El CSIC encuentra anticuerpos del covid-19 con una tecnología diseñada para detectar vida en Marte

N. S. REDACCIÓN / LA VOZ

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El proyecto Scovam se basa en el uso de biochips o micromatrices que se diseñaron para hallar vida en otros planetas

18 jun 2020 . Actualizado a las 08:50 h.

¿Y si la solución para el coronavirus estuviese en Marte? El investigador del Centro de Astrobiología (CAB) del CSIC Víctor Parro se ríe ante la ocurrencia, pero lo cierto es que integra un proyecto que emplea tecnología espacial para la detección de anticuerpos del virus. El proyecto Scovam (SARS-CoV-2 Antigen Microrray) se basa en el uso de biochips o micromatrices que inicialmente se diseñaron para hallar vida en otros planetas. Una tecnología que además emplea varias de las proteínas del coronavirus, lo que mejora la fiabilidad y la capacidad de detección de anticuerpos frente a otros métodos. 

Lo cierto es que el CAB lleva casi dos décadas desarrollando ensayos inmunológicos fluorescentes e instrumentación para la detección de rastros moleculares de vida en ambientes extremos para exploración planetaria, en concreto, en Marte. Esa misma tecnología es la que se ha usado ahora para detectar simultáneamente los anticuerpos de tipo IgM e IgC en suero sanguíneo. «Quisimos hacer lo mismo para detectar el virus, pero competir con la PCR es complicado. Así que decidimos desarrollar el sistema al revés. En vez de biochips con anticuerpos, los empleamos para detectar esos anticuerpos. Es relativamente sencillo aplicarlo, y todos los métodos tienen cierta incertidumbre, pero su grado de coincidencia con otros test comerciales es del 90 %», dice Parro sobre su trabajo, que incluso en algunos casos es capaz de corregir los resultados de falsos negativos de la PCR. «Testamos la presencia de anticuerpos con varias proteínas del virus, pero no todas llevan al organismo a producir la misma cantidad, por eso es de mayor fiabilidad. Los test comerciales solo emplean una proteína», indica el investigador, que asegura que en un par de meses podrían comercializarse, aunque desconoce si en estos momentos interesa o no.

Ahora, el CAB y el laboratorio de microbiología del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla trabajan en un estudio serológico aleatorio y voluntario para validar Scovam sobre una muestra sin sesgo aparente. De sus resultados estará muy pendiente el Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (Cimus) de la Universidade de Santiago, que participó en el proyecto.