El Reino Unido negará la entrada a quienes violen los derechos humanos

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Dominic Raab, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido
Dominic Raab, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido HANNAH MCKAY

Las primeras sanciones se aplicarán a los involucrados en las muertes del abogado ruso Serguéi Magnitsky y del periodista saudí Jamal Khashoggi

07 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Reino Unido no quiere ser refugio de quienes quebranten los derechos humanos. El Gobierno de Boris Johnson hizo pública este lunes una primera lista de 47 ciudadanos extranjeros a los que denegará la entrada a su territorio y a quienes inmovilizará los bienes que puedan tener en suelo británico por ser sospechosos de haber cometido graves crímenes en sus países de origen.

«Haremos lo posible para que los autores de los peores abusos contra los derechos humanos respondan por sus delitos […] Aquellos con sangre en sus manos no quedarán libres para entrar en este país, para comprar propiedades en King's Road, hacer sus compras de Navidad en Knightsbridge, o lavar su dinero sucio a través de un banco británico», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, al anunciar en el Parlamento estas nuevas sanciones.

Las primeras medidas

Raab reveló que las primeras medidas están dirigidas contra los involucrados en las muertes del abogado ruso Serguéi Magnitsky y del periodista saudí Jamal Khashoggi, así como contra los autores del genocidio de los rohinyás en Birmania. En el caso de la muerte del periodista saudí, se supo que Londres sancionó a Saud al-Qahtani, considerado un colaborador cercano al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman.

Las acciones fueron aplicadas al amparo de una ley aprobada en el 2018 y por la cual Londres estableció un régimen independiente al de la UE con miras al brexit. El instrumento fue aprobado tras el escándalo que provocó en el 2009 la muerte del abogado Magnitsky, quien murió en una cárcel de su país, tras exponer una trama de corrupción en el famoso Museo del Hermitage de San Petersburgo, que habría desviado más de 200 millones de euros.