Piden siete años de cárcel para los padres de un bebé que murió tras dormir frente a un calefactor

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE / LA VOZ

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MIGUEL VILLAR

La Fiscalía de Ourense también los culpa de maltratar al gemelo

25 jun 2020 . Actualizado a las 17:20 h.

Los hechos ocurridos en un domicilio de la capital ourensana entre el 1 y el 4 de marzo del 2019, que terminaron con un bebé de solo dos meses muerto y su hermano gemelo herido grave, llegarán a juicio en unos meses en una sala de lo penal de la ciudad de As Burgas. En el banquillo de los acusados se sentarán los padres de los niños, a los que la Fiscalía de Ourense imputa un delito de homicidio por imprudencia grave y otro de lesiones, por los que solicita que sean condenados a siete años de cárcel, perdiendo además la patria potestad del hijo que sobrevivió, y del que tras los hechos se hizo cargo la administración gallega.

Y es que a pesar de las dudas iniciales sobre lo que había pasado en la vivienda en la que residían A. S. M. y su compañera con los bebés nacidos el 4 de enero de ese mismo año, los investigadores consideran que existen pruebas suficientes para demostrar que la muerte de uno de los pequeños fue el resultado de que una negligencia absoluta en su cuidado, y que las lesiones de su hermano fueron consecuencia de un maltrato. Así de crudo.

Y todo en apenas cuatro días. El 3 de marzo uno de los pequeños ingresó en la unidad de urgencias del Complexo Hospitalario de Ourense con lesiones en el tórax. Según detalla el escrito de acusación, el bebé presentaba fracturas de cuatro arcos costales, por lo que fue necesaria su estancia en la uci pediátrica. Apenas unas horas después, en la madrugada del día 4, su hermano murió y, según la Fiscalía, por ambos hechos deben ser castigados penalmente los padres.

Así, respecto a la muerte de uno de sus hijos, la acusación pública sostiene que se debió a que los acusados lo acostaron en un portabebés frente al que colocaron un calefactor. Era el mes de marzo y en el piso no había calefacción, pero se cree que los imputados se fueron a dormir dejando que el niño soportara un calor directo y constante. «Obviando las normas esenciales de cuidado, lo acostaron en un maxi-cosi, en una habitación separada de la suya, encendiendo y orientando hacia el bebé un calefactor de aire caliente que situaron en otro cuco, lo que provocó un calor excesivo, ocasionado la muerte del mismo, probablemente por deshidratación». Y es que cuando los agentes policiales y los forenses llegaron al domicilio, se encontraron el calefactor aún enchufado a la corriente, aunque ya apagado, muy cerca la sillita del niño, que tenía la funda totalmente empapada, al igual que las ropas del bebé, también mojadas. Entiende el fiscal que esto es constitutivo de un homicidio por imprudencia grave, y solicita una condena de tres años de cárcel para los padres.

Estos, que siempre lo han atribuido todo a un fatal accidente, alegaron en su día que las lesiones del otro bebé se produjeron cuando el padre trató de reanimarlo porque se había atragantado y no podía respirar. Los forenses lo dudan, y con ellos el juez instructor y la fiscal del caso, creyendo más bien que en las horas previas a su ingreso en el hospital, quizás en un momento de llanto constante por parte del niño, el padre o la madre «asió y presionó fuertemente por los costados» al pequeño, sin que el otro hiciera nada por evitarlo y provocándole las fracturas costales. Así las cosas, se les imputa otro delito de lesiones, por el que podrían ser condenados a cuatro años de prisión. Y si ese reproche penal prospera, ambos perderán el derecho a ejercer como padres de ese niño, que ahora vive, ajeno a esta pesadilla, con una familia de acogida.