La presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria, apuesta por un nuevo estatuto basado «en la bilateralidad y el pacto» en su discurso de apertura de la nueva legislatura
03 ago 2020 . Actualizado a las 17:06 h.Arrancó una nueva legislatura en el País Vasco, la primera de la era covid-19, en la que todo apunta a que el próximo 3 de septiembre Iñigo Urkullu será elegido de nuevo lendakari repitiendo la fórmula del gobierno en coalición entre el PNV y el PSE. Ese apoyo ya se visualizó para la elección de la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, que repite en el cargo gracias a los 41 diputado que sumaron los nacionalistas y los socialistas vascos. Y esta parece que será la fórmula para garantizar un gobierno estable, en donde solo resta por decidir las áreas de reparto de poder, pese a la cautelas de unos y otros a la hora de ya dar por hecho el acuerdo.
El pasado viernes, PNV, PSE y Elkarrin Podemos pactaban la composición de la Mesa del Parlamento. Dejaban fuera de estas negociaciones a EH Bildu, que salió reforzado de los pasados comicios y consolidado como el principal partido de la oposición, un movimiento que puede repetirse para la composición del Ejecutivo, aunque los 41 diputados que suman PNV y PSE son suficientes para no tener que contar con nadie más. Este movimiento no gustó a la izquierda aberzale, que afeó, en puertas del inicio de la sesión, a los morados que participaran en lo que consideran un «pacto anti Bildu» guiado solo por «intereses particulares». Solo los 21 diputados conseguidos por los independentistas le garantizaron un puesto en la Mesa del Parlamento, para Eba Blanco, que será vicepresidenta segunda.
Quienes se quedan fuera, a pesar de tener los mismos diputados —seis— que Elkarrin Podemos, es la coalición entre el PP y Cs. Tampoco entra la única diputada de Vox en la Cámara.
Bilateralidad
Tras resultar reelegida, Barkatxo Tejeria, del PNV, hizo un breve discurso de aceptación del cargo, en el que sorprendió su firme apuesta por consolidar «un nuevo modelo de relación con el Estado» a través de la reforma del Estatuto, basado «en la bilateralidad y el pacto». En las dos últimas legislaturas, dijo, el Parlamento vasco estuvo trabajando por la «actualización» del estatus vasco y ahora «ha llegado» el momento de culminarla y dar cauce así a la libre decisión de los vascos, apuntando de nuevo hacia un referendo pactado con el Estado, en la línea ya apuntada varias veces por Iñigo Urkullu. Tejeria puso en valor el autogobierno vasco como motor económico y de bienestar «propios».
