La Policía no halla pruebas de que Corinna contratase a Villarejo para espiar

La Voz REDACCIÓN

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El entonces rey Juan Carlos I saluda a Corinna zu Sayn-Wittgenstein en Barcelona, en una imagen del 2006.
El entonces rey Juan Carlos I saluda a Corinna zu Sayn-Wittgenstein en Barcelona, en una imagen del 2006. Schroewig | Europa Press

La examiga de Juan Carlos I afirma que el monarca movía grandes sumas de dinero entre Suiza y Madrid

05 oct 2020 . Actualizado a las 18:28 h.

La Unidad de Asuntos Internos de la Policía ha comunicado al juez del caso Villarejo que no ha hallado ningún dato que corrobore que la examiga de Juan Carlos I Corinna Larsen contratase al excomisario José Villarejo para que espiara datos personales de una asistente española de la que sospechaba.

La defensa de Villarejo alude a este nuevo informe policial en un escrito, al que ha tenido acceso Efe, en el que se adhiere al recurso de Larsen ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional contra la reapertura de esta pieza en julio y que supuso la imputación de la empresaria alemana y del excomisario.

«El informe policial supone un jarro de agua fría para el instructor tras la reapertura de la pieza Carol acordada el pasado 27 de julio, que no solo ha sido recurrida por las defensas de Larsen y Villarejo sino que, además, cuenta con obstáculos jurídicos puestos de manifiesto por la Fiscalía Anticorrupción», destaca la defensa.

Corinna Larsen, examiga de Juan Carlos I, ha asegurado que los administradores del rey emérito transfirieron grandes sumas de dinero entre Suiza y Madrid de forma regular. Apunta que si bien desconoce la cantidad exacta, cree que en cada valija irían entre 250.000 y 300.000 euros, y que por lo que ha podido conocer por los documentos que se aportan al procedimiento que se sigue en la justicia suiza, podrían haberse trasladado cinco millones en total.

En una entrevista concedida a OK Diario en Londres, recogida por Europa Press, la examiga del emérito, que reconoce que mantuvo una relación sentimental con el monarca, desvela que a lo largo del proceso judicial se ha visto que incluso llegaba el dinero en vuelos comerciales y que «debió haber un arreglo especial» para facilitar esos movimientos.

En este sentido, en la entrevista señala que a ella como anglosajona y escandinava, lugares en los que «las monarquías están más reguladas», le sorprendió que España funcionara como una oligarquía en la que cien personas controlan el país.

Además, ha indicado que por lo que parece, a lo largo de 40 años se sabe de muchos regalos y grandes transacciones para los intereses comerciales de España, y ha lamentado que «ahora solo se apunta a una cantidad, a una transacción», que es la que estaría relacionada con ella. «Esto es muy conveniente porque la gente olvida cuánto más puede haber aún por descubrir», ha indicado.

Al hilo, Corinna ha tratado de desvincularse de las finanzas personales de Juan Carlos I afirmando que ella «no era su esposa y no vivía en su casa», y se ha negado a comentar si hubo más transacciones offshore. «Sus finanzas no eran mi negociado, tenía un conocimiento mínimo, y del resto, de lo del dinero de Suiza me he enterado por el proceso judicial», ha dicho.

Por eso, la empresaria alemana ha señalado que desde su punto de vista la «crisis» que vive la Casa Real fue originada por «las acciones de diferentes personas con diferentes agendas», y que la propia Casa Real «ha sido la artífice de sus propios problemas», a lo que se sumó que hubo personas «que les aconsejaron mal».

Y al hilo, tras elogiar el ejercicio de transparencia del actual rey de España, Felipe VI, Larsen ha indicado no obstante que es difícil que se desligue de los asuntos de su padre cuando «se ha beneficiado toda su vida» de su dinero.

La donación de 65 millones

En otro momento de la entrevista, cuando le preguntan por la donación que recibió de 65 millones del rey emérito, Corinna señala que se trató de un regalo, y que en el 2011 cuando el monarca estuvo enfermo le habló de sus últimas voluntades y de que quería dejar ciertas cosas al hijo de Larsen, Alexander, pero no solo hablaba de cantidades dinerarias sino de «cosas sentimentales como su colección de armas».

En este sentido, ha explicado que en otra conversación con Juan Carlos I, éste le confesó que temía por que su familia no respetara sus deseos si lo dejaba por escrito en un testamento normal, e incluso le llegó a hablar abiertamente de --la también amiga del rey emérito-- Marta Gayá, a la que también deseaba «asegurar su futuro».

«Así que quería hacer una contribución, hacernos un regalo, nunca entendí ni nunca hablé de cuánto. Tienen que entender que yo nunca pedí nada. Fue puramente deseo suyo y no puede discutirle a un hombre lo que quiere regalar. Era un regalo increíblemente generoso», ha señalado.

Y añade que su donación tardó en materializarse porque el emérito se tomó su tiempo para documentarla con atención, para lo que usó notarías para evitar que la familia real «no pudiera después cuestionar esta donación». Sobre la suma final, 65 millones, Corinna indica que teniendo en cuenta que medios como Forbes apuntan a que Juan Carlos I posee una fortuna que ronda los 1.200 millones de euros, la cantidad recibida en relación a eso no es desproporcionada.

El AVE a La Meca

Además, niega que ese abono tuviera que ver con los negocios en los que interviniera. Recuerda que los 65 millones fueron a su vez un regalo que recibió el emérito del difunto rey Abdullah de Arabia Saudí en el 2008 y que fue fruto de la amistad estrecha entre ambos. «A lo largo de los años hubo donaciones, y no se puede acusar al rey saudí de corrupción, son donaciones», indica. Además, niega que esa donación tenga que ver con el contrato del AVE a La Meca apuntando que la cronología «no encaja» porque el consorcio de ese proyecto no existía aún en el 2008.