España destruyó más de un millón de puestos de trabajo en el peor trimestre para el empleo

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

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Eduardo Parra - Europa Press

Desde que se inició la pandemia más de 1,35 millones de personas han sido expulsadas del mercado laboral

28 jul 2020 . Actualizado a las 18:51 h.

Más de 1,35 millones de puestos de trabajo perdidos. Es el balance de bajas que deja la primera oleada de la pandemia del coronavirus en el mercado laboral, de acuerdo a los datos de la encuesta de población activa publicados este martes. La estadística refleja que el segundo trimestre del 2020 ha sido el peor para el empleo desde que se registran las cifras, con un saldo de 1.074.000 ocupados menos entre abril y junio respecto a los tres meses precedentes. El anterior récord en los números rojos hay que buscarlo en el primer trimestre del 2009, cuando al inicio de la anterior crisis financiera se perdieron cerca de 771.000 puestos de trabajo. A ese millón largo de personas que fueron expulsadas del mercado laboral durante la etapa más dura del confinamiento y en la desescalada hay que sumar las 285.000 que perdieron el empleo en el trimestre anterior, según la EPA de enero a marzo, por lo que el saldo conjunto da esa pérdida de más de 1,35 millones de ocupados.

En Galicia fueron 32.600 las personas que se quedaron sin trabajo entre abril y junio. Dos de cada tres (22.000), hombres, y la tercera, una mujer (10.600). Pese al impacto de la crisis, la cifra total de ocupados en la comunidad se mantiene por encima del millón: 1.050.400, mientras que en el conjunto de España supera los 18,6 millones. Dentro de estas cifras siguen computando los trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo, puesto que cuentan con garantías de reincorporarse a su puesto una vez finalice el período de suspensión de su contrato.

Por eso, para hacerse una idea más real del impacto del virus en el mercado laboral habría que evaluar la caída de las horas efectivamente trabajadas durante el trimestre, que se desplomaron más de un 22,5 %, ya que solo 13,9 millones de personas siguieron trabajando durante el confinamiento (apenas un tercio de toda la población mayor de 16 años). La resta es fácil: otros 4,7 millones estuvieron desocupados, bien por estar en ERTE, bien por tratarse de autónomos que cerraron el negocio.

La encuesta certifica que los más castigados por esta crisis han sido los trabajadores por cuenta ajena (del total de empleos perdidos, 1.033.300 eran asalariados) y, dentro de estos, aquellos que tenían contrato temporal, con un descenso de 672.000 el pasado trimestre, casi el doble de los 361.400 indefinidos que se fueron a la calle. Por sectores, es el de los servicios el que concentra casi el 80 % de las bajas (816.900), frente a los 127.000 despidos en la industria, los 108.700 en la construcción y los 21.400 de la agricultura, la ganadería y la pesca.

 Sin embargo, el elevado ritmo de destrucción de empleo no trae consigo un incremento similar del paro, que solo sube en 55.000 personas, lo que deja el total en 3.368.000 y la tasa de desempleo en el 15,33 %, solo nueve décimas por encima del trimestre anterior. ¿La razón? Que el cierre de empresas y de las oficinas de empleo a causa del confinamiento impidieron que estos nuevos parados pudieran empezar a buscar activamente un nuevo empleo durante los meses en los que se hizo la encuesta. No cumplían así todos los requisitos que se demandan para poder encuadrarlos como parados, por lo que pasaron a ser considerados inactivos, categoría que creció en más de 1,06 millones de personas entre abril y junio.