Josep Piqué: «Admiro a Angela Merkel por su rigor, seriedad y sinceridad. No miente»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez A TOXA / LA VOZ

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Piqué posando en una de las escalinatas del Gran Hotel La Toja
Piqué posando en una de las escalinatas del Gran Hotel La Toja Martina Miser

El presidente del Foro La Toja-Vínculo Atlántico entiende que, a causa de los políticos, la ciudadanía esté confusa y asustada

05 oct 2020 . Actualizado a las 08:49 h.

Gana en las distancias cortas. Josep Piqué, presidente del Foro La Toja, no evita ninguna pregunta, ni aquellas relacionadas con aspectos geopolíticos ni de economía próxima.

-¿Son serios estos políticos que tenemos?

-Descalificar a los políticos forma parte de una especie de deporte nacional. No soy partidario de ese tipo de descalificaciones. Responsables políticos los hemos tenido buenos, malos y medio pensionistas. Echo de menos el compromiso en el medio plazo y una cierta visión estratégica. Veo un ejercicio de la política centrado en lo inmediato, en el corto plazo. Hay intereses partidistas, y hay poca voluntad de forjar consensos básicos que puedan proyectarse en el medio plazo, y darles unas expectativas de futuro a los ciudadanos. Sí, en ese sentido, tengo un cierto desasosiego al ver el debate político, y el comportamiento de nuestros políticos.

-¿Usted qué cree qué piensa la gente de a pie de la situación que estamos viviendo? Hay 30.000 muertos oficiales, la mayor parte ancianos. Mientras, los políticos se pelean, sin ponerse de acuerdo, sin dar una orden precisa, sin saber lo que tiene que hacer.

-La gente está asustada, desconcertada y confusa. Si alguna palabra define la situación es incertidumbre. No sabemos qué va a pasar, y nuestros representantes en lugar de transmitir confianza, muchas veces incluso contribuyen a generar más incertidumbre. Hay más desconfianza y creo que es desalentador para el ciudadano, que tiene problemas reales y concretos. Es cierto que la pandemia está afectando muy directamente a la gente mayor, pero también a las nuevas generaciones. El covid está introduciendo unos elementos de intranquilidad para los jóvenes, que ven que las decisiones se toman a corto plazo sin tener en cuenta los intereses de la generación venidera. Ya decía el clásico: un político es el que piensa en las próximas elecciones y un hombre de Estado es el que piensa en la próxima generación.

-¿Entiende a las personas que no se van a hacer el test para no perder su empleo en caso de positivo?

-Puedo entenderlo desde un punto de vista humano, personal. Primero es vivir, es ingresar y tener capacidad de comprar comida. Pero hay que hacer un llamamiento a la responsabilidad.

-Si yo le digo Rusia, ¿usted me contesta...?

-Expansionismo sin reglas.

-Estados Unidos.

-Repliegue trágico para Occidente.

-China.

-Voluntad de ser una gran potencia por encima de los valores que ha construido Occidente.

-Europa.

-Una incógnita que solo se podrá responder si los europeos decidimos profundizar en nuestro proyecto político. Si no, vamos a ser irrelevantes.

-Cataluña.

-Desde el punto de vista personal y humano, ver lo que está sucediendo en Cataluña es un drama, una tragedia. Cataluña está en un proceso de decadencia que ojalá no sea irreversible.

«Ver lo que está sucediendo en Cataluña es un drama, una tragedia»

-Revolución tecnológica.

-Nuestro mundo. El mundo ya es digital y cada día, más. Por lo tanto, va a ser extraordinariamente importante que no dejemos a nadie atrás en esa revolución. El peligro de las famosas brechas existe, y tenemos que estar muy atentos.

-¿A qué estadista actual tiene usted de referencia.?

-Solo se me ocurre Angela Merkel. Admiro de ella su seriedad, su rigor y su sinceridad. No miente.

-¿Qué piensa de Rodrigo Rato, sobre todo ahora que ha salido de la cárcel?

-Fue compañero de Gobierno. He lamentado mucho todo lo que le ha sucedido. Siempre hay que ser respetuosos con las resoluciones judiciales, y ahora que le han sido favorables, yo me alegro.

«En España, el rey es garantía de cohesión»

-El rey está recibiendo ataques durísimos por parte de miembros del Gobierno.

-Estos ataques al rey se producen porque la monarquía parlamentaria es una de las piedras angulares de nuestro sistema constitucional y de nuestro sistema de libertades, que nos ha permitido vivir las mejores cuatro décadas de nuestra historia. Todos aquellos que quieren cambiar radicalmente nuestro sistema político y económico y social ven en el rey un objetivo a batir. Para todos los que creemos en la democracia representativa, en la economía de mercado, en una sociedad abierta en la que la libertad de los individuos sea fundamental, los que creemos en un orden internacional basado en la cooperación y multilateralismo tenemos también la obligación de defender la institución monárquica y, en nuestro caso, defender la Corona y la figura de Felipe VI. Me resulta difícil imaginar tener un rey mejor que el que tenemos desde el punto de vista de su seriedad, rigor, formación intelectual y de su convicción respecto a cuáles son las responsabilidades de un rey constitucional.

-Pero en el siglo XXI quizá la figura de la monarquía es anacrónica y fácil de atacar

-En un debate desde un punto de vista intelectual, la figura de una Jefatura del Estado hereditaria y no elegida puede ser discutible. Pero no hay que ver las cosas desde esa perspectiva. Si miramos las veinte democracias más importantes del mundo, la mitad son monarquías parlamentarias. Y es difícil imaginar un país como España, tan tendente a la división, a la confrontación, si no hubiese una figura alternativa al rey que sea representante de todos los españoles sin que se le adscriba a una determinada corriente política o económica. Creo que el rey es garantía de cohesión, y no estoy nada seguro de que una fórmula republicana consiguiera lo mismo.