlanta contra el último caso de brutalidad policial en Estados Unidos ERIK S. LESSER | Efe

El fiscal sopesa acusar de asesinato al agente que disparó a un joven negro en Atlanta

16 jun 2020 . Actualizado a las 08:24 h.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos desestimó ayer una serie de recursos planteados contra la polémica jurisprudencia por la que se considera que los agentes de las fuerzas de seguridad son inmunes a las denuncias por abusos, norma conocida como «inmunidad cualificada».

La decisión fue aprobada pese al rechazo del juez Clarence Thomas, quien puntualizó que «la doctrina de la inmunidad cualificada parece desviarse del texto constituyente», según informa la radio pública estadounidense NPR y recoge Europa Press. Para admitir a trámite un recurso es necesario el voto de cuatro de los nueve magistrados.

La inmunidad cualificada plantea dos cuestiones: ¿El policía hizo un uso excesivo de la fuerza? Y, si lo hizo, ¿lo habría hecho de haber sabido que su conducta era ilegal porque incumple una sentencia anterior «claramente establecida» que prohíbe dicha conducta?

El objetivo de esta norma es proteger a los policías de denuncias frívolas y dar «margen» a los errores policiales ante decisiones que en ocasiones se toman en décimas de segundo en medio de situaciones tensas y peligrosas. Sin embargo, en la práctica, tras la doctrina del Supremo los tribunales de primera instancia suelen rechazar cualquier denuncia por abusos policiales basándose en que no hay ninguna admisión a trámite por hechos similares.

Varios estudios han revelado que decenas de casos con hechos tan graves o más que los de la muerte de George Floyd en Mineápolis fueron rechazados en los tribunales por no haber un precedente «claramente establecido» que prohíba la conducta en cuestión.

Tanto la jueza considerada más liberal, Sonia Sotomayor, como el juez considerado el más conservador, Clarence Thomas, han pedido en el Supremo una revisión de la doctrina de inmunidad cualificada. Esta extraña alianza se reproduce también en las organizaciones de la sociedad civil: tanto organismos conservadores-libertarios, como el Instituto Catón para la Justicia, como la Unión Americana por las Libertades Civiles y la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color han pedido revisar esta doctrina.

Autopsia oficial en Atlanta

Por otra parte, Rayshard Brooks, el joven negro cuya muerte este fin de semana en Atlanta (Georgia) ha intensificado la ola de indignación por la brutalidad policial en EE.UU., murió en un homicidio tras recibir «dos disparos en la espalda» de un agente blanco, según confirmó ayer una autopsia oficial.

Brooks, de 27 años, falleció por daños en los órganos y pérdida de sangre, explicó la oficina del forense del condado de Fulton.

El fiscal del distrito de Fulton, Paul Howard, que está investigando el suceso, explicó que el informe preliminar del forense y el examen balístico del suceso le ayudarán a «llegar a una decisión» sobre si presentar cargos contra el policía que disparó a Brooks.

Howard aseguró unas horas antes que estaba barajando acusar incluso de asesinato -un cargo que bajo el código penal de Georgia puede acarrear hasta la pena de muerte- al agente implicado, identificado como Garrett Rolfe y despedido este sábado de su cargo.

Brooks falleció la noche del viernes tras resistirse a ser detenido, forcejear con dos agentes blancos, quitarles una pistola de descarga eléctrica e intentar huir, momento en que fue abatido.

La actual crisis aviva la tensión entre altos mandos del Ejército y el presidente 

La crisis generada por las protestas antirracistas y los disturbios en Estados Unidos ha avivado las tensiones entre una parte significativa del Ejército y Donald Trump.

En un artículo firmado por Frank Bruni, antiguo corresponsal en la Casa Blanca, The New York Times se hacía ayer eco de lo que definía como «crecientes fricciones» entre altos mandos de las Fuerzas Armadas y el presidente.

El diario recordaba los choques de Trump con los generales James Mattis y John Kelly, que llegaron a ostentar cargos de máxima responsabilidad en la Administración. Pero el episodio que en Estados Unidos se considera más representativo del malestar que existe en el Ejército con su comandante en jefe es el protagonizado por el general Mark Milley. El jefe del Estado Mayor se excusó en público por haber posado junto a Trump en la puerta de una iglesia cercana a la Casa Blanca en medio de las protestas. Milley admitió que no debería haber acompañado a Trump en ese acto y pidió disculpas por ofrecer la imagen de que el Ejército se implicaba en política.