Putin, o cómo gobernar hasta los 83 años con una popularidad que se desvanece

Henry Meyer / Ilya Arkhipov BLOOMBERG NEWS

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María Pedreda

Tras 20 años en el poder, el líder ruso aspira a seguir hasta el 2036 en el Kremlin

05 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras dos décadas en el poder y con la economía rusa tambaleándose bajo el impacto de la epidemia de coronavirus y la caída de los precios del petróleo, los índices de aprobación del presidente, Vladimir Putin, se encuentran en su punto más bajo. ¿Qué mejor momento para buscar extender su presidencia por, potencialmente, otros 16 años?

El prácticamente nulo suspense que existió sobre el resultado del referendo para enmendar la Constitución de Rusia, aprobado el miércoles por una amplia mayoría, a pesar del dolor económico desatado por el virus, es una medida de cuán estrictamente ha controlado Putin la operación. La aprobación de esos cambios le permitirá buscar dos períodos más de seis años cada uno después de que finalice su actual mandato, en el 2024, permaneciendo así en el poder hasta el 2036, cuando cumpliría 83 años.

Aún en medio del aumento del descontento público, los funcionarios del Gobierno hicieron todo lo posible para garantizar una alta participación en una votación que Putin no estaba obligado a convocar. Y, aunque solo se requería que una mayoría simple se pronunciara a favor, y que hubiera una participación superior al 50 % de los votantes, el Kremlin no iba a estar contento a menos que hubiese un apoyo aplastante.

«La gente está desencantada con la ‘república presidencial' y con el puño de hierro en el que creyeron hace 20 años», aseguró Serguéi Belanovsky, un sociólogo de Moscú que ayudó a realizar una encuesta que predijo las mayores protestas contra el Gobierno de Putin en el 2011 y el 2012, y que está rastreando actualmente un nuevo aumento en las actitudes negativas hacia su liderazgo en el país. Putin tomó incluso por sorpresa a muchos dentro de su círculo más cercano en enero, cuando anunció sus planes para llevar adelante la más extensa reforma de la Constitución desde que fuera instaurada en 1993. Pero la cláusula que le permitiría sobrepasar el término de su mandato no apareció hasta el mes de marzo, incluso cuando muchos de sus oficiales sospechaban que ese había sido su plan desde el inicio.

Récord de permanencia

Putin ya es el mandatario que ha gobernado durante más años al país más grande del mundo en superficie, desde el dictador soviético Josef Stalin. Pero, tras una reacción violenta en el 2018, debido a un aumento en la edad de jubilación, al excoronel de la KGB le resulta más difícil mantener el apoyo público, ya que la caída de los niveles de vida ha provocado un mayor resentimiento.

Aunque aún respetable para los estándares occidentales, su índice de popularidad, del 59%, es el más bajo desde que se convirtió en presidente en el 2000, y ha caído al nivel de los gobernadores regionales a los que Putin solía superar, según el centro Levada, un instituto de sondeos independiente de Moscú.

Delegación en las regiones

Putin, quien delegó la responsabilidad principal de combatir la propagación del covid-19 en los jefes regionales, ha visto caer su valoración debido a la infelicidad de la gente por la actual crisis económica, indicó el analista de Levada, Denis Volkov. Al mismo tiempo, las autoridades mantienen por ahora un mayor control del que tenían en el momento de las manifestaciones masivas hace casi una década, con la mayoría de los rusos manteniendo la esperanza de que el país salga de la crisis, afirmó.

Después de años de estancamiento, la economía de Rusia podría reducirse este año un 6,6%, la peor contracción desde el 2009, a raíz de la crisis financiera mundial, según las predicciones del Fondo Monetario Internacional. El crecimiento ha promediado menos del 2 % en la última década, muy por debajo de la expansión anual de más del 7 % que ayudó a que los ingresos se disparasen durante los primeros dos períodos de Putin como presidente. Y, sin una reforma estructural, el banco central ruso ve poco margen de mejora en los próximos años.

Además, tras una ralentización en los últimos seis años, los ingresos reales están cayendo, mientras que el desempleo subió al 6,1 % en mayo desde un 4,7 % registrado en marzo.

En la previa al referendo, Putin despertó sentimientos patrióticos con un desfile militar masivo en la plaza Roja, el pasado 24 de junio, para conmemorar el 75 aniversario de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, una conmemoración retrasada por el virus desde el 9 de mayo. También intentó ganarse a los rusos comunes en vísperas de la votación revelando nuevos pagos en efectivo para las familias y los desempleados, y un aumento de impuestos para los ricos.

La última encuesta de Levada, realizada a finales de mayo, mostró que menos de la mitad de las personas apoyaban la reforma constitucional. Así, según el grupo de monitoreo de elecciones Golos, los empleados estatales estaban siendo presionados para votar; y el uso por primera vez del sufragio en línea a gran escala, junto con un proceso de votación de una semana, dificultaron que los observadores independientes pudieran descubrir cualquier violación.

La encuestadora del estado VTsIOM pone el apoyo a Putin a un nivel mucho más alto, situando la confianza en el presidente de entre un 66 % y un 73 % en el 2020. Asimismo, el pasado 23 de junio, había publicado un pronóstico asegurando que entre un 67 % y un 71 % de los votantes apoyarían la enmienda constitucional propuesta en el referendo. Finalmente, el respaldo fue del 75 %.

El cálculo de las autoridades es que los ciudadanos, sean cuales sean sus reservas, en un momento de crisis nacional respaldarían en su mayoría la propuesta de reforma, bajo el reconocimiento de que el Gobierno ofrece una sensación de seguridad, señaló un funcionario con conocimiento de la planificación política del Kremlin.

El sociólogo Belanovsky aseguró que su investigación más reciente, llevada a cabo en junio, muestra que la mayoría de los rusos apoyaban algunos aspectos de la reforma constitucional destinados a mantener los valores tradicionales, pero que solo una minoría respaldaba el deseo de Putin de llevar los límites de su mandato a cero.

Las encuestas reflejan la desilusión

Entrevistas realizadas a través de Focus Group entre los meses de marzo y mayo apuntan a un agudo sentido de desilusión, tanto con la figura del presidente, como con su Gobierno en general, afirmó Belanovsky. Las personas están enojadas por la caída del nivel de vida, por la corrupción y por la falta de ayuda de las autoridades para contrarrestar el declive económico derivado de las medidas de confinamiento durante la pandemia, señaló. El director de VTsIOM, Valery Fyodorov, desestimó sin embargo la investigación de Belanovsky asegurando que se trata de una «seudoencuesta» que «no se basa en una muestra científica».

El Gobierno de Putin se ha vuelto «bastante menos legítimo», de acuerdo con Tatiana Stanovaya, directora de la consultora R. Politik, una consultora política. «El descontento social está aumentando, pero no veremos sus consecuencias hasta más adelante», afirmó.

Henry Meyer e Ilya Arkhipov ©2020 Bloomberg News. Distribuido por Tribune Content Agency. Traducción, Lorena Maya.