Johnson acusa a la UE de querer romper el Reino Unido

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson TOBY MELVILLE

Diputados conservadores amenazan con votar esta noche contra el proyecto de Ley del mercado interior, que permitirá al Gobierno incumplir el acuerdo del «brexit»

15 sep 2020 . Actualizado a las 00:03 h.

«En una fortaleza sitiada, toda disidencia es traición». Boris Johnson parece haber leído a San Ignacio de Loyola, pues ha intentado desactivar la revuelta que dentro de su partido, el Conservador, se ha venido gestando en los últimos días contra su nueva estrategia frente al brexit, al acusar a la Unión Europea (UE) de «querer romper» al Reino Unido. Sin embargo, el hecho de que siga creciendo el número de dimisiones dentro de su Gobierno y de diputados que han anunciado su oposición a las pretensiones de reescribir lo ya pactado con Bruselas revela que el recurso de la «amenaza externa» no ha funcionado.

«No podemos tolerar la situación en la que nuestros socios de la UE creen seriamente que pueden romper nuestro país. No podemos tener una situación en la que una potencia extranjera o una organización internacional puedan dibujar nuestras fronteras», afirmó el premier este lunes al inicio del debate sobre la polémica Ley del Mercado Interior del Reino Unido, un texto con el cual pretende reescribir parte del Acuerdo de Retirada que firmó con los Veintisiete el año pasado para iniciar su salida del bloque.

Las soflamas de Johnson, muy parecidas a las que lanzó el domingo en un artículo de opinión, no impidieron que Rehman Chishti dimitiera de su cargo como enviado especial para la Libertad Religiosa, alegando que «el respeto al imperio de la ley es algo sagrado» y, por lo tanto, no podía respaldar una iniciativa que supone romper un compromiso legal adquirido.

Oposición de los ex fiscales generales

A este golpe se sumó el que dio el exministro de Economía, el diputado Sajid Javid, quien también anunció su oposición al texto, porque «no está claro para mí por qué es necesario que el Reino Unido viole el derecho internacional». Otros pesos pesados del Partido Conservador tales como los ex fiscales generales, Geoffrey Cox y Jeremy Wright, también expresaron su intención de votar en contra de la ley.

«No podemos votar para permitirle al Gobierno hacer algo ilegal. El Parlamento no debería darle esa autoridad a los ministros, pero si eso ocurre y los ministros la utilizan todos los lamentaremos», advirtió Wright en la BBC antes de que iniciara el debate.

La prensa londinense aseguraba que al menos una veintena de parlamentarios tories se abstendrían o votarían en contra de la polémica Ley del Mercado Interior. Para evitar que esto ocurriera y visto que el recurso de la «amenaza externa» no funcionó, durante la sesión Johnson prometió a los parlamentarios que ellos deberán aprobar cualquier modificación unilateral al Acuerdo de Retirada que su Gobierno haga de aprobarse la ley.

Asimismo aseguró que él no desea utilizar el texto y que simplemente es una «póliza de seguro» para asegurarse que el comercio entre Irlanda del Norte y el resto del país continúe sin problemas en caso de no haber acuerdo con Bruselas.

Precisamente sobre este punto, el laborista Ed Miliband exigió a Johnson que explicara cómo lo ya pactado es ahora un riesgo para el país y que le precisara el artículo dónde estaba ese peligro. Ante la negativa del premier, el opositor replicó: «No se ha leído el acuerdo ni el protocolo ni esta ley. No ha hecho su trabajo».

Miliband ejerció de portavoz del principal partido opositor porque el líder laborista, Keir Starmer, se encuentra en cuarentena debido a que un familiar dio positivo de covid-19.