El Ministerio de Sanidad solo baraja cerrar colegios como medida excepcional ante transmisiones descontroladas

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Todas las comunidades apoyan un documento conjunto, con la única abstención de País Vasco. Se marca como prioritaria la presencialidad hasta segundo de la ESO y se impone mascarilla de los seis años en adelante

27 ago 2020 . Actualizado a las 21:23 h.

Todas las comunidades autónomas, excepto el País Vasco, que se ha abstenido, han apoyado un documento conjunto con medidas a aplicar en los centros educativos ante el inicio del curso. Se ha acordado así una Declaración de actuaciones coordinadas en Salud Pública para este ámbito de los colegios e institutos que incluye 23 medidas y cinco recomendaciones, tras la reunión con los ministerios de Sanidad, Educación y Política Territorial.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha citado entre los puntos más destacables de ese documento la extensión de la obligatoriedad del uso de la mascarilla a todos los niños de seis años en adelante, lo que se amplifica en el caso del transporte escolar, donde se recomendará que usen cubrebocas también los niños de tres, cuatro y cinco años. En ese transporte, además, se recomienda que haya asientos fijos para cada niño, y solo recurrir a él si es necesario, pues se prioriza el uso de medios activos (a pie o en bicicleta) para ir al colegio.

Illa también remarcó que se marca que el lavado de manos se hará al menos cinco veces a lo largo de la jornada lectiva, y que se marca que las aulas deberán ventilarse muy frecuentemente (al inicio y final de la jornada, en el recreo, y si se puede entre clases) e incluso dar clase con las ventanas abiertas si es posible. La toma de temperatura a alumnos, profesores y resto de personal de los centros será obligatoria antes de comenzar la jornada, aunque queda de mano de las comunidades si se hará en el propio centro o en casa (para garantizarlo se pedirá una firma responsables por parte de los padres o una información fehaciente que se haga llegar al centro).

No hay variación en las ratios máximas de las aulas, que se mantienen bajo el criterio legal de no superar los 25 alumnos por clase. La ministra de Educación Isabel Celaa ha considerado que esas ratios se reducen «por la vía de los hechos» con las contrataciones de profesorado previstas por cada comunidad.

El documento acordado incluye entre sus medidas que los grupos de convivencia estable donde no se aplican la limitación de distancia (las denominadas burbujas), son la configuración recomendada para los alumnos de infantil y del primer ciclo de primaria (1.º y 2.º). A partir de ese nivel, se apunta ya como recomendación, que el alumnado también podrá organizarse en burbujas «en la medida de lo posible».

La reunión también ha dejado el acuerdo de que el curso arrancará de manera presencial, siendo la presencialidad prioritaria en los cursos hasta 2.º de la ESO. El documento inicial del Gobierno marcaba hasta el cuarto curso de la Educación Secundaria Obligatoria, pero tras negociar con las comunidades autónomas, se redujo a los dos primeros cursos de secundaria. Son varios los gobiernos autonómicos que barajan sistemas semipresenciales a partir de 3.º de ESO.

Respecto al posible absentismo que genere el miedo a acudir a clase, dados los avisos de algunas anpas de que los padres podrían no llevar a sus hijos a los centros al no verlos como un entorno seguro, Celaa ha informado de que se ha pedido un informe jurídico al respecto que se pondrá a disposición de las comunidades, aunque ha recordado que la educación es obligatoria entre los 6 y los 16 años. De momento, aclaró, el ministerio no hablará por el momento de medidas coercitivas.

Los cierres de centros serán una medida totalmente excepcional. «Si hay brotes en varias aulas habrá que estudiar caso a caso y decidir si se cierra una clase, una línea educativa, un ciclo... siempre dejando para el caso más extremo de una transmisión no controlada y generalizada un posible cierre temporal del centro». Las casuísticas en el manejo de brotes está recogida en una guía elaborada por salud pública, que será revisada con las comunidades de nuevo la próxima semana por petición de varios consejeros. Por el momento, ese documento recoge cuestiones como que un caso positivo en una clase supondrá la cuarentena de todo el grupo de convivencia estable, si se trata de un curso burbuja, o de los contactos estrechos del contagiado en aulas normales, ha explicado Salvador Illa.

Cierre de centros

El Ministerio de Educación quiere que los centros educativos permanezcan abiertos durante todo el curso. Cerrar un instituto o colegio será la última medida, en caso de que en el centro exista lo que denominan una transmisión comunitaria no controlada. Es decir, la clausura de centros educativos será una medida que se adoptará únicamente en situaciones «excepcionales». Pero además, el Gobierno quería que cuando una comunidad autónoma decida cerrar un colegio, deba informar al ministro de Sanidad y lograr el visto bueno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Es una de las propuestas que, según ha trascendido, se han realizado durante la reunión con las comunidades autónomas celebrada este jueves, pero que ha sido rechazada por las comunidades, por lo que el punto se ha retirado.

En ese encuentro se ha presentado también una  guía de actuación ante la aparición de casos de covid en centros educativos, que establece tres posibles escenarios ante la aparición de casos de covid-19 en un centro:

· Brotes controlados o casos esporádicos: Casos sueltos o con las cadenas de transmisión bien definidas, cuando se dan en un único grupo educativo, o en varios grupos de convivencia pero que sean independientes entre sí. En ese caso se controlarán solo los citados grupos, se aislarán e identificarán los casos y, ante el positivo, harán cuarentena los contactos de cada clase.

