La paradoja del Ártico, una amenaza para el clima y la vida en la Tierra

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SUBHANKAR BANERJEE

Donald Trump acaba de autorizar un plan para explotar petróleo en un refugio natural en la región ártica de Alaska

18 ago 2020 . Actualizado a las 20:12 h.

En el Ártico se está dando una peligrosa paradoja. Es la zona más vulnerable de la Tierra frente al cambio climático. Cada año el retroceso del hielo se produce antes y con más intensidad. Las partes del océano que quedan libres de hielo absorben la radiación solar en lugar de reflejarla. A este proceso se le conoce como «retroalimentación positiva» y explica por qué el aumento de la temperatura en las últimas décadas triplica al resto del mundo. Lo último que necesita este rincón del planeta es que la mano del ser humano cause más daño. Pero el Polo Norte contiene recursos muy valiosos, como petróleo, gas y materiales raros, que se utilizan para la fabricación de dispositivos móviles.

Lejos de mantener el lugar a salvo, los países que bañan el océano ártico están empezando a generar un clima de tensión sobre la soberanía de ciertas regiones.«Lo primero que debemos tener en cuenta es que la tercera parte de la tierra y el océano del Ártico es ruso. Representa una zona muy importante de su territorio», apunta Antonio Quesada, Secretario Técnico del Comité Polar Español. El gobierno de Putin tiene previsto explotar la región con un plan de inversiones que los expertos cifran en trillones de dólares. 

Estados Unidos le sigue los pasos, sobre todo desde que Donald Trump ocupa el despacho Oval. En los últimos meses ha hecho movimientos respecto a los intereses en el Ártico. No hace mucho preguntó a los daneses que pusieran precio a Groenlandia.«Es una zona estratégica. Juega un papel fundamental en la cuestión del paso del noroeste. Pero no solo hay un interés por parte de Estados Unidos sino también de China, con quien Groenlandia ya tiene acuerdos comerciales. China no tiene una visión tan geopolítica como Rusia y Estados Unidos sino más comercial. Ellos quieren explotar los recursos y tener facilidades para moverlos», explica.

Ahora Estados Unidos acaba de anunciar un plan para abrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska, a la exploración y explotación de petróleo. Aunque el congreso autorizó en 1980 que la franja costera de la reserva, en el nordeste de Alaska, para posibles explotaciones petroleras, el Refugio del Ártico ha sido territorio vedado para las perforaciones. Durante cuatro décadas las presiones por parte los republicanos y las compañías petroleras nunca cesaron, pero tampoco proliferaron. Hasta ahora. «El establecimiento de este programa es un hito mayor», afirmó en una entrevista el secretario del Interior, David Bernhardt. El anuncio ya ha tenido respuesta desde el ámbito medioambiental. «El plan de la Administración para arruinar este lugar con el fin de obtener ganancias petroleras privadas a corto plazo es ilegal», sostiene el abogado adjunto de Earthjustice Erik Grafe que declaró que lo llevará a los tribunales.

 Osos polares

La explotación en esa zona en concreto representa una amenaza para la fauna local: osos polares y caribúes. El grupo Earthjustice señaló también en un comunicado que «el pueblo indígena Gwich'in considera que la llanura costera del Refugio Ártico es sagrada porque sirve como lugar de nacimiento para puercoespines y caribúes, animales de los que nativos de Alaska dependen para la alimentación y que han utilizado la llanura costera desde tiempos inmemoriales como refugio para dar a luz a sus crías».

El anuncio por parte de la administración Trump coincide con la publicación de un artículo científico en la revista Nature Climate Change sobre el futuro de los osos polares. La investigación reconoce que en un contexto de altas emisiones de gases de efecto invernadero, tanto la reproducción como la supervivencia de la especie experimentará un fuerte declive y pondrá en peligro la persistencia de todas las poblaciones del Ártico para el año 2100.