El pacto entre Sánchez y Urkullu allana el camino para aprobar los presupuestos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Sánchez y Urkullo dialogan en la conferencia de presidentes celebrada en San Millán de la Cogolla
Sánchez y Urkullo dialogan en la conferencia de presidentes celebrada en San Millán de la Cogolla

El PNV es más proclive a contar con Cs tras arrancar al Gobierno un déficit del 2.5 %

01 ago 2020 . Actualizado a las 20:25 h.

La impredecible evolución de la pandemia del covid-19 y la catástrofe económica sin precedentes que aguarda a la vuelta del verano tras constatarse que el PIB se hundió un 18 % en solo tres meses de por efecto del coronavirus hacen casi imposible emitir un pronóstico sobre la situación política en un otoño que se prevé caliente como pocos. Pero el pacto alcanzado in extremis entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el Gobierno vasco de Íñigo Urkullu, que permitió al líder socialista contar con la presencia del lendakari en la conferencia de presidentes autonómicos celebrada el pasado viernes, allana el camino a un posible pacto que permita la aprobación de los presupuestos y parece marcar la vía de negociación parlamentaria a seguir de cara a ese objetivo. El acuerdo con PNV y Ciudadanos es ahora mismo mucho más probable que la repetición de la mayoría de investidura con ERC como socio principal.

Los nacionalistas vascos han obtenido ya uno de sus principales objetivos económicos con el compromiso del Gobierno de aceptar un déficit del 2,6% y una deuda pública del 15,9% para el País Vasco en el 2020, lo que alivia las previsiones económicas del futuro Gobierno vasco, aún no conformado tras la victoria del PNV en las elecciones autonómicas. Aunque un acuerdo para los presupuestos requerirá sin duda nuevas concesiones a los nacionalistas vascos, la voluntad de acuerdo del Gobierno central queda clara con el trato de privilegio al País Vasco respecto al resto de comunidades.

El reto del Ejecutivo es ahora por tanto más político que económico para cumplir el objetivo de aprobar unas cuentas públicas que, tras el acuerdo alcanzado en Europa, el Gobierno considera que garantizarían una legislatura «larga y fructífera», en palabras de Sánchez.

Una negociación política

Ese desafío no es otro que poner de acuerdo al PNV con Ciudadanos, que ya ha mostrado su voluntad de alcanzar un acuerdo sin marcar líneas rojas, incluido el pacto con Unidas Podemos. Esa fórmula del PSOE más el PNV y Ciudadanos sumaría un total de 171 diputados. Bastaría por tanto agregar a Más País (2), Compromís (1) Teruel existe (1) y el PRC de Revilla (1) para alcanzar la mayoría necesaria de 176 diputados. Aunque los nacionalistas vascos insisten en que ellos prefieren un acuerdo como el de la investidura, lo cierto es que las posiciones económicas del PNV, especialmente en lo que se refiere en el trato fiscal a las empresas, están mucho más cerca de Cs que de partidos de izquierda como ERC, Eh Bildu o el BNG.

El debate está por tanto en lograr que el partido de Inés Arrimadas acepte un acuerdo que excluya cualquier tipo de recentralización de competencias y permita una amplia autonomía de las comunidades en el destino de los fondos de recuperación procedentes de Europa. Sánchez considera que, a pesar de sus advertencias, el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, no está en disposición de vetar un acuerdo con Ciudadanos.

La vía alternativa, la del acuerdo con ERC y con el resto de fuerzas nacionalistas e independentistas, se considera mucho más compleja. La cercanía de las elecciones catalanas, que podrían convocarse el 14 de agosto para celebrarse el 4 de octubre, y la anulación del tercer grado para los presos del procés, hacen casi utópico un pacto con ERC. Con esa fórmula bastaría el apoyo del PSOE, ERC, PNV y EH Bildu para alcanzar 180 diputados, más que suficientes parta aprobar los presupuestos. Pero esa es ahora mismo solo la segunda opción.

La moción de censura de Vox jugará a favor del presidente del Gobierno

La sonrisa de Pedro Sánchez cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, anunció que presentará una moción de censura en septiembre, deja claro que esa iniciativa solo consigue reforzar sus opciones de conseguir su objetivo de aprobar los presupuestos. La apuesta de Abascal forzará al PP a rechazar la moción aduciendo la necesidad de estabilidad política en un momento crítico para España. Su probable abstención visualizará un apoyo mayoritario a Sánchez. Y tampoco habría que descartar la abstención del PP en los presupuestos si estos se pactan con Cs y el PNV y dejan fuera las propuestas económicas más radicales de Unidas Podemos.