· Brotes complejos o transmisión comunitaria esporádica: Cuando hay complicaciones para identificar las cadenas de transmisión o se detectan casos en distintos grupos, sin que se pueda garantizar que no tengan relación entre sí. En este escenario, se estudiarán la relación entre los casos, y se valorará si debe guardar toda el grupo/grupos o incluso si se cierra la clase o la línea educativa

· Transmisión comunitaria no controlada: Ante un número elevado de casos en distintas unidades del centro, pudiendo haber transmisión entre ellas. En este caso serán los servicios de salud pública de las comunidades quienes evalúen el riesgo, valorando en última instancia el cierre temporal del centro educativo.

Aparición de casos sospechosos

En la guía ante la aparición de casos covid en los centros, también presentada hoy, se recoge un protocolo de manejo ante casos sospechosos. Se establece que si alguien desarrolla síntomas compatibles con el covid-19 durante su estancia en el centro educativo, deberá ser aislado. Se le colocará una mascarilla quirúrgica y se le llevará a un espacio separado, preferentemente con ventilación y con una papelera con pedal. Si el posible contagiado es un niño, su acompañante llevará mascarilla quirúrgica, si el alumno la lleva, pero si se trata de un niño que no la lleva (bien un niño muy pequeño, de educación infantil, o que no usa cubrebocas por recomendación médica u otra circunstancia) el acompañante tendrá que ponerse una mascarilla FFP2 sin válvula, una bata desechable y una pantalla facial. A continuación, se avisará a sus padres o tutores legales, que serán los que tendrán que ponerse en contacto con el centro de salud de referencia. 

Los alumnos o profesores sospechosos de un contagio deberán permanecer aislados en sus domicilios hasta tener resultados de las pruebas diagnósticas. Y salud pública contactará con el centro para hacer una evaluación de riesgo y comunicar si son necesarias medidas adicionales.

Otras de las cuestiones de interés de la guía es que establece que el alumnado con condiciones de salud que le hagan más vulnerable al covid (diabetes, cáncer, inmunodepresión...) podrán acudir al centro «siempre que su condición clínica esté controlada y lo permita, y manteniendo medidas de protección de forma rigurosa, salvo indicación médica de no asistir».

En cuanto al personal docente y no docente de los centros con características de riesgo, deberán informar de su situación vulnerable a los equipos directivos (dicha situación tendrá que ser justificada por el Servicio de Prevención) y evitarán la atención a casos sospechosos, además de extremar las medidas preventivas. Es decir, de inicio no se les exime de acudir al centro.

La guía también establece que los centros educativos deberán contar con una figura de responsable en el manejo del covid-19, entre cuyas funciones estará la comunicación y coordinación con los servicios sanitarios y los servicios de salud pública de su comunidad autónoma, aunque no establece quién debe ocupar ese cargo. 

Reunión entre los ministerios de Educación y Sanidad y las comunidades

A las diez de la mañana arrancó la reunión entre los ministros de Educación, Isabel Celaá, y de Sanidad, Salvador Illa, acompañados por la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, y los representantes de las comunidades autónomas en la conferencia sectorial que aborda el inicio del curso escolar previsto para el próximo mes de septiembre. 

El encuentro, celebrado de manera telemática, debe abordar el regreso a las aulas con seguridad, después de que en las últimas semanas las autonomías fueran presentando sus planes para ese retorno, y se multiplicasen las críticas a la tardanza en celebrar la cumbre entre Gobierno central y autonomías para este delicado asunto.

Aunque ya existe desde el 11 de junio un documento de 14 puntos con orientaciones educativas para el nuevo curso y el 23 de junio Sanidad y Educación hicieron pública una guía con recomendaciones para la enseñanza presencial en condiciones de seguridad, algunas comunidades, entre ellas Galicia, han reclamado a los ministerios más indicaciones para homogeneizar los criterios de la vuela a clase en todo el país. Isabel Celáa ya indicó que ese plan de junio sigue vigente, y que la reunión serviría para revisar y ajustar algunos términos y temas que precisan de más concreción.

En el encuentro de este jueves se abordaron cuestiones como el uso de la mascarilla en los centros educativos, un punto en el que, ya había avanzado Celáa en algunas entrevistas, el Ministerio de Educación se encontraba próximo a la propuesta gallega de un uso generalizado a partir de los seis años.

Otro de los temas que las comunidades han pedido que aclare la ministra es qué consecuencias tendría si algún padre decidiese no llevar a sus hijos al colegio o instituto por temor a un contagio. Varias autonomías entienden que el absentismo no puede ser una opción en etapas obligatorias.

También se debía abordar cómo se garantizará que no acudan a clase alumnos con fiebre (más de 37,5 grados). En principio, Celáa abogaba porque sean los padres quienes deban tomar la temperatura a los niños antes de ir a clase. Así, se pedirá a los progenitores una declaración responsable comprometiendo que sus hijos no acudirán a las aulas teniendo fiebre. Desde algunos sectores se considera esta opción poco realista y de escasa garantía de cumplimiento.

Entre las cuestiones centrales del encuentro figura además cómo se gestionará la aparición de casos en los centros educativos y cuáles serán los criterios por los que se podrá cerrar algún aula o centro completo.